La vida y la muerte están ligadas al padre y al falo. Cuando Lacan construye el esquema R ubica en las dos esquinas contrapuestas del cuadrado, en una al falo y en la otra al padre (es cuando dice que el Nombre del Padre es el que introduce en el Otro la Ley , o sea: el orden que hace legible a los significantes, en definitiva, el orden significante). Así tendríamos que en una de las esquinas (que pertenece al triángulo simbólico) está el Padre Muerto. En la otra esquina, el Falo, pero como símbolo de la vida, si el sujeto entra en el juego como muerto,el falo imaginario, señala la posibilidad de imaginarizar la vitalidad que le es dada al sujeto por la identificación con el falo imaginario asociado a la erección. Por lo tanto, la vida y la muerte están localizadas en el cuadrado,. La muerte introducida por el padre es otra que la biológica, asociada a la creación exnihilo, tanto de sí mismo como del suejto; es una meurte simbólica. En el vértice opuesto se inscribe la dimensión fálica y la vida. O sea: en su articulación recíproca, el padre introduce la muerte simbólica y el falo la vida, vida vinculada también al símbolo.
Marité Colovini
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