viernes, 30 de octubre de 2009

Una introducción a Mas allá del principio del placer, por Claudio Cabral.

Clase del Seminario de la cátedra Estructura Psicología Individual del Sujeto I.


Introducción a “mas allá del principio de placer” 28/10/09







Esta noche vamos a trabajar “Más allá del principio de placer”, un texto de Freud de 1920.

“Mas allá del principio de placer” es un punto de viraje en la obra de Freud que es fundamental, fundacional… de la segunda tópica. . Ahí Freud plantea, de una forma novedosa, que hay algo, una fuerza, una pulsación que no está regida por el principio de placer. Es decir, se encuentra que sus pacientes no solo buscan su placer, su tranquilidad, su ponerse a salvo de los riesgos, sino que hay un empuje “anterior” que tiene que ver con lo demoníaco, con el no querer curarse que Freud escucha en la transferencia como reacción terapéutica negativa. Una repetición que ya no es la de “Recordar, repetir y reelaborar” que trabajaba Estella la clase pasada, sino que se aparece como destino demoníaco, independiente del sujeto. En cambio la repetición de “Recordar, repetir y reelaborar” se la podría pensar mas ligada a lo que con Lacan podemos nombrar como actino-out, como una transferencia sin análisis, que llama a la interpretación. Luego quiero intentar arribar, más que a una idea, a una pregunta que intento investigar a partir del más allá del principio de placer y el texto de Freud que se llama “Construcciones en el análisis”.

Otros textos que voy a tener en cuenta, para que ustedes sepan desde donde estoy hablando, son “El yo y el ello” y las clases V y VI del seminario “Los cuatro conceptos fundamentales del psicoanálisis” de Lacan.





¿Quiénes de ustedes leyó para hoy más allá del principio de placer?

Ahí vemos a Freud diciendo: hasta acá llego con la experiencia, con la observación y lo que sigue es especulación. Y ahí dice algo que me parece interesante, porque dice que dicha especulación cada cual estimará o desdeñará de acuerdo a su posición subjetiva ¿Qué es esto de de acuerdo a su posición subjetiva? Entiendo que se refiere a los psicoanalistas ¿Qué hará cada psicoanalista con la pulsión de muerte? Hay muchos puntos, impasses en el psicoanálisis, en que los analistas tienen que tomar posición. A mi entender con Lacan podemos situar y dar su estatuto a la pulsión de muerte de una manera, que está en Freud, si, pero no si sin la lectura de Lacan la podríamos leer como la intentaremos leer ésta noche. Como pasa con la estructura significante de las formaciones del inconsciente, en relación a la cual podemos decir fácilmente y reconocerlo, que las representaciones se condensan y se desplazan y vemos ahí claramente el parentesco con la metáfora y la metonimia, pero esto no es sin Lacan, sin el retorno a Freud de Lacan.

Lo que no deja de ser una interesante problemática: Freud-Lacan ¿maestro-discípulo? ¿Freud encontró un huevito y Lacan fue el pícaro que se lo comió? (risas) O esa pregunta que hasta me incomoda formularla, pero que la he escuchado ¿Si Freud hubiera leído a Lacan, qué habría pensado?... son cuestiones en que me parece que los analistas van tomando posición según su recorrido, su clínica, su trabajo con otros analistas, su análisis.

Entonces Freud nos dice que lo que sigue es especulación y que cada uno apreciará o desdeñará según su posición subjetiva.

25 años de trabajo de Freud con el principio de placer. Si pensamos 25 años…y el tiempito que hace que nosotros estamos en el campo del psicoanálisis… ¡Hay que tenerlos bien puestos para venir a decir después de 25 años de trabajo que hay algo mas allá del principio con el que viene trabajando! ¿Qué es este mas allá? Hay vías, como cuando estudiaron las vías por las que Freud introduce el narcisismo, aquí también hay vías por las que Freud da con el más allá del principio de placer. Aquí las vías son la reacción terapéutica negativa, los sueños de las neurosis traumáticas, y el juego infantil de su nieto, que juega a arrojar un objeto, un carretel, pronunciando un “se fue” (así leído, significado por el Otro del niño- su abuelo Sigmund) saludando su reaparición con un “acá está” (así leído, significado por el Otro del niño). Fort-da; se fue-acá está en alemán. Las mas de las veces, dice Freud, solo se puede apreciar la primera parte del juego: se fue, fort repetido incansablemente. En éste incansablemente podemos escuchar lo compulsivo de ésta repetición en el juego.

Cito a Freud: “El niño tenia un carretel de madera atado con un piolin. No se le ocurrió, por ejemplo arrastrarlo tras si por el piso para jugar al carrito, sino que con gran destreza arrojaba el carretel, al que sostenía por el piolin tras la baranda de su cunita con mosquitero; el carretel desaparecía ahí dentro, el niño pronunciaba su significativo ‘o-o-o’, y después tirando del piolín, volvía a sacar el carretel de la cuna, saludando ahora su aparición con un amistoso ‘da’. Ese era pues el juego completo, el de desaparecer y volver”

Este juego repetitivo repetido compulsivamente, no es mera repetición, no es una repetición que no sirva para nada, es una respuesta del niño, que no se agota con decir que repite activamente lo que antes sufrió pasivamente como cuando juega al dentista. Es una respuesta, éste juego repetitivo, ¿Respuesta a qué? Freud lo dice claramente en el texto: a la ausencia de la madre. Esta ausencia, que ya es simbólica, ésta ausencia que es traumática para el sujeto, lo pone a trabajar, a tramitar psíquicamente un hecho traumático: la ausencia de la madre. Este trabajo, es un trabajo con, el niño arma la respuesta a la ausencia de la madre con un objeto.

Claude Rabant, (un analista francés que fue miembro de la EFP, escuela que funda Lacan, fue miembro de la Escuela desde su fundación hasta su disolución en 1980), nos dictó un seminario el fin de semana pasado aquí en Rosario. Ahora lo cito a Rabant, porque dijo de un modo interesante esto de trabajar con. No en el seminario de éste año, sino cuando vino en el 2006, decía a propósito de la sublimación (luego podemos hacer una articulación entre sublimación y mas allá del principio de placer). Lo leo: “Trabajo con la pulsión. Yo les hablo con mi voz, ustedes me escuchan con sus oídos, escribo con mi lapicera, trabajo con la pulsión ¿Para producir qué?...”.

Corto con toda intención ahí la cita de Rabant. Traía estas palabras para pensar el juego del niño, y ahora le podríamos hacer decir al nietito de Freud: “Armo una respuesta a la ausencia de mi madre, tramito el trauma de la ausencia de mi madre con mi carretel, con éste carretel”. Es decir, que el carretel en tanto es el objeto con el cual el niño arma su respuesta, está elevado al estatuto de objeto a. Que no esta dado, que requiere todo un trabajo producirlo, elaborarlo, labrarlo; y éste trabajo es la repetición del mas allá del principio de placer que Freud encuentra en el juego infantil. Como verán, no es “malo” éste mas allá, la pulsión de muerte, sino que es fundamental, fundacional, repetición mediante, del objeto a, que no es nada mas ni nada menos que el objeto causa del deseo. Léase en deseo: vacío, falta, hueco que causa, que promueve el trabajo con la pulsión ¿Quién podría pintar un cuadro si en vez del vacío tiene frete a si La Pintura del Siglo? (ahí tienen un atisbo, una pista de lo que podemos pensar luego de la sublimación).



Entonces, éste más allá del principio de placer es anterior al principio de placer. Ustedes saben que el principio de placer está regido por la tendencia a mantener siempre el mínimo de tensión necesaria, es decir: correr los menos riesgos posibles, mantener todo lo más equilibrado y tranquilo posible... aburrido (risas). Ley de menor esfuerzo y mayor tranquilidad. El mas allá supone una ruptura de ésta homeostasis, la rotura de la barrera antiestímulo dice Freud, como puede ser la pérdida de una pierna en un cambate en la guerra, la ausencia de la madre para el nietito de Freud, es decir: un hecho, real, traumático, terrorífico, es decir que traiga algo del orden de lo sorprendente, de la sorpresa (no es lo mismo el miedo, que la angustia o el terror), y que pone a trabajar el aparato para ligar el suceso. ¿Y cómo se liga? Con representaciones, que ese suceso pueda entrar en la economía de las representaciones, es decir, que pueda empezar a hacer condensaciones y desplazamientos y por tanto producir nuevas significaciones: hacer síntoma, olvido, chistes, etc...formaciones del inconsciente, retorno de lo reprimido, que tanto hemos venido trabajando éste año. Aquí, y así los podemos situar ahora.

Mientras el suceso traumático no entra en la economía significante de las representaciones, se le aparece al sujeto como lo “siempre igual” _repetición_ soñando siempre el momento en que pierde la pierna y despertándose en el mismo momento y con la misma angustia. Repetición, pero repetición que busca ligar, el sueño como ligador, para luego si cumplir su función de escribir jeroglíficamente la realización de deseo sexual infantil reprimido. Ahí recién la instancia de la letra , de la imagen como letra con que el sueño cifra, escribe.

Como pueden ver, es importantísima la función del mas allá del principio de placer. Pero tenemos que avanzar un paso mas y decir, que si bien la función es ligar, NO-TODO entra en la economía de las representaciones. Esto va a llevar a Freud a decir en “el yo y el ello” que todo lo reprimido es inconsciente, pero NO TODO lo inconsciente es reprimido. Ese inconsciente no reprimido es el Ello, la cede de las pulsiones.



Volvamos a la cuna del nietito de Freud, donde el niño tira el carretel –fort-, haciéndolo desaparecer dentro de la cuna y lo vuelve a hacer aparecer –da-: presencia-ausencia. Ese carretel, decíamos, ese objeto no es la madre reducida a una pequeña bola, es como un trocito del sujeto que se desprende pero sin dejar de ser bien suyo.

“No hay sujeto sin Otro” es una formula en la que se les ha insistido en éste seminario, y supongo que la tienen presente. Ahora podemos, con mas allá del principio de placer dar un paso y decir: no hay sujeto sin ésta caída de objeto, de éste trocito del sujeto que se desprende pero sin dejar de ser bien suyo, como dice Lacan en el seminario XI. Entonces ésta repetición en el juego del niño es repetición de la ausencia de la madre como causa de una spaltung, una división en el sujeto.

Es así como Freud se encuentra con la pulsión de muerte, no ligada, encuentro siempre fallido con lo real dice Lacan cuando diferencia Tyche de Automatom.

Podemos ahora distinguir claramente el inconsciente reprimido, ese de la primera tópica que trabajamos durante todo éste año, que ya se termina; ese inconsciente reprimido que aprehendemos vía la interpretación en las formaciones del inconsciente, retorno de lo reprimido, distinguirlo del Ello, del mas allá del principio de placer que se nos aparece vía repetición (una repetición distinta a la insistencia repetitiva del inconsciente reprimido), encuentro fallido con lo real, que muestra.

Acá quiero situar, lo que podemos, o puedo pensar respecto al análisis finito e infinito. El análisis infinito iría por el lado del retorno de lo reprimido; siempre habrá olvidos, chistes, lapsus, sueños que se puedan interpretar. Infinito. Pero un análisis finito implica la pulsión, el más allá del principio de placer, ese caballo salvaje que hace falta domar en un análisis. Por supuesto que es un trabajo que se hace con significantes, como la interpretación. Siguiendo con ésta hermosa metáfora que nos regaló Rabant, la del caballo salvaje, para que el análisis no sea infinito, los juegos de palabras, la interpretación del retorno de lo reprimido, tendría que poder apuntar a domar el caballo salvaje, apuntar a ese hueco, ese foso que cava la ausencia de la madre, y que es constitutivo. Domar el caballo salvaje… pero no todo… lo que implica ceñir el a que está en el calce entre Simbólico, Imaginario y Real en el nudo borromeo.

Este “ceñir” es en el trabajo de un análisis, que Freud distingue lo que con Lacan decimos analizante y analista. Que nunca se los puede pensar uno sin el otro. Que la estructura es la estructura de discurso que se juega entre analizante y analista en el análisis. Entonces decíamos que Freud pone del lado del analizante la asociación libre, y del lado del analista la abstinencia, la atención flotante y como tareas del analista: interpretar y construir. “Construcciones en el análisis”.

Mi pregunta, que es a lo que quería arribar; mi pregunta es si la construcción no tiene que ver con éste mas allá, con éste mostrar repetitivo del mas allá y que implica una tarea distinta del analista, que es con significante, pero que no es interpretación del retorno de lo reprimido… no estoy seguro.



Claudio Cabral.

3 comentarios:

Margarita Scotta dijo...

Qué buena la clase! Sobre todo el final, con esa vacilación hacia un espacio donde algo ya no será interpretable -se podría sentir como inseguridad- pero sin embargo abre el espacio de la creación... el "más allá" como emergencia de lo que no ha sido reprimido y por eso mismo contiene la posibilidad...

Roy Jacob dijo...

Interesante la articulación: Pulsión con el significante pero más allá del significante.Otros trayectos del significante más allá de las madres metáfora y metonimia. Y esa pregunta, casi articulada en el terreno de lo fantástico (como género), que es una pregunta-camino, y que hace que yo me interrogue a su vez si nuestro querido amigo no habrá respondido simultaneamente, con un acto de creación, aquella pregunta por los padres del psicoanálisis.

Claudio Cabral dijo...

¡Bravo Margarita, no desearía un entendimiento mejor para los alumnos que escucharon la clase!
-Esto te debe hacer acordar a lo que le dice Freud al pequeño Hans: Bravo pequeños Hans, no desearía un entendimiento mejor para los adultos del psicoanálisis, o algo así. Digo bravo, porque me parece que pezcaste justo lo que dejé por fuera de la cita de Rabant... y queando por fuera... pasó. Cuando el dice que el trabajo CON la pulsíon, ¿Para producir qué? OTRA COSA, anderes (si mal no recuerdo es la palabra en aleman)Es dificil de pensar esto de producir OTRA COSA, o "espacio a la créación" según tu expresión, ¿Es lo que hace el nietito de Freud con el carretel? Esto abre a la interrogación de qué seria este OTRA COSA desde nuestra posición como analizantes; como compañero sexual en una cama de pleno empleo, como en la que nos pone Lacan en el seminario XX; cuando itentamos ocuapar el lugar del analista... ¿Tiene el mismo estatuto éste OTRA COSA, anderes, desde cada una de ésta posiciónes? o como cuando Freud nos interpela hablandole al pequeño Hans...
Y sos muy buena conmigo, al hacer de mi "no estoy seguro" apertura a la creación, gracias.