Un espacio que aloja los múltiples tipos de vínculos que puedan construirse alrededor del discurso del psicoanálisis, y, a través de su trama, ofrecer y posibilitar a la comunidad el encuentro entre la demanda de psicoanálisis y quien en el nombre de esa práctica se ofrezca a ocupar el lugar del psicoanalista.
martes, 22 de diciembre de 2009
Tarjeta de fin de año
Este hilito rojo es para anudarse y enredarse...y para que se protejan de la in-vidia.
La tinta es para escribir mientras pensamos y
Nuestro deseo para el 2010:
QUE LA RED SE CONSTITUYA EN UN ESPACIO HABITABLE DONDE PODAMOS DEVENIR OTRO CON OTROS.
Marité Colovini y Beto Manino
La tinta es para escribir mientras pensamos y
Nuestro deseo para el 2010:
QUE LA RED SE CONSTITUYA EN UN ESPACIO HABITABLE DONDE PODAMOS DEVENIR OTRO CON OTROS.
Marité Colovini y Beto Manino
viernes, 18 de diciembre de 2009
¿El deseo de muerte debe situarse del lado del deseo de dormir o del deseo de despertar?
IMPROVISACIÓN
fuente: http://www.analiticadespertar.com.ar/
Texto aparecido en el único número en castellano de la revista L' Ane, año 1982, sin mención de editorial ni de traductor
Siendo docente, cuando me iniciaba en el Departamento de Psicoanálisis de la Universidad de Vincennes, tuve la ocasión en 1974 de plantearle al Doctor Lacan, una pregunta que resumiré en estos términos: ¿El deseo de muerte debe situarse del lado del deseo de dormir o del deseo de despertar?. El Dr. Lacan, que estaba sentado en su escritorio, guardó silencio y ya había renunciado a escucharlo con respecto a esta pregunta, cuando al cabo de media hora me dio su respuesta de un modo lo bastante específico, como para que yo pudiera tomar notas lo más completas posibles. Es la transcripción de esas notas lo que aquí remito.
Catherine Millot
El deseo de dormir corresponde a una acción fisiológica inhibidora. El sueño es una inhibición activa. Es a ese punto al que podemos concebir que venga a articularse lo simbólico. Es sobre el cuerpo que se articula el lenguaje, por la paradoja biológica que constituye una instancia que impide la interrupción del dormir. Gracias a lo simbólico, el despertar total es la muerte, para el cuerpo. El dormir profundo vuelve posible que dure el cuerpo.
Más allá del despertar.
Lo que Freud imagina de la pulsión de muerte implica que el despertar del cuerpo es su destrucción. Porque en el sentido opuesto al principio de placer, esto lo califica como un más allá: este más allá, es una oposición.
La vida, en cuanto a ella, está bastante más allá de todo despertar. La vida no es concebida, el cuerpo no la atrapa en nada, la lleva simplemente. Cuando Freud dice: "la vida aspira a la muerte", es en tanto que la vida, por estar encarnada, por estar en el cuerpo, aspiraría a una total y plena conciencia. Se puede decir que es ahí, donde se señala que aún en el despertar absoluto hay una parte de sueños que es justamente...
No nos despertamos nunca, los deseos mantienen los sueños. La muerte es un sueño, entre otros sueños que perpetúan la vida, el de permanecer en lo mítico. Es del lado del despertar donde se sitúa la muerte. La vida es algo totalmente imposible, que puede soñar con un despertar absoluto.
Por ejemplo en la religión nirvanesca, la vida sueña con escaparse a sí misma. Queda sin embargo que la vida es real y que este retorno es mítico. Es mítico, y forma parte de esos sueños que sólo se articulan de lenguaje. Si no hubiese lenguaje, uno no se pondría a soñar con estar muerto como una posibilidad. Esta posibilidad es tan contradictoria que aún en esas aspiraciones no solamente míticas sino místicas, se piensa que se alcanza al real absoluto que no está modelado más que por un cálculo.
Soñamos confundirnos con lo que se extrapola al nombre por el hecho de que habitamos el lenguaje. Pero del hecho de que habitamos el lenguaje, nos amoldamos a un formalismo -del orden del cálculo, justamente- y nos imaginamos que, de lo real hay un saber absoluto. Al fin de cuentas, en el nirvana, es a ahogarse en ese saber absoluto, del que no hay huella, a lo que se aspira. Creemos que seremos confundidos con ese saber supuesto sostener el mundo, mundo que sólo es sueño de cada cuerpo.
Que esté articulado sobre la muerte, solo el lenguaje, al fin de cuentas, lo testimonia. ¿Es eso lo que está reprimido? Es difícil afirmarlo. Es pensable que todo el lenguaje no sea hecho más que para no pensar la muerte, que, es la cosa menos pensable que hay. Y es por eso que concibiéndola como un despertar, digo algo que está implicado por mi pequeño nudo: simbólico, imaginario, real, (SIR).
Tendería más bien a pensar, que el sexo y la muerte son solidarios, como está probado por lo que sabemos del hecho que son los cuerpos que se reproducen sexualmente los que están sujetos a la muerte.
Pero es también por la represión de la no-relación sexual, como el lenguaje niega la muerte. El despertar total que consistiría en aprehender el sexo -lo que está excluido- puede tomar, entre otras formas la de la consecuencia del sexo, es decir, la muerte.
El sin-sentido de lo real.
Freud comete un error al concebir que la vida puede aspirar a regresar a la inercia de las partículas, imaginadas como materiales. La vida en el cuerpo subsiste sólo del principio del placer. Pero el principio del placer en los seres que hablan está sometido al inconciente, es decir al lenguaje. Al fin de cuentas, el lenguaje permanece ambiguo: suple la ausencia de relación sexual y por eso enmascara la muerte, aún cuando sea capaz de expresarla, como una especie de deseo profundo. De todos modos, no se tienen pruebas, para los análogos del lenguaje en el animal, de una conciencia de muerte. No pienso que las haya más en el hombre por el hecho del lenguaje: el hecho de que el lenguaje habla de la muerte, eso no prueba que tenga de ella algún conocimiento.
Es el límite muy retrocedido al que sólo se accede por lo real del sexo. La muerte es un despertar que participa aún del sueño en tanto el sueño está ligado al lenguaje. Que algunos sueños sean de los que despiertan indican que deben relacionarse con el sexo más que con la muerte.
Los sueños, en el ser que habla, conciernen a este sin sentido de lo real constituido por la no-relación sexual, que así estimula más al deseo, justamente, de conocer esa no-relación. Si el deseo es del orden de la falta, sin que pueda decirse que sea su causa, el lenguaje es aquello al nivel de lo cual se prodigan las tentativas para establecer esa relación; su misma prodigalidad señala que jamás la alcanzará. El lenguaje puede ser concebido como lo que prolifera a nivel de esa no-relación, sin que se pueda decir que esa relación exista fuera de lenguaje.
fuente: http://www.analiticadespertar.com.ar/
Texto aparecido en el único número en castellano de la revista L' Ane, año 1982, sin mención de editorial ni de traductor
Siendo docente, cuando me iniciaba en el Departamento de Psicoanálisis de la Universidad de Vincennes, tuve la ocasión en 1974 de plantearle al Doctor Lacan, una pregunta que resumiré en estos términos: ¿El deseo de muerte debe situarse del lado del deseo de dormir o del deseo de despertar?. El Dr. Lacan, que estaba sentado en su escritorio, guardó silencio y ya había renunciado a escucharlo con respecto a esta pregunta, cuando al cabo de media hora me dio su respuesta de un modo lo bastante específico, como para que yo pudiera tomar notas lo más completas posibles. Es la transcripción de esas notas lo que aquí remito.
Catherine Millot
El deseo de dormir corresponde a una acción fisiológica inhibidora. El sueño es una inhibición activa. Es a ese punto al que podemos concebir que venga a articularse lo simbólico. Es sobre el cuerpo que se articula el lenguaje, por la paradoja biológica que constituye una instancia que impide la interrupción del dormir. Gracias a lo simbólico, el despertar total es la muerte, para el cuerpo. El dormir profundo vuelve posible que dure el cuerpo.
Más allá del despertar.
Lo que Freud imagina de la pulsión de muerte implica que el despertar del cuerpo es su destrucción. Porque en el sentido opuesto al principio de placer, esto lo califica como un más allá: este más allá, es una oposición.
La vida, en cuanto a ella, está bastante más allá de todo despertar. La vida no es concebida, el cuerpo no la atrapa en nada, la lleva simplemente. Cuando Freud dice: "la vida aspira a la muerte", es en tanto que la vida, por estar encarnada, por estar en el cuerpo, aspiraría a una total y plena conciencia. Se puede decir que es ahí, donde se señala que aún en el despertar absoluto hay una parte de sueños que es justamente...
No nos despertamos nunca, los deseos mantienen los sueños. La muerte es un sueño, entre otros sueños que perpetúan la vida, el de permanecer en lo mítico. Es del lado del despertar donde se sitúa la muerte. La vida es algo totalmente imposible, que puede soñar con un despertar absoluto.
Por ejemplo en la religión nirvanesca, la vida sueña con escaparse a sí misma. Queda sin embargo que la vida es real y que este retorno es mítico. Es mítico, y forma parte de esos sueños que sólo se articulan de lenguaje. Si no hubiese lenguaje, uno no se pondría a soñar con estar muerto como una posibilidad. Esta posibilidad es tan contradictoria que aún en esas aspiraciones no solamente míticas sino místicas, se piensa que se alcanza al real absoluto que no está modelado más que por un cálculo.
Soñamos confundirnos con lo que se extrapola al nombre por el hecho de que habitamos el lenguaje. Pero del hecho de que habitamos el lenguaje, nos amoldamos a un formalismo -del orden del cálculo, justamente- y nos imaginamos que, de lo real hay un saber absoluto. Al fin de cuentas, en el nirvana, es a ahogarse en ese saber absoluto, del que no hay huella, a lo que se aspira. Creemos que seremos confundidos con ese saber supuesto sostener el mundo, mundo que sólo es sueño de cada cuerpo.
Que esté articulado sobre la muerte, solo el lenguaje, al fin de cuentas, lo testimonia. ¿Es eso lo que está reprimido? Es difícil afirmarlo. Es pensable que todo el lenguaje no sea hecho más que para no pensar la muerte, que, es la cosa menos pensable que hay. Y es por eso que concibiéndola como un despertar, digo algo que está implicado por mi pequeño nudo: simbólico, imaginario, real, (SIR).
Tendería más bien a pensar, que el sexo y la muerte son solidarios, como está probado por lo que sabemos del hecho que son los cuerpos que se reproducen sexualmente los que están sujetos a la muerte.
Pero es también por la represión de la no-relación sexual, como el lenguaje niega la muerte. El despertar total que consistiría en aprehender el sexo -lo que está excluido- puede tomar, entre otras formas la de la consecuencia del sexo, es decir, la muerte.
El sin-sentido de lo real.
Freud comete un error al concebir que la vida puede aspirar a regresar a la inercia de las partículas, imaginadas como materiales. La vida en el cuerpo subsiste sólo del principio del placer. Pero el principio del placer en los seres que hablan está sometido al inconciente, es decir al lenguaje. Al fin de cuentas, el lenguaje permanece ambiguo: suple la ausencia de relación sexual y por eso enmascara la muerte, aún cuando sea capaz de expresarla, como una especie de deseo profundo. De todos modos, no se tienen pruebas, para los análogos del lenguaje en el animal, de una conciencia de muerte. No pienso que las haya más en el hombre por el hecho del lenguaje: el hecho de que el lenguaje habla de la muerte, eso no prueba que tenga de ella algún conocimiento.
Es el límite muy retrocedido al que sólo se accede por lo real del sexo. La muerte es un despertar que participa aún del sueño en tanto el sueño está ligado al lenguaje. Que algunos sueños sean de los que despiertan indican que deben relacionarse con el sexo más que con la muerte.
Los sueños, en el ser que habla, conciernen a este sin sentido de lo real constituido por la no-relación sexual, que así estimula más al deseo, justamente, de conocer esa no-relación. Si el deseo es del orden de la falta, sin que pueda decirse que sea su causa, el lenguaje es aquello al nivel de lo cual se prodigan las tentativas para establecer esa relación; su misma prodigalidad señala que jamás la alcanzará. El lenguaje puede ser concebido como lo que prolifera a nivel de esa no-relación, sin que se pueda decir que esa relación exista fuera de lenguaje.
Entrevista a Lacan, publicada por Panorama de Roma en 1974.
Fuente: www.analiticadespertar.com.ar/
Freud para siempre
Entrevista a Jacques Lacan
"Traducción y revisión a cargo de Mario Betteo Barberis según fuente - Pas tout Lacan - situado en la biblioteca de la elp, en su página web http://www.ecole-lacanienne.net . La revista Panorama de Roma lo publicó en su número del 21 de diciembre de 1974."
El malestar de la civilización moderna. La dificultad de vivir. El miedo y el sexo. La palabra como tratamiento de la neurosis. La angustia de los científicos. El psicoanalista viviente mas paradojal expone su doctrina y las razones de su fidelidad al maestro.
Jacques Lacan, 73 años, parisino, psicoanalista. Apóstol de Sigmund Freud. Se define como un “freudiano puro” y ha fundado en París una escuela freudiana que repropone infatigablemente – hace veinte años – el retorno a las doctrinas del maestro y su relectura “en el sentido literal”. Está considerado como herético del psicoanálisis oficial que lo acusa de histrionismo (Emilio Servadio, presidente del Centro psicoanalitico de Roma, lo ha definido como “profeta de opereta”) y que lo ha expulsado de las instituciones y sociedades.
Es venerado como un dios por sus partisanos, para los cuales él es “un genio que comunica por flashes”. Políticamente de izquierda, próximo al grupo marxista maoísta que dirige la revista Tel quel. Padre espiritual, se lo ha dicho, de todos los izquierdistas franceses. Es igualmente un personaje legendario debido al tono oracular con el cual despliega sus escritos, incomprensibles para cualquiera que no esté largamente instruido en los misterios del psicoanálisis, definido, en uno de sus ensayos, “como ninguna otra cosa mas que un artificio al cual Freud ha dado los constituyentes, planteando que su conjunto engloba la noción de tales constituyentes”
Sus conferencias y lecciones de los miércoles en la Facultad de derecho de la Sorbona son seguidas por una multitud de auditores, mas allá del lenguaje hablado tan oscuro como brumoso es su escrito. El mismo dice : “Hablo en mediapalabra , eso es conocido. Y finalmente nadie comprende nada”.
Mezcla palabras sabias (“homeostasis, anamorfosis, afanisis”) con neologismos que inventa a boca de jarro ( el más célebre es “parlêtre”, tanto para el ser parlante como para el hombre). Utiliza indiferentemente términos de la jerga o resueltamente eufemismos bonachones en el límite de lo ridículo; el falo, protagonista y dios feroz de la religión psicoanalítica, deviene simple e ironicamente en el lenguaje de Lacan, “quéquette”.
Pequeño de talla, de cabellos grises cortados a cepillo y siempre seriamente peinado, con un vago parecido a Jean Gabin lo cual no le disgusta, este monstruo sagrado de la cultura francesa se viste siempre como un dandy: camisa blanca de tela bordada cerrada sobre el cuello con una banda abotonada como la de los curas, trajes de terciopelo color ciruela o damasco donde el tejido mezcla lo brillante y lo mate.
En su consultorio de 5 rue de Lille, con su diván canapé de estilo imperio, Lacan recibe al todo-Paris que pague. Lacan se proclama estructuralista, está convencido que lingüística y psicoanálisis son hermanos y que los analistas “deberían tener una cultura sociológica, lingüística y metafísica”. Sus ensayos están reunidos en un volumen que se llama Ecrits, con decena de miles de ejemplares vendidos.
Panorama le pidió a Lacan de hablar del psicoanálisis, de sus métodos, en la técnica y la doctrina.
►◄
Pregunta : Pr. Lacan, se ecucha hablar mas y mas a menudo de la crisis del psicoanálisis : se dice que Sigmund Freud está superado, la sociedad moderna ha descubierto que su doctrina no alcanza a comprender al hombre ni a interpretar a fondo su relación con el ambiente, con el mundo ...
Lacan : Son historias. En primer lugar : la crisis, no existe. No está , el psicoanálisis, al contrario, no ha alcanzado del todo sus límites. Hay aún muchas cosas para descubrir tanto en la práctica como en la doctrina. En el psicoanálisis no hay solución inmediata, sino solamente la larga y paciente investigación acerca de los porqué. En segundo lugar : Freud. ¿Cómo se lo puede juzgar como superado si no lo hemos comprendido enteramente ? Lo que sabemos es que ha dado a conocer cosas totalmente novedosas que no se habían imaginado antes de él, problemas ... del inconsciente hasta la importancia de la sexualidad, del acceso al simbólico al sujetamiento a las leyes del lenguaje.
Su doctrina ha puesto a la verdad en cuestión, un asunto que concierne a cada uno personalmente. Nada que ver con una crisis. Repito : estamos lejos de los objetivos de Freud. Es porque su nombre ha servido para cubrir muchas cosas que ha habido desviaciones, los epígonos no han seguido siempre fielmente el modelo, eso ha creado la confusión.
Luego de su muerte en 1939, algunos de sus alumnos pretendieron hacer el psicoanálisis de otra manera, reduciendo su enseñanza a algunas pequeñas fórmulas banales : la técnica como rito, la práctica reducida al tratamiento del comportamiento y, como objetivo, la readaptación del individuo a su entorno social. Es decir, la negación de Freud, un psicoanálisis acomodaticio, de salón.
El mismo lo había previsto. Decía que hay tres posiciones imposibles de sostener, tres tareas imposibles : gobernar, educar y psicoanalizar. Hoy día poco importa quien tiene las responsabilidades de gobernar y todo el mundo se pretende educador. En cuanto a los psicoanalistas , ¡ ay !, por desgracia prosperan como los magos y los curanderos. Proponer ayudar a las personas significa el éxito asegurado y la clientela detrás de la puerta. El psicoanálisis es otra cosa.
- ¿Qué exactamente?
Lacan- Lo defino como un síntoma, revelador del malestar de la civilización en la cual vivimos. No es ciertamente una filosofía, yo aborrezco la filosofía, hace ya tiempo que ella no dice nada interesante. No es tampoco una fe y tampoco me va de llamarla ciencia. Digamos que es una práctica que se ocupa de aquello que no anda, terriblemente difícil ya que ella pretende introducir en la vida cotidiana al imposible y al imaginario. Hasta ahora, ha obtenido ciertos resultados, pero ella no dispone aún de reglas y se presta a toda suerte de equívocos.
No hay que olvidar que se trata de algo totalmente nuevo, tanto sea en relación a la medicina, o a la psicología o a las ciencias afines. Ella es asimismo muy joven. Freud murió apenas hace 35 años. Su primer libro, “La interpretación de los sueños” fue publicado en 1900 y con muy poco éxito. Creo que fueron vendidos unos 300 ejemplares en aquellos años. Tenía pocos alumnos que pasaban por locos y ellos mismos no estaban de acuerdo acerca de la manera de poner en práctica y de interpretar aquello que habían adquirido.
- ¿Qué es lo que no anda en el hombre hoy en día?
Lacan- Hay una gran fatiga de vivir como resultado de la carrera hacia el progreso. Se espera del psicoanálisis que descubra hasta donde se puede llegar arrastrando esa fatiga, ese malestar de la vida.
- ¿Qué es lo que empuja a la gente a analizarse?
Lacan - El miedo. Cuando al hombre le llegan las cosas, incluso las cosas que ha querido, que no comprende, tiene miedo. Sufre de no comprender y poco a poco entra en un estado de pánico. Es la neurosis. En la neurosis histérica el cuerpo deviene enfermo del miedo de estar enfermo sin estarlo realmente. En la neurisis obsesiva el miedo pone cosas bizarras en la cabeza ... pensamientos que no se pueden controlar, fobias en las cuales formas y objetos adquieren significaciones diversas y espantosas.
- ¿Por ejemplo?
Lacan – El neurótico llega a sentirse empujado por una necesidad espantosa de tener que verificar docenas de veces si la canilla está cerrada de verdad o si tal cosa está bien en su lugar, sabiendo con certeza que la canilla está como debe estar y que la cosa está en su lugar. No hay pastilla que cure eso. Tu debes descubrir porqué eso te llega y saber lo que eso significa.
- ¿Y el tratamiento?
Lacan - El neurótico es un enfermo que se trata con la palabra, sobre todo con la suya. Debe de hablar, contar, explicar él mismo. Freud lo define así: “asunción de la parte del sujeto de su propia historia, en la medida en que ella está constituida por la palabra dirigida a otro”. El psicoanalista no tiene mas remedio que ser el rey de la palabra. Freud explicaba que el inconsciente no es tanto profundo sino mas bien que es inaccesible a la profundización consciente. Y decía también que en ese inconsciente “ello habla”: un sujeto en el sujeto trascendiendo al sujeto. La palabra es la gran fuerza del psicoanálisis.
- ¿Palabra de quien? ¿Del enfermo o del analista?
Lacan - En el psicoanálisis, los términos “enfermo, médico, medicina” no son exactos, no son utilizados. Incluso las fórmulas pasivas que son utilizadas habitualmente no son justas. Se dice “hacerse psicoanalizar”. Es falso. Aquel que hace el trabajo en análisis es aquel que habla, el sujeto analizante mismo si el lo hace según el modelo sugerido por el analista que le indica cómo proceder y lo ayuda con sus intervenciones. Las interpretaciones que les son proporcionadas parecen dar sentido en un primer abordaje a aquello que el analizante dice.
En realidad la interpretación es mas sutil, tiende a borrar el sentido de las cosas por las cuales el sujeto sufre. El objetivo es el de mostrarle a través de su propio relato que su síntoma, digamos la enfermedad, no está en relación con nada, que está desanudada de todo sentido. Mismo si en apariencia es real, él no existe.
Las vías por las cuales esta acción de la palabra procede pide mucha práctica y una paciencia infinita. La paciencia y la ponderación son los instrumentos del psicoanálisis. La técnica consiste en saber ponderar la ayuda que se le da al analizante; es por esto que el psicoanálisis es difícil.
- Cuando se habla de Jacques Lacan, se asocia inevitablemente ese nombre a una fórmula: “el retorno a Freud”. ¿Qué significa eso?
Lacan – Exactamente eso que es dicho. El psicoanálisis es Freud. Si se quiere hacer psicoanálisis, hay que referirse a Freud, en sus términos, en sus definiciones, leídas e interpretadas en su sentido literal. He fundado en París una escuela freudiana justamente para eso. Hace 20 años o más que vengo explicando mi punto de vista: el retorno a Freud simplemente significa despejar el campo de las desviaciones y de los equívocos, de las fenomenología existenciales por ejemplo tanto como del formulismo institucional de las sociedades analíticas, retomando la lectura de su enseñanza según los principios definidos y catalogados en su trabajo. Releer Freud quiere decir solamente releer Freud. Aquel que no hace esto en psicoanálisis, utiliza formas abusivas.
- Pero Freud es difícil. Y Lacan dicen, lo torna incomprensible. Se le reprocha a Lacan de hablar y sobre todo de escribir de tal manera que solamente aquellos iniciados pueden esperar comprender.
Lacan - Lo se, tengo la reputación de ser un oscuro que esconde su pensamiento en nubes de humo. Yo me pregunto el porqué. A propósito del análisis, respeto conjuntamente con Freud que sea “el juego intersubjetivo a través del cual la verdad entre en el real”. ¿No está claro? Pero el psicoanálisis no es una cosa simple.
Mis libros tienen reputación de incomprensibles. ¿Pero por quien? No los he escrito para todos, para que sean comprendidos por todos. Al contrario, no me he preocupado ni un instante de complacer a algunos lectores. Tengo cosas para decir y las digo. Me es suficiente tener un público que lee, y si no comprende, paciencia. En cuanto al número de lectores, tengo mas chance que Freud. Mis libros son muy leídos; estoy asombrado por eso.
Estoy convencido que dentro de 10 años como máximo, quien me lea me encontrará transparente como una buena jarra de cerveza. Es posible que entonces se diga: ¡ ese Lacan, es banal!
- ¿Cuáles son las características del lacanismo?
Lacan - Es un poco apresurado decirlo ya que el lacanismo no existe aún. Se percibe apenas un olor, como un presentimiento.
Sea lo que sea, Lacan es un señor que practica el psicoanálisis hace 40 años y que estudia desde hace más tiempo. Creo en el estructuralismo y en la ciencia del lenguaje. He escrito en uno de mis libros que “ aquello a lo cual nos devuelve el descubrimiento de Freud es a la importancia del orden en el cual hemos entrado, en el que somos, si se puede decir, nacidos por segunda vez, saliendo del estado llamado justamente infans, sin palabra”.
El orden simbólico sobre el cual Freud ha fundado su descubrimiento está constituido por el lenguaje, como momento del discurso concreto universal. Es el mundo de las palabras que creó el mundo de las cosas, inicialmente confusas en el devenir del todo. Solamente las palabras dan un sentido cabal a la esencia de las cosas. Sin las palabras, nada existiría. ¿Cuál sería el placer sin el intermediario de la palabra?
Mi idea es que Freud al enunciar en sus primera obras (“La interpretación de los sueños”, “Mas allá del principio del placer”, “Tótem y tabú”) las leyes del inconsciente formuló, como precursor de su tiempo, las teorías con las cuales algunos años mas tarde Ferdinand de Saussure abrió el camino de la lingüística moderna.
- ¿Y el pensamiento puro?
Lacan - Sometido, como todo el resto, a las leyes del lenguaje, solamente las palabras pueden introducir y darle consistencia. Sin el lenguaje, la humanidad no daría un paso hacia el frente en las investigaciones acerca del pensamiento. Del mismo modo para el psicoanálisis. Sea cual sea la función que quisiéramos atribuirle, agente de cura, de formación o de sondeo, no hay mas que un medium del que se sirve : la palabra del paciente. Y cada palabra pide respuesta.
- ¿El análisis como diálogo? Hay gente que lo interpretan sobretodo como un sucedáneo laico de la confesión...
Lacan - ¿Pero qué confesión? Al psicoanalista no se le confiesa nada. Se va a decirle simplemente todo lo que se le pasa por la cabeza. Palabras precisamente. El descubrimiento del psicoanálisis, es el del hombre como animal parlante. Es asunto del analista el poner en serie las palabras que escucha y de darle un sentido, una significación. Para realizar un buen análisis, hace falta un acuerdo, una afinidad entre el analizante y el analista. A través de las palabras de uno, el otro busca hacerse una idea de lo que se trata y a encontrar mas allá del síntoma aparente, el difícil nudo de la verdad. Otra función del analista es la de explicar el sentido de las palabras para hacer comprender al paciente acerca de lo que puede esperar del análisis.
- Entonces es una relación de una extrema confianza.
Lacan – Sobre todo un intercambio, en el cual lo importante es que uno habla y el otro escucha. Aún en silencio. El analista no plantea preguntas y no tiene ideas. Da solamente las respuestas que hace falta dar a las preguntas que suscitan sus buenas ganas. Pero a fin de cuentas , el analizante va siempre a donde el analista lo lleva.
- Eso es la cura. ¿Y acerca de las posibilidades de curación? ¿Se sale de la neurosis?
Lacan - El psicoanálisis tiene éxito cuando vacía el campo tanto del síntoma como del real, y así llega a la verdad.
- ¿ Podría explicarme ese concepto de una manera menos lacaniana?
Lacan – Yo llamo síntoma a todo aquello que viene del real. Y el real es todo aquello que no anda, que no funciona, eso que hace obstáculo a la vida del hombre y a la afirmación de su personalidad. El real vuelve siempre al mismo lugar, se lo encuentra siempre allí con las mismas manifestaciones. Los científicos disponen de una bella fórmula: que no hay nada de imposible en el real. Hace falta ser un caradura para hacer afirmaciones de ese género, o bien como yo lo sospecho, una ignorancia total acerca de lo que se hace y de lo que se dice. El real y el imposible son antitéticos; no pueden estar juntos. El análisis empuja al sujeto hacia el imposible, le sugiere considerar el mundo como es verdaderamente, es decir imaginario y sin ningún sentido. Mientras que el real, como un pájaro voraz , no hace otra cosa que nutrirse de cosas sensatas, de acciones que tienen un sentido.
Se escucha siempre repetir que hay que darle un sentido a esto o a aquello, a sus propios pensamientos, a sus propias aspiraciones, a los deseos, al sexo, a la vida. Pero de la vida no sabemos nada de nada, cómo se sofocan los científicos por explicar. Mi miedo es que por culpa de ellos, el real, cosa monstruosa que no existe, termine tomando la delantera. La ciencia está en tren de sustituir a la religión, con otro tanto de despotismo, de oscuridad y de oscurantismo. Hay un dios átomo, un dios espacio, etc. Si la ciencia o la religión lo logran, el psicoanálisis está acabado.
- ¿Qué relación guardan entre sí hoy día la ciencia y el psicoanálisis?
Lacan - Para mí la única ciencia verdadera, seria para seguir es la ciencia ficción. La otra, aquella que es oficial, que tiene sus altares en los laboratorios, avanza a tientas y a locas y comienza a tener miedo de su sombra. Pareciera que a los científicos también les llegó el momento de angustia. En sus laboratorios acépticos, revestidos de sus guardapolvos almidonados, esos viejos niños que juegan con cosas desconocidas, manipulando aparatos siempre mas complicados e inventando fórmulas siempre más oscuras, comienzan a preguntarse qué es lo que podrá sobrevenir mañana y qué terminarán aportando sus investigaciones siempre novedosas. En fin, digo. ¿Y si es demasiado tarde? Se llamen biólogos, físicos, químicos, para mí están locos.
Solamente por el momento, mientras están en tren de destruir el universo, les viene al espíritu preguntarse si por azar eso que hacen no sería peligroso. ¿Y si todo saltara? ¿ Y si las bacterias tan amorosamente elevadas en los blancos laboratorios se trasmutasen en enemigos mortales? ¿Y si el mundo fuera barrido por una horda de esas bacterias con todo lo merdoso que lo habita, comenzando por los científicos de los laboratorios? Hay tres posiciones imposibles dichas por Freud: gobernar, educar y psicoanalizar. Agregaría una cuarta: la ciencia. Tan cerca como las demás, los científicos no saben que están en una posición insostenible.
- Es una definición bastante pesimista de aquello que comúnmente se llama progreso.
Lacan - Para nada, no soy para nada pesimista. No llegará a nada, por la simple razón de que el hombre es un bueno para nada, incapaz de destruirse a sí mismo. Una calamidad total promovida por el hombre, eso lo encontraría personalmente maravilloso. Sería la prueba de que finalmente a logrado fabricar alguna cosa con sus manos, con su cabeza, sin intervención divina , natural o de otra especie.
Todas esas bellas bacterias bien nutridas que se pasean por el mundo, como las langostas bíblicas, significarían el triunfo del hombre. Pero eso no llegará jamás. La ciencia tiene su buena crisis de responsabilidad. Todo reentrará en el orden de las cosas, como se dice. Lo he dicho, el real tendrá la superioridad como siempre y nosotros estaremos jodidos como siempre.
- Otra de las paradojas de Jacques Lacan. Nos lanza no solamente la dificultad del lenguaje y la obscuridad de los conceptos, los juegos de palabras, los divertimentos lingüísticos, los acertijos a la francesa y precisamente las paradojas. Aquel que lo escucha o lo lee debe de sentirse desorientado.
Lacan – No agrado del todo, digo las cosas muy seriamente. Salvo que utilice las palabras como lo los científicos, de los que hablamos antes, utilizan sus alambiques y sus gadgets electrónicos. Busco siempre referirme a la experiencia del psicoanálisis.
- Usted dijo: el real no existe. Pero el hombre medio sabe que el real es el mundo, todo aquello que lo rodea, lo que se ve ante el ojo desnudo, se toca, es ...
Lacan – De entrada rechacemos a este hombre medio que , él, para comenzar no existe, es solamente una ficción estadística, existen los individuos y eso es todo. Cuando escucho hablar del hombre de la calle, de los sondeos, de los fenómenos de masa o de cosas parecidas, pienso en todos los pacientes que he visto pasar sobre el diván de mi consultorio en cuarenta años de escucha. No hay uno solo que sea parecido a otro, ninguno con la misma fobia, la misma angustia, la misma manera de relatar, el mismo miedo de no entender. El hombre medio, ¿quien es ? ¿Yo, usted, nosotros, mi conserje, el presidente de la república ?
- Hablamos del real, del mundo que todos vemos ...
Lacan - Precisamente. La diferencia entre el real, a saber eso que no va y el simbólico y el imaginario, a saber, la verdad, es que el real es el mundo. Para constatar que el mundo no existe, que no es, hace falta pensar en todas las cosas banales que una infinidad de gente estúpida creen que es el mundo. E invito a los amigos de Panorama, antes de acusarme de paradoja, a reflexionar acerca de lo que acaban de leer.
- Siempre mas pesimista se diría ...
Lacan - No es cierto. No me coloco entre los alarmistas ni entre los angustiados. Guay si un psicoanalista no ha dejado atrás su estado de la angustia. Es cierto, hay alrededor de nosotros cosas horripilantes y devorantes, como es la televisión, por la cual la mayoría de nosotros se encuentra regularmente fagocitado. Pero es únicamente porque las personas se dejan fagocitar que llega a inventarse un interés para aquellos que los ven. Luego hay otros gadgets monstruosos tan devorantes, los cohetes en la luna, las investigaciones en el fondo del mar, etc, cosas que devoran, pero no hay de qué hacer un drama. Estoy seguro que cuando hayamos tenido los cohetes, la televisión y todas las otras malditas investigaciones para la vida, encontraremos otras cosas para ocuparnos. Hay una reviviscencia de la religión ¿no? ¿Y que mejor monstruo devorante que la religión, una feria continua con la cual entretenerse durante siglos como ya ha sido demostrado?
Mi respuesta a todo ello es que el hombre siempre supo adaptarse al mal. El solo real concebible al que tenemos acceso es precisamente este y hay que darse una razón. Dar un sentido a las cosas como se dice. De otro modo el hombre no tendría angustia. Freud no habría devenido célebre y yo no sería profesor del colegio.
- Las angustias , ¿son todas ellas siempre de ese tipo o bien hay angustias ligadas a ciertas condiciones sociales, a ciertas etapas históricas, a ciertas latitudes?
Lacan – La angustia del científico que tiene miedo de sus propios descubrimientos puede parecer reciente, pero ¿qué sabemos nosotros de aquello que les llegó en otras épocas, de los dramas de otros investigadores? La angustia del obrero remachado a la cadena de montaje como al remo de una galera, esa es la angustia de hoy día. ¿ O mas simplemente está ligada a las definiciones y a las palabras de hoy?
- Pero ¿qué es la angustia para el psicoanálisis?
Lacan – Algo que se sitúa en el exterior de nuestro cuerpo, un miedo, un miedo de nada mas que del cuerpo - comprometido el espíritu -pueda motivar. En suma, el miedo del miedo. Mucho de esos miedos, mucha de esas angustias, al nivel donde lo percibimos, tienen alguna cosa que ver con el sexo.
Freud decía que la sexualidad para el animal parlante que se llama el hombre, no tiene ni remedio ni esperanza. Uno de los deberes del analista es el de encontrar en las palabras del paciente el nudo entre la angustia y el sexo, ese gran desconocido.
- Ahora que se coloca al sexo en todas las salsas, sexo en el cine, en el teatro, en la televisión, en los diarios, en las canciones, en la playa, se oye decir que la gente está menos angustiada concerniente a los problemas ligados a la esfera sexual. Los tabúes han caído, se dice, el sexo ya no da miedo ...
Lacan - La sexomanía galopante es solamente un fenómeno publicitario. El psicoanálisis es una cosa seria que comporta , y lo repito, una relación estrictamente personal entre dos individuos: el sujeto y el analista. No existe psicoanálisis colectivo, como no existe angustias o neurosis de masas.
Que el sexo sea puesto a la orden del día y expuesto en todos los rincones de las calles, tratado de la misma manera que no importa cual detergente en los carruseles televisivos, no constituye absolutamente promesa alguna de beneficio. No digo que esté mal. Ciertamente, eso no sirve para asistir a las angustias y a los problemas singulares. Eso forma parte del mundo, de esa falsa liberación que nos es proporcionada como un bien acordado desde lo alto por la susodicha sociedad permisiva. Pero eso no sirve al nivel del psicoanálisis.
Freud para siempre
Entrevista a Jacques Lacan
"Traducción y revisión a cargo de Mario Betteo Barberis según fuente - Pas tout Lacan - situado en la biblioteca de la elp, en su página web http://www.ecole-lacanienne.net . La revista Panorama de Roma lo publicó en su número del 21 de diciembre de 1974."
El malestar de la civilización moderna. La dificultad de vivir. El miedo y el sexo. La palabra como tratamiento de la neurosis. La angustia de los científicos. El psicoanalista viviente mas paradojal expone su doctrina y las razones de su fidelidad al maestro.
Jacques Lacan, 73 años, parisino, psicoanalista. Apóstol de Sigmund Freud. Se define como un “freudiano puro” y ha fundado en París una escuela freudiana que repropone infatigablemente – hace veinte años – el retorno a las doctrinas del maestro y su relectura “en el sentido literal”. Está considerado como herético del psicoanálisis oficial que lo acusa de histrionismo (Emilio Servadio, presidente del Centro psicoanalitico de Roma, lo ha definido como “profeta de opereta”) y que lo ha expulsado de las instituciones y sociedades.
Es venerado como un dios por sus partisanos, para los cuales él es “un genio que comunica por flashes”. Políticamente de izquierda, próximo al grupo marxista maoísta que dirige la revista Tel quel. Padre espiritual, se lo ha dicho, de todos los izquierdistas franceses. Es igualmente un personaje legendario debido al tono oracular con el cual despliega sus escritos, incomprensibles para cualquiera que no esté largamente instruido en los misterios del psicoanálisis, definido, en uno de sus ensayos, “como ninguna otra cosa mas que un artificio al cual Freud ha dado los constituyentes, planteando que su conjunto engloba la noción de tales constituyentes”
Sus conferencias y lecciones de los miércoles en la Facultad de derecho de la Sorbona son seguidas por una multitud de auditores, mas allá del lenguaje hablado tan oscuro como brumoso es su escrito. El mismo dice : “Hablo en mediapalabra , eso es conocido. Y finalmente nadie comprende nada”.
Mezcla palabras sabias (“homeostasis, anamorfosis, afanisis”) con neologismos que inventa a boca de jarro ( el más célebre es “parlêtre”, tanto para el ser parlante como para el hombre). Utiliza indiferentemente términos de la jerga o resueltamente eufemismos bonachones en el límite de lo ridículo; el falo, protagonista y dios feroz de la religión psicoanalítica, deviene simple e ironicamente en el lenguaje de Lacan, “quéquette”.
Pequeño de talla, de cabellos grises cortados a cepillo y siempre seriamente peinado, con un vago parecido a Jean Gabin lo cual no le disgusta, este monstruo sagrado de la cultura francesa se viste siempre como un dandy: camisa blanca de tela bordada cerrada sobre el cuello con una banda abotonada como la de los curas, trajes de terciopelo color ciruela o damasco donde el tejido mezcla lo brillante y lo mate.
En su consultorio de 5 rue de Lille, con su diván canapé de estilo imperio, Lacan recibe al todo-Paris que pague. Lacan se proclama estructuralista, está convencido que lingüística y psicoanálisis son hermanos y que los analistas “deberían tener una cultura sociológica, lingüística y metafísica”. Sus ensayos están reunidos en un volumen que se llama Ecrits, con decena de miles de ejemplares vendidos.
Panorama le pidió a Lacan de hablar del psicoanálisis, de sus métodos, en la técnica y la doctrina.
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Pregunta : Pr. Lacan, se ecucha hablar mas y mas a menudo de la crisis del psicoanálisis : se dice que Sigmund Freud está superado, la sociedad moderna ha descubierto que su doctrina no alcanza a comprender al hombre ni a interpretar a fondo su relación con el ambiente, con el mundo ...
Lacan : Son historias. En primer lugar : la crisis, no existe. No está , el psicoanálisis, al contrario, no ha alcanzado del todo sus límites. Hay aún muchas cosas para descubrir tanto en la práctica como en la doctrina. En el psicoanálisis no hay solución inmediata, sino solamente la larga y paciente investigación acerca de los porqué. En segundo lugar : Freud. ¿Cómo se lo puede juzgar como superado si no lo hemos comprendido enteramente ? Lo que sabemos es que ha dado a conocer cosas totalmente novedosas que no se habían imaginado antes de él, problemas ... del inconsciente hasta la importancia de la sexualidad, del acceso al simbólico al sujetamiento a las leyes del lenguaje.
Su doctrina ha puesto a la verdad en cuestión, un asunto que concierne a cada uno personalmente. Nada que ver con una crisis. Repito : estamos lejos de los objetivos de Freud. Es porque su nombre ha servido para cubrir muchas cosas que ha habido desviaciones, los epígonos no han seguido siempre fielmente el modelo, eso ha creado la confusión.
Luego de su muerte en 1939, algunos de sus alumnos pretendieron hacer el psicoanálisis de otra manera, reduciendo su enseñanza a algunas pequeñas fórmulas banales : la técnica como rito, la práctica reducida al tratamiento del comportamiento y, como objetivo, la readaptación del individuo a su entorno social. Es decir, la negación de Freud, un psicoanálisis acomodaticio, de salón.
El mismo lo había previsto. Decía que hay tres posiciones imposibles de sostener, tres tareas imposibles : gobernar, educar y psicoanalizar. Hoy día poco importa quien tiene las responsabilidades de gobernar y todo el mundo se pretende educador. En cuanto a los psicoanalistas , ¡ ay !, por desgracia prosperan como los magos y los curanderos. Proponer ayudar a las personas significa el éxito asegurado y la clientela detrás de la puerta. El psicoanálisis es otra cosa.
- ¿Qué exactamente?
Lacan- Lo defino como un síntoma, revelador del malestar de la civilización en la cual vivimos. No es ciertamente una filosofía, yo aborrezco la filosofía, hace ya tiempo que ella no dice nada interesante. No es tampoco una fe y tampoco me va de llamarla ciencia. Digamos que es una práctica que se ocupa de aquello que no anda, terriblemente difícil ya que ella pretende introducir en la vida cotidiana al imposible y al imaginario. Hasta ahora, ha obtenido ciertos resultados, pero ella no dispone aún de reglas y se presta a toda suerte de equívocos.
No hay que olvidar que se trata de algo totalmente nuevo, tanto sea en relación a la medicina, o a la psicología o a las ciencias afines. Ella es asimismo muy joven. Freud murió apenas hace 35 años. Su primer libro, “La interpretación de los sueños” fue publicado en 1900 y con muy poco éxito. Creo que fueron vendidos unos 300 ejemplares en aquellos años. Tenía pocos alumnos que pasaban por locos y ellos mismos no estaban de acuerdo acerca de la manera de poner en práctica y de interpretar aquello que habían adquirido.
- ¿Qué es lo que no anda en el hombre hoy en día?
Lacan- Hay una gran fatiga de vivir como resultado de la carrera hacia el progreso. Se espera del psicoanálisis que descubra hasta donde se puede llegar arrastrando esa fatiga, ese malestar de la vida.
- ¿Qué es lo que empuja a la gente a analizarse?
Lacan - El miedo. Cuando al hombre le llegan las cosas, incluso las cosas que ha querido, que no comprende, tiene miedo. Sufre de no comprender y poco a poco entra en un estado de pánico. Es la neurosis. En la neurosis histérica el cuerpo deviene enfermo del miedo de estar enfermo sin estarlo realmente. En la neurisis obsesiva el miedo pone cosas bizarras en la cabeza ... pensamientos que no se pueden controlar, fobias en las cuales formas y objetos adquieren significaciones diversas y espantosas.
- ¿Por ejemplo?
Lacan – El neurótico llega a sentirse empujado por una necesidad espantosa de tener que verificar docenas de veces si la canilla está cerrada de verdad o si tal cosa está bien en su lugar, sabiendo con certeza que la canilla está como debe estar y que la cosa está en su lugar. No hay pastilla que cure eso. Tu debes descubrir porqué eso te llega y saber lo que eso significa.
- ¿Y el tratamiento?
Lacan - El neurótico es un enfermo que se trata con la palabra, sobre todo con la suya. Debe de hablar, contar, explicar él mismo. Freud lo define así: “asunción de la parte del sujeto de su propia historia, en la medida en que ella está constituida por la palabra dirigida a otro”. El psicoanalista no tiene mas remedio que ser el rey de la palabra. Freud explicaba que el inconsciente no es tanto profundo sino mas bien que es inaccesible a la profundización consciente. Y decía también que en ese inconsciente “ello habla”: un sujeto en el sujeto trascendiendo al sujeto. La palabra es la gran fuerza del psicoanálisis.
- ¿Palabra de quien? ¿Del enfermo o del analista?
Lacan - En el psicoanálisis, los términos “enfermo, médico, medicina” no son exactos, no son utilizados. Incluso las fórmulas pasivas que son utilizadas habitualmente no son justas. Se dice “hacerse psicoanalizar”. Es falso. Aquel que hace el trabajo en análisis es aquel que habla, el sujeto analizante mismo si el lo hace según el modelo sugerido por el analista que le indica cómo proceder y lo ayuda con sus intervenciones. Las interpretaciones que les son proporcionadas parecen dar sentido en un primer abordaje a aquello que el analizante dice.
En realidad la interpretación es mas sutil, tiende a borrar el sentido de las cosas por las cuales el sujeto sufre. El objetivo es el de mostrarle a través de su propio relato que su síntoma, digamos la enfermedad, no está en relación con nada, que está desanudada de todo sentido. Mismo si en apariencia es real, él no existe.
Las vías por las cuales esta acción de la palabra procede pide mucha práctica y una paciencia infinita. La paciencia y la ponderación son los instrumentos del psicoanálisis. La técnica consiste en saber ponderar la ayuda que se le da al analizante; es por esto que el psicoanálisis es difícil.
- Cuando se habla de Jacques Lacan, se asocia inevitablemente ese nombre a una fórmula: “el retorno a Freud”. ¿Qué significa eso?
Lacan – Exactamente eso que es dicho. El psicoanálisis es Freud. Si se quiere hacer psicoanálisis, hay que referirse a Freud, en sus términos, en sus definiciones, leídas e interpretadas en su sentido literal. He fundado en París una escuela freudiana justamente para eso. Hace 20 años o más que vengo explicando mi punto de vista: el retorno a Freud simplemente significa despejar el campo de las desviaciones y de los equívocos, de las fenomenología existenciales por ejemplo tanto como del formulismo institucional de las sociedades analíticas, retomando la lectura de su enseñanza según los principios definidos y catalogados en su trabajo. Releer Freud quiere decir solamente releer Freud. Aquel que no hace esto en psicoanálisis, utiliza formas abusivas.
- Pero Freud es difícil. Y Lacan dicen, lo torna incomprensible. Se le reprocha a Lacan de hablar y sobre todo de escribir de tal manera que solamente aquellos iniciados pueden esperar comprender.
Lacan - Lo se, tengo la reputación de ser un oscuro que esconde su pensamiento en nubes de humo. Yo me pregunto el porqué. A propósito del análisis, respeto conjuntamente con Freud que sea “el juego intersubjetivo a través del cual la verdad entre en el real”. ¿No está claro? Pero el psicoanálisis no es una cosa simple.
Mis libros tienen reputación de incomprensibles. ¿Pero por quien? No los he escrito para todos, para que sean comprendidos por todos. Al contrario, no me he preocupado ni un instante de complacer a algunos lectores. Tengo cosas para decir y las digo. Me es suficiente tener un público que lee, y si no comprende, paciencia. En cuanto al número de lectores, tengo mas chance que Freud. Mis libros son muy leídos; estoy asombrado por eso.
Estoy convencido que dentro de 10 años como máximo, quien me lea me encontrará transparente como una buena jarra de cerveza. Es posible que entonces se diga: ¡ ese Lacan, es banal!
- ¿Cuáles son las características del lacanismo?
Lacan - Es un poco apresurado decirlo ya que el lacanismo no existe aún. Se percibe apenas un olor, como un presentimiento.
Sea lo que sea, Lacan es un señor que practica el psicoanálisis hace 40 años y que estudia desde hace más tiempo. Creo en el estructuralismo y en la ciencia del lenguaje. He escrito en uno de mis libros que “ aquello a lo cual nos devuelve el descubrimiento de Freud es a la importancia del orden en el cual hemos entrado, en el que somos, si se puede decir, nacidos por segunda vez, saliendo del estado llamado justamente infans, sin palabra”.
El orden simbólico sobre el cual Freud ha fundado su descubrimiento está constituido por el lenguaje, como momento del discurso concreto universal. Es el mundo de las palabras que creó el mundo de las cosas, inicialmente confusas en el devenir del todo. Solamente las palabras dan un sentido cabal a la esencia de las cosas. Sin las palabras, nada existiría. ¿Cuál sería el placer sin el intermediario de la palabra?
Mi idea es que Freud al enunciar en sus primera obras (“La interpretación de los sueños”, “Mas allá del principio del placer”, “Tótem y tabú”) las leyes del inconsciente formuló, como precursor de su tiempo, las teorías con las cuales algunos años mas tarde Ferdinand de Saussure abrió el camino de la lingüística moderna.
- ¿Y el pensamiento puro?
Lacan - Sometido, como todo el resto, a las leyes del lenguaje, solamente las palabras pueden introducir y darle consistencia. Sin el lenguaje, la humanidad no daría un paso hacia el frente en las investigaciones acerca del pensamiento. Del mismo modo para el psicoanálisis. Sea cual sea la función que quisiéramos atribuirle, agente de cura, de formación o de sondeo, no hay mas que un medium del que se sirve : la palabra del paciente. Y cada palabra pide respuesta.
- ¿El análisis como diálogo? Hay gente que lo interpretan sobretodo como un sucedáneo laico de la confesión...
Lacan - ¿Pero qué confesión? Al psicoanalista no se le confiesa nada. Se va a decirle simplemente todo lo que se le pasa por la cabeza. Palabras precisamente. El descubrimiento del psicoanálisis, es el del hombre como animal parlante. Es asunto del analista el poner en serie las palabras que escucha y de darle un sentido, una significación. Para realizar un buen análisis, hace falta un acuerdo, una afinidad entre el analizante y el analista. A través de las palabras de uno, el otro busca hacerse una idea de lo que se trata y a encontrar mas allá del síntoma aparente, el difícil nudo de la verdad. Otra función del analista es la de explicar el sentido de las palabras para hacer comprender al paciente acerca de lo que puede esperar del análisis.
- Entonces es una relación de una extrema confianza.
Lacan – Sobre todo un intercambio, en el cual lo importante es que uno habla y el otro escucha. Aún en silencio. El analista no plantea preguntas y no tiene ideas. Da solamente las respuestas que hace falta dar a las preguntas que suscitan sus buenas ganas. Pero a fin de cuentas , el analizante va siempre a donde el analista lo lleva.
- Eso es la cura. ¿Y acerca de las posibilidades de curación? ¿Se sale de la neurosis?
Lacan - El psicoanálisis tiene éxito cuando vacía el campo tanto del síntoma como del real, y así llega a la verdad.
- ¿ Podría explicarme ese concepto de una manera menos lacaniana?
Lacan – Yo llamo síntoma a todo aquello que viene del real. Y el real es todo aquello que no anda, que no funciona, eso que hace obstáculo a la vida del hombre y a la afirmación de su personalidad. El real vuelve siempre al mismo lugar, se lo encuentra siempre allí con las mismas manifestaciones. Los científicos disponen de una bella fórmula: que no hay nada de imposible en el real. Hace falta ser un caradura para hacer afirmaciones de ese género, o bien como yo lo sospecho, una ignorancia total acerca de lo que se hace y de lo que se dice. El real y el imposible son antitéticos; no pueden estar juntos. El análisis empuja al sujeto hacia el imposible, le sugiere considerar el mundo como es verdaderamente, es decir imaginario y sin ningún sentido. Mientras que el real, como un pájaro voraz , no hace otra cosa que nutrirse de cosas sensatas, de acciones que tienen un sentido.
Se escucha siempre repetir que hay que darle un sentido a esto o a aquello, a sus propios pensamientos, a sus propias aspiraciones, a los deseos, al sexo, a la vida. Pero de la vida no sabemos nada de nada, cómo se sofocan los científicos por explicar. Mi miedo es que por culpa de ellos, el real, cosa monstruosa que no existe, termine tomando la delantera. La ciencia está en tren de sustituir a la religión, con otro tanto de despotismo, de oscuridad y de oscurantismo. Hay un dios átomo, un dios espacio, etc. Si la ciencia o la religión lo logran, el psicoanálisis está acabado.
- ¿Qué relación guardan entre sí hoy día la ciencia y el psicoanálisis?
Lacan - Para mí la única ciencia verdadera, seria para seguir es la ciencia ficción. La otra, aquella que es oficial, que tiene sus altares en los laboratorios, avanza a tientas y a locas y comienza a tener miedo de su sombra. Pareciera que a los científicos también les llegó el momento de angustia. En sus laboratorios acépticos, revestidos de sus guardapolvos almidonados, esos viejos niños que juegan con cosas desconocidas, manipulando aparatos siempre mas complicados e inventando fórmulas siempre más oscuras, comienzan a preguntarse qué es lo que podrá sobrevenir mañana y qué terminarán aportando sus investigaciones siempre novedosas. En fin, digo. ¿Y si es demasiado tarde? Se llamen biólogos, físicos, químicos, para mí están locos.
Solamente por el momento, mientras están en tren de destruir el universo, les viene al espíritu preguntarse si por azar eso que hacen no sería peligroso. ¿Y si todo saltara? ¿ Y si las bacterias tan amorosamente elevadas en los blancos laboratorios se trasmutasen en enemigos mortales? ¿Y si el mundo fuera barrido por una horda de esas bacterias con todo lo merdoso que lo habita, comenzando por los científicos de los laboratorios? Hay tres posiciones imposibles dichas por Freud: gobernar, educar y psicoanalizar. Agregaría una cuarta: la ciencia. Tan cerca como las demás, los científicos no saben que están en una posición insostenible.
- Es una definición bastante pesimista de aquello que comúnmente se llama progreso.
Lacan - Para nada, no soy para nada pesimista. No llegará a nada, por la simple razón de que el hombre es un bueno para nada, incapaz de destruirse a sí mismo. Una calamidad total promovida por el hombre, eso lo encontraría personalmente maravilloso. Sería la prueba de que finalmente a logrado fabricar alguna cosa con sus manos, con su cabeza, sin intervención divina , natural o de otra especie.
Todas esas bellas bacterias bien nutridas que se pasean por el mundo, como las langostas bíblicas, significarían el triunfo del hombre. Pero eso no llegará jamás. La ciencia tiene su buena crisis de responsabilidad. Todo reentrará en el orden de las cosas, como se dice. Lo he dicho, el real tendrá la superioridad como siempre y nosotros estaremos jodidos como siempre.
- Otra de las paradojas de Jacques Lacan. Nos lanza no solamente la dificultad del lenguaje y la obscuridad de los conceptos, los juegos de palabras, los divertimentos lingüísticos, los acertijos a la francesa y precisamente las paradojas. Aquel que lo escucha o lo lee debe de sentirse desorientado.
Lacan – No agrado del todo, digo las cosas muy seriamente. Salvo que utilice las palabras como lo los científicos, de los que hablamos antes, utilizan sus alambiques y sus gadgets electrónicos. Busco siempre referirme a la experiencia del psicoanálisis.
- Usted dijo: el real no existe. Pero el hombre medio sabe que el real es el mundo, todo aquello que lo rodea, lo que se ve ante el ojo desnudo, se toca, es ...
Lacan – De entrada rechacemos a este hombre medio que , él, para comenzar no existe, es solamente una ficción estadística, existen los individuos y eso es todo. Cuando escucho hablar del hombre de la calle, de los sondeos, de los fenómenos de masa o de cosas parecidas, pienso en todos los pacientes que he visto pasar sobre el diván de mi consultorio en cuarenta años de escucha. No hay uno solo que sea parecido a otro, ninguno con la misma fobia, la misma angustia, la misma manera de relatar, el mismo miedo de no entender. El hombre medio, ¿quien es ? ¿Yo, usted, nosotros, mi conserje, el presidente de la república ?
- Hablamos del real, del mundo que todos vemos ...
Lacan - Precisamente. La diferencia entre el real, a saber eso que no va y el simbólico y el imaginario, a saber, la verdad, es que el real es el mundo. Para constatar que el mundo no existe, que no es, hace falta pensar en todas las cosas banales que una infinidad de gente estúpida creen que es el mundo. E invito a los amigos de Panorama, antes de acusarme de paradoja, a reflexionar acerca de lo que acaban de leer.
- Siempre mas pesimista se diría ...
Lacan - No es cierto. No me coloco entre los alarmistas ni entre los angustiados. Guay si un psicoanalista no ha dejado atrás su estado de la angustia. Es cierto, hay alrededor de nosotros cosas horripilantes y devorantes, como es la televisión, por la cual la mayoría de nosotros se encuentra regularmente fagocitado. Pero es únicamente porque las personas se dejan fagocitar que llega a inventarse un interés para aquellos que los ven. Luego hay otros gadgets monstruosos tan devorantes, los cohetes en la luna, las investigaciones en el fondo del mar, etc, cosas que devoran, pero no hay de qué hacer un drama. Estoy seguro que cuando hayamos tenido los cohetes, la televisión y todas las otras malditas investigaciones para la vida, encontraremos otras cosas para ocuparnos. Hay una reviviscencia de la religión ¿no? ¿Y que mejor monstruo devorante que la religión, una feria continua con la cual entretenerse durante siglos como ya ha sido demostrado?
Mi respuesta a todo ello es que el hombre siempre supo adaptarse al mal. El solo real concebible al que tenemos acceso es precisamente este y hay que darse una razón. Dar un sentido a las cosas como se dice. De otro modo el hombre no tendría angustia. Freud no habría devenido célebre y yo no sería profesor del colegio.
- Las angustias , ¿son todas ellas siempre de ese tipo o bien hay angustias ligadas a ciertas condiciones sociales, a ciertas etapas históricas, a ciertas latitudes?
Lacan – La angustia del científico que tiene miedo de sus propios descubrimientos puede parecer reciente, pero ¿qué sabemos nosotros de aquello que les llegó en otras épocas, de los dramas de otros investigadores? La angustia del obrero remachado a la cadena de montaje como al remo de una galera, esa es la angustia de hoy día. ¿ O mas simplemente está ligada a las definiciones y a las palabras de hoy?
- Pero ¿qué es la angustia para el psicoanálisis?
Lacan – Algo que se sitúa en el exterior de nuestro cuerpo, un miedo, un miedo de nada mas que del cuerpo - comprometido el espíritu -pueda motivar. En suma, el miedo del miedo. Mucho de esos miedos, mucha de esas angustias, al nivel donde lo percibimos, tienen alguna cosa que ver con el sexo.
Freud decía que la sexualidad para el animal parlante que se llama el hombre, no tiene ni remedio ni esperanza. Uno de los deberes del analista es el de encontrar en las palabras del paciente el nudo entre la angustia y el sexo, ese gran desconocido.
- Ahora que se coloca al sexo en todas las salsas, sexo en el cine, en el teatro, en la televisión, en los diarios, en las canciones, en la playa, se oye decir que la gente está menos angustiada concerniente a los problemas ligados a la esfera sexual. Los tabúes han caído, se dice, el sexo ya no da miedo ...
Lacan - La sexomanía galopante es solamente un fenómeno publicitario. El psicoanálisis es una cosa seria que comporta , y lo repito, una relación estrictamente personal entre dos individuos: el sujeto y el analista. No existe psicoanálisis colectivo, como no existe angustias o neurosis de masas.
Que el sexo sea puesto a la orden del día y expuesto en todos los rincones de las calles, tratado de la misma manera que no importa cual detergente en los carruseles televisivos, no constituye absolutamente promesa alguna de beneficio. No digo que esté mal. Ciertamente, eso no sirve para asistir a las angustias y a los problemas singulares. Eso forma parte del mundo, de esa falsa liberación que nos es proporcionada como un bien acordado desde lo alto por la susodicha sociedad permisiva. Pero eso no sirve al nivel del psicoanálisis.
jueves, 17 de diciembre de 2009
ASADITO DE FESTEJO DE LA RED Y DESPEDIDA DEL 2009
El lunes 21, a las 21 hs (antes también...así ayudan con el asado) nos juntamos en el club Mitre (Entre Ríos y el río ) para restejar el inicio dela RED y despedir el 2009.
Confrimar asistencia al mail de la RED o a Beto y Marité. Llevar un vino (o los que se piensen tomar) y cubiertos, patos y vasos.
LOS ESPERAMOS....CON ALEGRÍA Y GANAS DE DIVERTIRSE!
Beto y Marité
Confrimar asistencia al mail de la RED o a Beto y Marité. Llevar un vino (o los que se piensen tomar) y cubiertos, patos y vasos.
LOS ESPERAMOS....CON ALEGRÍA Y GANAS DE DIVERTIRSE!
Beto y Marité
Conferencia de Lacan en Milán y respuesta a preguntas del público. Parte II
Es evidente que tomo la botella de San Pellegrino porque es un utensilio de nuestra producción. Los automóviles lo son mucho más, naturalmente... es para eso que estamos hechos, todo el mundo puede ver que el automóvil ocupa mucho más lugar en la vida del hombre que una mujer.
Sólo que... hay el amor, hay el amor que es esa especie de sesgo por el que se ama a una mujer.
En fin, jamás vi otra cosa que... manifestaciones diversamente catastróficas del amor. ¿Por qué?
Es justamente lo que Freud permitió poner en evidencia porque a pesar de su amor por su mujer él se interesaba también en otras mujeres como médico, sobre todo en las histéricas, y es de ellas que aprendió todo. Aprendió esto: que las histéricas no sobreviven sino de hacer el hombre.
Eso lo condujo a mucha clase de cosas que se siguieron de esto, o sea que lo condujo a interrogarse sobre qué es hacer el hombre y cómo una histérica puede hacer el hombre.
Él no supuso enseguida que después de todo... bueno, no vemos por qué le hizo falta tiempo para darse cuenta que los seres, llamados humanos , cualquiera que sean , están sexuados, pero que no se sabe de cual sexo son, ni los unos ni los otros.
No es sino con un análisis como nos damos cuenta cómo el sexo llega a hacer cuerpo en ese ser hablante – pero, en todo caso, hay una sola cosa que está excluida, es que alguna vez pueda escribirse la relación de un ser sexuado al del otro sexo: escribirse de una manera que permita otorgar cuerpo lógico a esa relación. Y es justamente por eso que el amor no se escribe sino gracias a una abundancia, a una proliferación de rodeos, de enredos, de elucubraciones, de delirios, de locuras – por qué no decir el término ¿no? - que ocupan en la vida de cada uno un lugar enorme.
Porque a fin de cuentas, cuando alguien está en el diván ¿de qué les habla?... No solamente de qué trabajo tiene siempre para hacer el amor, sino de qué trabajo él tiene por saber a fin de cuentas que ama.
Si se habla tanto de eso, es que se trata de lo que denuncia que los seres no están predestinados, como se dice, como se lo ha imaginado… que los seres que se aman no son ellos mismos, los que se aman felizmente, es decir siempre por una cascada de malentendidos, no?... no están predestinados desde siempre el uno al otro. Siempre hay un momento, cuando se trata del amor, en fin, se lo imagina, pero en fin, hay siempre también un momento en que hay desencanto, y es algo que es serio… que es terriblemente serio en la vida de cada uno, no hay más que ver el lugar que eso ocupa en la vida de cada uno.
Si podemos llegar a situar las cosas de esta forma, que no hay relación sexual, esto a nivel del real… yo no sostengo para nada la entronización de la creación.
De la creación, haría falta que les hable, pero no puedo hablar de todo hoy.
Quizá en los animales tampoco haya relación sexual, ya que hace falta que les ocurra no sé bien qué cosa fisiológica que se llama el celo, para que se interesen, provisoriamente, en… en algo del otro género. Pero justamente, en fin, parece que ahí, aunque sea sincopada, habría una relación… una relación por el otro del otro sexo en tanto que él es del otro sexo.
Pero en el ser hablante, según todo lo indica, no es el caso, hace falta que el ser hablante llegue a…
- siento que me aventuro… ustedes estarán seguramente fatigados de escuchar cosas que, a fin de cuentas, son completamente nuevas ya que, aparte de en mi boca, no se las encuentra en ningún otro lado en este momento, seguramente.
En fin, seguro, qué me importa eso… quizá se encuentre eso en todas las bocas en veinte años, eso será una nueva epidemia,… todo el mundo será lacaniano, es decir, tan bestia como antes, ¿no? Es porque se dirán las cosas que digo, que eso será más inteligente, porque intelligere es saber leer las cosas al nivel de lo que se entiende, de lo que se dice, a nivel de los hechos, porque no hay otro hecho que lo que se dice: eso es saber leer. Cuando todo el mundo repita lo que relato y eso no progrese en nada, eso querría decir que se ha encontrado… una nueva ribera para apearse ¿no?
Hay con todo algo que la biología ha llegado a descubrir. Eso no tiene ninguna consecuencia. La biología, con todo, se ha dado cuenta de esta cosa impresionante: que el sexo, la reproducción sexuada, es estrictamente co-dimensional a la muerte, a la muerte de los cuerpos, de los cuerpos que se reproducen en la reproducción sexuada.
¿Se piensan que eso logra el menor efecto en la cogitación de los seres hablantes?
Absolutamente ninguno.
Absolutamente ninguno porque podría haberles venido la idea de que la muerte, es eso de lo cual no tienen ninguna clase de idea.
No hay, contrariamente a lo que se dice, angustia de muerte, porque todo hombre se cree inmortal.
Bastante se lo ha visto desarrollarse, en todas las creencias: no se puede pensarse muerto. Para eso hay las mejores razones. Toda angustia es una angustia de vida, es la única cosa que angustia: que deben viven todavía mañana, es eso lo que es angustiante. De la muerte, no se tiene ninguna clase de idea. Tampoco es cuestión de ponerla del lado del real, es un real que no cuenta, porque lo real… Por otro lado es por eso, es en el eterno girar celeste que se forma el saber humano y que está concebido como debiendo durar eternamente. Bueno, el ser hablante vive de esta eternidad, vive la muerte como función temporal… Jamás vi trazo de algo que sea del orden de la angustia de muerte.
He visto una voluntad de terminar con la vida, es decir de no querer saber más nada: es el motivo del suicidio.
Como lo dije en otro lado –y lo dije sin el menor escrúpulo, ¿no?- en la televisión: el suicidio es el único acto, para hablar de acto: Im Anfang war die Tat, dice Goethe, y no se da cuenta que dice exactamente la misma cosa que lo está en el Evangelio, a saber que Im Anfang war das Wort: porque es exactamente la misma cosa: si no hubiese habido Wort, verbo, no hubiese habido acción, Tat.
En todo caso, la única acción que puede ser exitosa, y que va en el sentido de no querer saber nada, es el suicidio –también es por eso que generalmente, como todas las acciones humanas… generalmente es fallido.
Pero no por eso es la acción más recomendable, ya que es… es renunciar, otorgar la dimisión, frente a la única cosa que vale la pena, o sea lo que es saber…
Entonces, bueno, hay montones de preguntas acá… que me plantearon. Me han planteado cuestiones sobre el Marxlust, porque el otro día hable de eso en un momento, dije que la Mehrwert, quizá era el Marxlust.
No tengo mucha idea qué es la Marxlust: sí sé que el marxismo obtuvo lo suyo, un resultado sorprendente: hacer colaborar a los obreros en el orden capitalista devolviéndoles el sentimiento de su dignidad…
Que eso sea… así, llegado a una cosa parecida… es algo al menos más importante que lo que podrían llegar a hacer alguna vez los analistas.
Los analistas, ellos dicen que están ahí… en fin… cuando tenemos una crisis. Crisis que puede poner verdaderamente en cuestión… poner en cuestión el saber de una forma tal que no queríamos ya saber más nada… en fin… que el ser especie humana… terminaría con esa cosa de la cual jamás nos ocupamos, la tierra.
No sé si los analistas llegarán a persuadir a la gran mayoría de esos alrededor de los cuales vivimos, es decir los enfermos -los enfermos del real ¿no?
No sé si llegarán a estar a la altura de eso a lo cual, si lo puedo decirlo, son llamados, llamados por la voz de todo el mundo, en fin, de todos los neuróticos en particular. No se sí llegarán allí alguna vez, porque haría falta mucho trabajo para eso, haría falta que se tomen su función en serio para empezar, que la tomen como se debe, por el lugar correcto.
En lo que tiene que ver con Marx, hay una cosa cierta… haber puesto a la clase obrera, como se dice… de haberla puesto sobre la marcha, de haberla dado la idea de que es ella quien tiene, quien tiene en ella el porvenir, lo que hace que se sienta responsable de eso, claro… No hay mejor obrero que el obrero marxista, quiero decir el comunista…
Es con todo un resultado fabuloso, y que por lo menos nos tiene que inspirar, a nosotros también, una cierta humildad para que alguien que… a nombre de no sé qué, a nombre de un mito, de una especie de pequeña turbulencia que pasó en un momento en relación al principio del placer, que pasó en Francia, y del cual todo el mundo pudo ver que su resultado fue un reforzamiento de la servidumbre de antes,,, que eso no haya detenido para nada a Marx, y que elucubrando sobre el capital haya llegado a hacer que los obreros hagan la mayor parte, o sea que se hayan disciplinado, es decir que no hicieran volar todo por el aire – eso puede dejarles esperanzas a lo que se llama, en fin, los analistas… Quizá, también, no estén a la altura por que, eso de lo que se trata, tiene que ver con todo, es decir con la suerte de esta especie insensata, esta especie efervescente que es la especie humana.
Hay que decir que no es tentador ser analista, porque tenemos tales ejemplos con los que liquidar la esperanza que es también un poco desesperante ir a meterse en ese agujero.
Si se hiciera bien el trabajo, quiero decir, si se supiera deletrear, si se catara algo de la experiencia a la que las personas se ofrecen… están enfermos del sesgo por (…) el real.
Si un analista, con todo, encontrara algo que fuera un poco más lejos de lo que encontró Freud… Eso no se vio nunca,,, hasta un cierto punto, se los diré, incluso ni yo… Trato de establecer las condiciones para que eso se encuentre, quiero decir, sacarse de encima un cierto número de prejuicios; aprender a leer con desapego,; no referirse a modelos archiantiguos que de todas formas están perimidos por el lugar adonde nos hizo llegar el saber, el saber científico; tratar de ayudarse con ese modelo como dominio y modelo, pero sin limitar demasiado,,, en fin, lo digo: simplemente aprender a saber leer la manear,,, por cuál sesgo las personas están arrinconadas, sorprendidas, por qué vueltas, en medio de todos los favores si lo puedo decir, de la fortuna, algo sorprende que hace que eso se destruya.
Tratar de salirse de eso,,, de salirse de algo que ha servido mucho hasta hoy, y que seguirá aún sirviendo, a saber: de la religión.
Con todo hay también algo sobre lo cual quisiera interrogar al grupo para el que hablo hoy, ¿no?: ¿qué quiere decir el nombre: Comunión…y Liberación…?
La liberación… no se puede decir que mi discurso les prometa una liberación de nada, porque se trata, al contrario, de aplicarse (coller) al sufrimiento de las personas de las cuales ustedes…
No sé por qué, aparte, pero, si se me pregunta, diría cómo puede suceder que uno se haga analista, y qué sesgo… No puedo hablar de un montón de cosas. Hay una cosa que de la que hablé… que se llama en mi escuela: el pase.
Es una experiencia absolutamente pasmosa. Es algo que propuse para las personas al momento en que quieren devenir analistas.
Lo que se apercibe de ahí, a saber de ese momento de decisión, concerniente a lo que ha sido para ellos el análisis, es un mundo… nunca nadie, seguro… porque los analistas saben… saben mejor de lo que puedo decirlo, comunicárselos… saben la locura de su situación. Lo que ellos quieren sobre todo es que eso dure, en fin… “con tal que eso dure”, como decía la madre de Napoleón ¿no?
Los analistas quieren que eso dure y, para eso, cuanto menos hacen, mejor anda.
Una cosa como la que digo hoy… no sé por qué, por otra parte, no sé por qué nadie me asesina. Eso me pasará, un día… sí.
En fin, es cierto que si hay algo que prefieren no saber, es a qué sirven.
Entonces, no se los dejé ver de ninguna otra manera que en relación a ese nudo, pueden ser libres de cualquier cosa –menos de caer ahí ofreciéndose como pastura para el amor: porque eso es el analista!! – es alguien se hace consumir…
… hay en relación a eso a quien le place porque eso reporta.
Freud había encontrado eso: por lo menos, podía darse una comunión así, hacía falta que eso pague ; pero en realidad… nada paga eso.
Ofrecerse como objeto de amor: porque es bien de eso de lo que se trata en el análisis, ¿no?. Apercibirse de que a nombre de eso, que ustedes juntan, que ustedes pegan a la cuestión del saber, que eso desencadena el amor.
Eso, no se elucidó verdaderamente nunca.
En lo que puse el acento en la función de la transferencia, es eso, la verdad, la razón del amor transferencial, es que el analista es supuesto saber.
En general él no sabe nada, ¿no?
Lo que él sacó de su analista y cero es exactamente lo mismo, ¿no?
Pero en fin, él es supuesto saber y, sin el análisis, no se sabría lo que el amor debe a esa suposición. Gracias al análisis se lo sabe – es un pasito, ¿no?
Pero qué tiene que ver esta liberación…
…si ustedes communiez (intraducible, comulgan?), hay que hacer algo para eso, es decir, justamente, no estar más ahí como mis pequeños círculos de recién, como elementos locos, como elementos desanudados.
Les puedo también hacer una pregunta: ¿qué tiene que ver la comunión con la liberación?
Si me explican qué comunión, quizá me empiece a dar cuenta. El psicoanalista, seguro, él es el menos libre de los hombres, pero eso no impide que eso no lo haga communier en lo que sea con los otros analistas.
La experiencia es demostrativa, de suerte que al revés, es también la clase de objeción que hago, que les digo, a esta bandera.
¿Qué quiere decir “Comunión y Liberación?”
Que alguien me responda.
Ranchetti, responda… (Voz desde el fondo)
No, le hablo porque lo supongo capaz de hablar conmigo, ya que nadie… que todo el mundo la cierra.
Si sirve, mi pregunta… quiero decir con esto que si me explican, quizá llegue a comprender… si es que alguna vez se comprende algo.
[algunos segundos de silencio]
Lacan – Ranchetti, usted escuchó bien lo que acabo de decir…
Ranchetti – Lo escuché muy bien, las palabras que dijo, pero no la pregunta que escuché…
Lacan – Sí…
Ranchetti – ... Tengo que decirle...
Lacan – ¿Qué clase de comunión es la que libera?
Ranchetti – ... tengo que dcirle que hace falta que se explique mejor, porque no tengo nada que hacer con eso.
Lacan – No – pero cuál es la clase de comunión, Contri, que libera ?
Contri – Le tengo que hacer una pregunta.
Lacan – Sí...
Contri – ¿Cuál es la pertinencia de su pregunta, a partir de qué la plantea?
Lacan – A partir de todo lo que les vengo diciendo, o sea, que no dejé, en lo que es un hecho urgente en fin, la manera en la que sitúo históricamente el análisis, no dejé entrever que pudiera haber un mañana en todo eso, que tenga algo que ver con un mañana liberador.
Es porque se sabrá un poco más sobre el hecho, que, él, permanecerá intacto, ¿no?, que no hay relación sexual en el ser hablante, es porque estaremos ahí – lo que no impedirá ver las raíces que todo eso tiene, las que pudieron hacer que el ser humano haya prosperado en lo que concierne al medio por el cual ellos se reprodujeron, es decir, no justamente la relación sexual, no la hay, sino el acto sexual… Bueno, no hay en nada de todo eso, en fin, la sombra de una promesa de liberación.
Simplemente, una manera de recentrar el saber, tal que pueda volverse un poco más practicable, que él o engendre únicamente lo que es de la manera más patente, esta suerte de condena a muerte que llamo la condena a vida.
¿Dónde está la libertad en todo eso?
Pero por qué.. por qué… rechazan totalmente explicarme por qué no habría una comunión : no sé cuál, pero por qué no tratan de explicarme – pero… ¡evangelícenme!
Cuál es la comunión que puede asociarse, combinarse de otra forma sino por… Es quizá una oposición, quizá ustedes quieren decir : comunión versus liberación, o sea : una o la otra, y, en efecto, si se liberan, es forzosamente de la comunión… de la comunión de los santos en todo caso.
Pero ¿qué es lo que… lo que eso quiere decir ? – es lo que pregunto.
Contri – Évidentemente
--
Sólo que... hay el amor, hay el amor que es esa especie de sesgo por el que se ama a una mujer.
En fin, jamás vi otra cosa que... manifestaciones diversamente catastróficas del amor. ¿Por qué?
Es justamente lo que Freud permitió poner en evidencia porque a pesar de su amor por su mujer él se interesaba también en otras mujeres como médico, sobre todo en las histéricas, y es de ellas que aprendió todo. Aprendió esto: que las histéricas no sobreviven sino de hacer el hombre.
Eso lo condujo a mucha clase de cosas que se siguieron de esto, o sea que lo condujo a interrogarse sobre qué es hacer el hombre y cómo una histérica puede hacer el hombre.
Él no supuso enseguida que después de todo... bueno, no vemos por qué le hizo falta tiempo para darse cuenta que los seres, llamados humanos , cualquiera que sean , están sexuados, pero que no se sabe de cual sexo son, ni los unos ni los otros.
No es sino con un análisis como nos damos cuenta cómo el sexo llega a hacer cuerpo en ese ser hablante – pero, en todo caso, hay una sola cosa que está excluida, es que alguna vez pueda escribirse la relación de un ser sexuado al del otro sexo: escribirse de una manera que permita otorgar cuerpo lógico a esa relación. Y es justamente por eso que el amor no se escribe sino gracias a una abundancia, a una proliferación de rodeos, de enredos, de elucubraciones, de delirios, de locuras – por qué no decir el término ¿no? - que ocupan en la vida de cada uno un lugar enorme.
Porque a fin de cuentas, cuando alguien está en el diván ¿de qué les habla?... No solamente de qué trabajo tiene siempre para hacer el amor, sino de qué trabajo él tiene por saber a fin de cuentas que ama.
Si se habla tanto de eso, es que se trata de lo que denuncia que los seres no están predestinados, como se dice, como se lo ha imaginado… que los seres que se aman no son ellos mismos, los que se aman felizmente, es decir siempre por una cascada de malentendidos, no?... no están predestinados desde siempre el uno al otro. Siempre hay un momento, cuando se trata del amor, en fin, se lo imagina, pero en fin, hay siempre también un momento en que hay desencanto, y es algo que es serio… que es terriblemente serio en la vida de cada uno, no hay más que ver el lugar que eso ocupa en la vida de cada uno.
Si podemos llegar a situar las cosas de esta forma, que no hay relación sexual, esto a nivel del real… yo no sostengo para nada la entronización de la creación.
De la creación, haría falta que les hable, pero no puedo hablar de todo hoy.
Quizá en los animales tampoco haya relación sexual, ya que hace falta que les ocurra no sé bien qué cosa fisiológica que se llama el celo, para que se interesen, provisoriamente, en… en algo del otro género. Pero justamente, en fin, parece que ahí, aunque sea sincopada, habría una relación… una relación por el otro del otro sexo en tanto que él es del otro sexo.
Pero en el ser hablante, según todo lo indica, no es el caso, hace falta que el ser hablante llegue a…
- siento que me aventuro… ustedes estarán seguramente fatigados de escuchar cosas que, a fin de cuentas, son completamente nuevas ya que, aparte de en mi boca, no se las encuentra en ningún otro lado en este momento, seguramente.
En fin, seguro, qué me importa eso… quizá se encuentre eso en todas las bocas en veinte años, eso será una nueva epidemia,… todo el mundo será lacaniano, es decir, tan bestia como antes, ¿no? Es porque se dirán las cosas que digo, que eso será más inteligente, porque intelligere es saber leer las cosas al nivel de lo que se entiende, de lo que se dice, a nivel de los hechos, porque no hay otro hecho que lo que se dice: eso es saber leer. Cuando todo el mundo repita lo que relato y eso no progrese en nada, eso querría decir que se ha encontrado… una nueva ribera para apearse ¿no?
Hay con todo algo que la biología ha llegado a descubrir. Eso no tiene ninguna consecuencia. La biología, con todo, se ha dado cuenta de esta cosa impresionante: que el sexo, la reproducción sexuada, es estrictamente co-dimensional a la muerte, a la muerte de los cuerpos, de los cuerpos que se reproducen en la reproducción sexuada.
¿Se piensan que eso logra el menor efecto en la cogitación de los seres hablantes?
Absolutamente ninguno.
Absolutamente ninguno porque podría haberles venido la idea de que la muerte, es eso de lo cual no tienen ninguna clase de idea.
No hay, contrariamente a lo que se dice, angustia de muerte, porque todo hombre se cree inmortal.
Bastante se lo ha visto desarrollarse, en todas las creencias: no se puede pensarse muerto. Para eso hay las mejores razones. Toda angustia es una angustia de vida, es la única cosa que angustia: que deben viven todavía mañana, es eso lo que es angustiante. De la muerte, no se tiene ninguna clase de idea. Tampoco es cuestión de ponerla del lado del real, es un real que no cuenta, porque lo real… Por otro lado es por eso, es en el eterno girar celeste que se forma el saber humano y que está concebido como debiendo durar eternamente. Bueno, el ser hablante vive de esta eternidad, vive la muerte como función temporal… Jamás vi trazo de algo que sea del orden de la angustia de muerte.
He visto una voluntad de terminar con la vida, es decir de no querer saber más nada: es el motivo del suicidio.
Como lo dije en otro lado –y lo dije sin el menor escrúpulo, ¿no?- en la televisión: el suicidio es el único acto, para hablar de acto: Im Anfang war die Tat, dice Goethe, y no se da cuenta que dice exactamente la misma cosa que lo está en el Evangelio, a saber que Im Anfang war das Wort: porque es exactamente la misma cosa: si no hubiese habido Wort, verbo, no hubiese habido acción, Tat.
En todo caso, la única acción que puede ser exitosa, y que va en el sentido de no querer saber nada, es el suicidio –también es por eso que generalmente, como todas las acciones humanas… generalmente es fallido.
Pero no por eso es la acción más recomendable, ya que es… es renunciar, otorgar la dimisión, frente a la única cosa que vale la pena, o sea lo que es saber…
Entonces, bueno, hay montones de preguntas acá… que me plantearon. Me han planteado cuestiones sobre el Marxlust, porque el otro día hable de eso en un momento, dije que la Mehrwert, quizá era el Marxlust.
No tengo mucha idea qué es la Marxlust: sí sé que el marxismo obtuvo lo suyo, un resultado sorprendente: hacer colaborar a los obreros en el orden capitalista devolviéndoles el sentimiento de su dignidad…
Que eso sea… así, llegado a una cosa parecida… es algo al menos más importante que lo que podrían llegar a hacer alguna vez los analistas.
Los analistas, ellos dicen que están ahí… en fin… cuando tenemos una crisis. Crisis que puede poner verdaderamente en cuestión… poner en cuestión el saber de una forma tal que no queríamos ya saber más nada… en fin… que el ser especie humana… terminaría con esa cosa de la cual jamás nos ocupamos, la tierra.
No sé si los analistas llegarán a persuadir a la gran mayoría de esos alrededor de los cuales vivimos, es decir los enfermos -los enfermos del real ¿no?
No sé si llegarán a estar a la altura de eso a lo cual, si lo puedo decirlo, son llamados, llamados por la voz de todo el mundo, en fin, de todos los neuróticos en particular. No se sí llegarán allí alguna vez, porque haría falta mucho trabajo para eso, haría falta que se tomen su función en serio para empezar, que la tomen como se debe, por el lugar correcto.
En lo que tiene que ver con Marx, hay una cosa cierta… haber puesto a la clase obrera, como se dice… de haberla puesto sobre la marcha, de haberla dado la idea de que es ella quien tiene, quien tiene en ella el porvenir, lo que hace que se sienta responsable de eso, claro… No hay mejor obrero que el obrero marxista, quiero decir el comunista…
Es con todo un resultado fabuloso, y que por lo menos nos tiene que inspirar, a nosotros también, una cierta humildad para que alguien que… a nombre de no sé qué, a nombre de un mito, de una especie de pequeña turbulencia que pasó en un momento en relación al principio del placer, que pasó en Francia, y del cual todo el mundo pudo ver que su resultado fue un reforzamiento de la servidumbre de antes,,, que eso no haya detenido para nada a Marx, y que elucubrando sobre el capital haya llegado a hacer que los obreros hagan la mayor parte, o sea que se hayan disciplinado, es decir que no hicieran volar todo por el aire – eso puede dejarles esperanzas a lo que se llama, en fin, los analistas… Quizá, también, no estén a la altura por que, eso de lo que se trata, tiene que ver con todo, es decir con la suerte de esta especie insensata, esta especie efervescente que es la especie humana.
Hay que decir que no es tentador ser analista, porque tenemos tales ejemplos con los que liquidar la esperanza que es también un poco desesperante ir a meterse en ese agujero.
Si se hiciera bien el trabajo, quiero decir, si se supiera deletrear, si se catara algo de la experiencia a la que las personas se ofrecen… están enfermos del sesgo por (…) el real.
Si un analista, con todo, encontrara algo que fuera un poco más lejos de lo que encontró Freud… Eso no se vio nunca,,, hasta un cierto punto, se los diré, incluso ni yo… Trato de establecer las condiciones para que eso se encuentre, quiero decir, sacarse de encima un cierto número de prejuicios; aprender a leer con desapego,; no referirse a modelos archiantiguos que de todas formas están perimidos por el lugar adonde nos hizo llegar el saber, el saber científico; tratar de ayudarse con ese modelo como dominio y modelo, pero sin limitar demasiado,,, en fin, lo digo: simplemente aprender a saber leer la manear,,, por cuál sesgo las personas están arrinconadas, sorprendidas, por qué vueltas, en medio de todos los favores si lo puedo decir, de la fortuna, algo sorprende que hace que eso se destruya.
Tratar de salirse de eso,,, de salirse de algo que ha servido mucho hasta hoy, y que seguirá aún sirviendo, a saber: de la religión.
Con todo hay también algo sobre lo cual quisiera interrogar al grupo para el que hablo hoy, ¿no?: ¿qué quiere decir el nombre: Comunión…y Liberación…?
La liberación… no se puede decir que mi discurso les prometa una liberación de nada, porque se trata, al contrario, de aplicarse (coller) al sufrimiento de las personas de las cuales ustedes…
No sé por qué, aparte, pero, si se me pregunta, diría cómo puede suceder que uno se haga analista, y qué sesgo… No puedo hablar de un montón de cosas. Hay una cosa que de la que hablé… que se llama en mi escuela: el pase.
Es una experiencia absolutamente pasmosa. Es algo que propuse para las personas al momento en que quieren devenir analistas.
Lo que se apercibe de ahí, a saber de ese momento de decisión, concerniente a lo que ha sido para ellos el análisis, es un mundo… nunca nadie, seguro… porque los analistas saben… saben mejor de lo que puedo decirlo, comunicárselos… saben la locura de su situación. Lo que ellos quieren sobre todo es que eso dure, en fin… “con tal que eso dure”, como decía la madre de Napoleón ¿no?
Los analistas quieren que eso dure y, para eso, cuanto menos hacen, mejor anda.
Una cosa como la que digo hoy… no sé por qué, por otra parte, no sé por qué nadie me asesina. Eso me pasará, un día… sí.
En fin, es cierto que si hay algo que prefieren no saber, es a qué sirven.
Entonces, no se los dejé ver de ninguna otra manera que en relación a ese nudo, pueden ser libres de cualquier cosa –menos de caer ahí ofreciéndose como pastura para el amor: porque eso es el analista!! – es alguien se hace consumir…
… hay en relación a eso a quien le place porque eso reporta.
Freud había encontrado eso: por lo menos, podía darse una comunión así, hacía falta que eso pague ; pero en realidad… nada paga eso.
Ofrecerse como objeto de amor: porque es bien de eso de lo que se trata en el análisis, ¿no?. Apercibirse de que a nombre de eso, que ustedes juntan, que ustedes pegan a la cuestión del saber, que eso desencadena el amor.
Eso, no se elucidó verdaderamente nunca.
En lo que puse el acento en la función de la transferencia, es eso, la verdad, la razón del amor transferencial, es que el analista es supuesto saber.
En general él no sabe nada, ¿no?
Lo que él sacó de su analista y cero es exactamente lo mismo, ¿no?
Pero en fin, él es supuesto saber y, sin el análisis, no se sabría lo que el amor debe a esa suposición. Gracias al análisis se lo sabe – es un pasito, ¿no?
Pero qué tiene que ver esta liberación…
…si ustedes communiez (intraducible, comulgan?), hay que hacer algo para eso, es decir, justamente, no estar más ahí como mis pequeños círculos de recién, como elementos locos, como elementos desanudados.
Les puedo también hacer una pregunta: ¿qué tiene que ver la comunión con la liberación?
Si me explican qué comunión, quizá me empiece a dar cuenta. El psicoanalista, seguro, él es el menos libre de los hombres, pero eso no impide que eso no lo haga communier en lo que sea con los otros analistas.
La experiencia es demostrativa, de suerte que al revés, es también la clase de objeción que hago, que les digo, a esta bandera.
¿Qué quiere decir “Comunión y Liberación?”
Que alguien me responda.
Ranchetti, responda… (Voz desde el fondo)
No, le hablo porque lo supongo capaz de hablar conmigo, ya que nadie… que todo el mundo la cierra.
Si sirve, mi pregunta… quiero decir con esto que si me explican, quizá llegue a comprender… si es que alguna vez se comprende algo.
[algunos segundos de silencio]
Lacan – Ranchetti, usted escuchó bien lo que acabo de decir…
Ranchetti – Lo escuché muy bien, las palabras que dijo, pero no la pregunta que escuché…
Lacan – Sí…
Ranchetti – ... Tengo que decirle...
Lacan – ¿Qué clase de comunión es la que libera?
Ranchetti – ... tengo que dcirle que hace falta que se explique mejor, porque no tengo nada que hacer con eso.
Lacan – No – pero cuál es la clase de comunión, Contri, que libera ?
Contri – Le tengo que hacer una pregunta.
Lacan – Sí...
Contri – ¿Cuál es la pertinencia de su pregunta, a partir de qué la plantea?
Lacan – A partir de todo lo que les vengo diciendo, o sea, que no dejé, en lo que es un hecho urgente en fin, la manera en la que sitúo históricamente el análisis, no dejé entrever que pudiera haber un mañana en todo eso, que tenga algo que ver con un mañana liberador.
Es porque se sabrá un poco más sobre el hecho, que, él, permanecerá intacto, ¿no?, que no hay relación sexual en el ser hablante, es porque estaremos ahí – lo que no impedirá ver las raíces que todo eso tiene, las que pudieron hacer que el ser humano haya prosperado en lo que concierne al medio por el cual ellos se reprodujeron, es decir, no justamente la relación sexual, no la hay, sino el acto sexual… Bueno, no hay en nada de todo eso, en fin, la sombra de una promesa de liberación.
Simplemente, una manera de recentrar el saber, tal que pueda volverse un poco más practicable, que él o engendre únicamente lo que es de la manera más patente, esta suerte de condena a muerte que llamo la condena a vida.
¿Dónde está la libertad en todo eso?
Pero por qué.. por qué… rechazan totalmente explicarme por qué no habría una comunión : no sé cuál, pero por qué no tratan de explicarme – pero… ¡evangelícenme!
Cuál es la comunión que puede asociarse, combinarse de otra forma sino por… Es quizá una oposición, quizá ustedes quieren decir : comunión versus liberación, o sea : una o la otra, y, en efecto, si se liberan, es forzosamente de la comunión… de la comunión de los santos en todo caso.
Pero ¿qué es lo que… lo que eso quiere decir ? – es lo que pregunto.
Contri – Évidentemente
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martes, 15 de diciembre de 2009
Y la RED se agranda........nueva lista de inscriptos.......
1-Karina Latorre (Rosario)
2-Alejandro Manfred (Rosario)
3-Margarita Scotta (Rosario)
4-Ivan Triten (Rafaela)
5-Ana Rosillo (Rafaela)
6-Lorena Culasso (Rafaela)
7-Laura Maggi (Posadas)
8-Diana Estrin (Buenos Aires)
9-Viviana Guigui (Buenos Aires)
10-Carina Scaramozzino (Campana)
11-Jorge Yakoncik (Marcos Juarez)
12- Cecilia Sabattini (Rosario)
13- Emiliano Albornoz (Rosario)
14- Mariano Bello (Rosario)
15- Marcos Esnal (Rosario)
16- Carlos Quiroga (Buenos Aires)
17- Marité Colovini (Rosario)
18- Juan Alberto Manino (Rosario)
19- Gonzalo Torrealday (Santa Fe)
20- Claudio Cabral (Rosario)
21- Soledad Secci (Rosario)
22-Luciano Rodriguez Costa (Rosario)
23- Gloria Annoni (Rosario)
24- Luciana de la Torre (Rosario)
25- Lucrecia Zamboni (Rosario)
26-Alfonsina Margherit
27-Nadia Cavaglia
28-Noemí Liliana Quéhé (Buenos Aires)
29-Beatriz Gabriela Suarez (Rosario)
30- Franco Ingrassia (Rosario)
31-Patricia Fochi (Rosario)
32-Roy Jacob (Rosario)
33-Eduardo Adaro. (Mar del Plata)
34- Francisco Ramirez (Paraná)
35- María Laura Giraudo (Rafaela)
36- Nora Lanese (Rosario)
37- María Paula Illia. (Rosario)
38- Martín Coronel (Rosario)
39- Beatriz Arce (Rosario)
40- Patricia Bricas (Rosario)
41- Héctor García. (Rosario)
42- Sebastián Roma (Venado Tuerto)
43- Melina Heinrinch (Rosario)
44- Romina Lipori. (Rosario)
6- Adriana Chiavarino (Rosario y Alcorta)
47-Lilian Estigarribia (Rosario)
48- Carolina Fages (Rosario)
49- Patricia Fryd. (Buenos Aires)
50- Julio César Pereyra (Rosario)
51- Alicia Mascotti (Rafaela)
52- Graciela Deni (Rosario)
53- María Inés Fernández (Rosario)
54- Celeste García. (Rafaela)
55- Ana María Serra (Rosario)
56- Estela Maciel Chiarvetti.
2-Alejandro Manfred (Rosario)
3-Margarita Scotta (Rosario)
4-Ivan Triten (Rafaela)
5-Ana Rosillo (Rafaela)
6-Lorena Culasso (Rafaela)
7-Laura Maggi (Posadas)
8-Diana Estrin (Buenos Aires)
9-Viviana Guigui (Buenos Aires)
10-Carina Scaramozzino (Campana)
11-Jorge Yakoncik (Marcos Juarez)
12- Cecilia Sabattini (Rosario)
13- Emiliano Albornoz (Rosario)
14- Mariano Bello (Rosario)
15- Marcos Esnal (Rosario)
16- Carlos Quiroga (Buenos Aires)
17- Marité Colovini (Rosario)
18- Juan Alberto Manino (Rosario)
19- Gonzalo Torrealday (Santa Fe)
20- Claudio Cabral (Rosario)
21- Soledad Secci (Rosario)
22-Luciano Rodriguez Costa (Rosario)
23- Gloria Annoni (Rosario)
24- Luciana de la Torre (Rosario)
25- Lucrecia Zamboni (Rosario)
26-Alfonsina Margherit
27-Nadia Cavaglia
28-Noemí Liliana Quéhé (Buenos Aires)
29-Beatriz Gabriela Suarez (Rosario)
30- Franco Ingrassia (Rosario)
31-Patricia Fochi (Rosario)
32-Roy Jacob (Rosario)
33-Eduardo Adaro. (Mar del Plata)
34- Francisco Ramirez (Paraná)
35- María Laura Giraudo (Rafaela)
36- Nora Lanese (Rosario)
37- María Paula Illia. (Rosario)
38- Martín Coronel (Rosario)
39- Beatriz Arce (Rosario)
40- Patricia Bricas (Rosario)
41- Héctor García. (Rosario)
42- Sebastián Roma (Venado Tuerto)
43- Melina Heinrinch (Rosario)
44- Romina Lipori. (Rosario)
6- Adriana Chiavarino (Rosario y Alcorta)
47-Lilian Estigarribia (Rosario)
48- Carolina Fages (Rosario)
49- Patricia Fryd. (Buenos Aires)
50- Julio César Pereyra (Rosario)
51- Alicia Mascotti (Rafaela)
52- Graciela Deni (Rosario)
53- María Inés Fernández (Rosario)
54- Celeste García. (Rafaela)
55- Ana María Serra (Rosario)
56- Estela Maciel Chiarvetti.
lunes, 14 de diciembre de 2009
Sólo ocurrió una vez, Por Héctor García
Esto no es un poema de amor, o tal véz si?... Vale la ambiguedad, si logra transmitir, dar cuenta quizás, del pasaje por esa experiencia inédita, renovada cada véz
de la primera entrevista en el análisis y los avatares de aquello que llamamos "transferencia". No tengo otra fuente en la que abrevar, si pretendo dar testimonio de alguna verdad, que la propia vivencia, que el viaje hacia mi pasado... Así que cualquier similitud con la realidad, no es mera coincidencia, es el suelo dónde nos paramos quienes trabajamos desde el psicoanálisis y el material con el que se construye la cotidianeidad de nuestra práctica. La transferencia puede ser juego de espejos en un laberinto interminable, es sin duda "zona de riesgo" por esencia y definición, pero es también y tal véz paradógicamente, la razón suficiente y necesaria, el punto de amarre de cualquier intervención y la escala en la que medimos, las posibles eficacias...
Solo ocurrió una vez ...
Que te miré y me miraste, sobre todo me miraste.... y me sentí mirado... por primera vez, me sentí mirado y tal vez aprendí a mirar... hoy no lo podría decir con exactitud....
se me olvidan las fechas y los días, se agolpan los recuerdos, forman fila las emociones en una extensa caravana de imágenes y palabras..
se agigantan los espacios, resuenan los silencios y puedo percibir el transcurrir azaroso del tiempo...
...y el cálido reflejo de tu voz
apagándose en un ritmo
cadencioso
y confidente...
y la clave silenciosa junto a las llaves
del candado...
y la noche sin estrellas y sin luna
de aquél asalto brutal
a mi pasado...
territorio de espectros complacientes
de duendes huidizos
y siniestros
de lobos feroces
y alocados...
solo fué que me miraste,
que un instante bastó
para creerte...
que un momento bastó
para olvidarme,
y un segundo sirvió para perderme
y una lágrima vino a rescatarme...
y tan solo así
y así solo
sin arreglos ni trajes a medida
fuí trepando la cuesta
de los tiempos
desafiando las historias repetidas...
solo pasó que me miraste, con ojos
de cielo despejado...
y en la tarde borrascoza de los míos
solo el miedo asomaba
reflejado...
pués en las pausas temerarias
del silencio
me enseñaste a jugar con lo sagrado
con apuestas clandestinas y en penumbras
cuál si fuese un convicto
desahuciado...
desahuciado del amor y de la vida...
con fecha de vencimiento
y código de barras
que estimando mi precio arancelaban
las consignas devaluadas
de mi alma...
solo por mirarme,
en una tarde
de noviembre...
hallaron un lugar
las promesas olvidadas...
Dedicado con mucho cariño a María Inéz Miraglio, mi analista por tantos años...
Héctor García
de la primera entrevista en el análisis y los avatares de aquello que llamamos "transferencia". No tengo otra fuente en la que abrevar, si pretendo dar testimonio de alguna verdad, que la propia vivencia, que el viaje hacia mi pasado... Así que cualquier similitud con la realidad, no es mera coincidencia, es el suelo dónde nos paramos quienes trabajamos desde el psicoanálisis y el material con el que se construye la cotidianeidad de nuestra práctica. La transferencia puede ser juego de espejos en un laberinto interminable, es sin duda "zona de riesgo" por esencia y definición, pero es también y tal véz paradógicamente, la razón suficiente y necesaria, el punto de amarre de cualquier intervención y la escala en la que medimos, las posibles eficacias...
Solo ocurrió una vez ...
Que te miré y me miraste, sobre todo me miraste.... y me sentí mirado... por primera vez, me sentí mirado y tal vez aprendí a mirar... hoy no lo podría decir con exactitud....
se me olvidan las fechas y los días, se agolpan los recuerdos, forman fila las emociones en una extensa caravana de imágenes y palabras..
se agigantan los espacios, resuenan los silencios y puedo percibir el transcurrir azaroso del tiempo...
...y el cálido reflejo de tu voz
apagándose en un ritmo
cadencioso
y confidente...
y la clave silenciosa junto a las llaves
del candado...
y la noche sin estrellas y sin luna
de aquél asalto brutal
a mi pasado...
territorio de espectros complacientes
de duendes huidizos
y siniestros
de lobos feroces
y alocados...
solo fué que me miraste,
que un instante bastó
para creerte...
que un momento bastó
para olvidarme,
y un segundo sirvió para perderme
y una lágrima vino a rescatarme...
y tan solo así
y así solo
sin arreglos ni trajes a medida
fuí trepando la cuesta
de los tiempos
desafiando las historias repetidas...
solo pasó que me miraste, con ojos
de cielo despejado...
y en la tarde borrascoza de los míos
solo el miedo asomaba
reflejado...
pués en las pausas temerarias
del silencio
me enseñaste a jugar con lo sagrado
con apuestas clandestinas y en penumbras
cuál si fuese un convicto
desahuciado...
desahuciado del amor y de la vida...
con fecha de vencimiento
y código de barras
que estimando mi precio arancelaban
las consignas devaluadas
de mi alma...
solo por mirarme,
en una tarde
de noviembre...
hallaron un lugar
las promesas olvidadas...
Dedicado con mucho cariño a María Inéz Miraglio, mi analista por tantos años...
Héctor García
Aporte a: Divulgación no es vulgarización, Por Marrita Sotta
ENFERMAR PUEDE DECIR OTRAS COSAS
(La consulta al psicoanalista ante la enfermedad)
Margarita Scotta
Cuando enfermamos
La enfermedad nunca se piensa como un suceso accidental dentro de la vida. Inmediatamente se la somete al esfuerzo mental de “asumirla” o “entenderla”; entonces, alguien se agota en las ideas que intentan pensar la nueva realidad de su cuerpo. Y se intenta la adaptación del sujeto al diagnóstico que recibió.
Nos exigimos
Y lo más valioso de una persona surge en su desadaptación.
Tenemos un cuerpo
Pero el cuerpo (y sus fenómenos) no es completamente traducible al terreno de las que ideas que podemos hacernos sobre él. Los sucesos del organismo (ese interior inaccesible de la envoltura del cuerpo) permanecen ajenos a lo que somos. Y cuando no toleramos ese misterio nos empecinamos en una identificación imposible con el cuerpo a través de la enfermedad.
No somos un cuerpo
Entonces, convertimos nuestra enfermedad (además) en una hipocondría (esa pasión por que todo signo o señal remita a la enfermedad).
Lo indescifrable
Entonces, leemos los informes de laboratorio antes de dárselos al médico. Ahí donde no podemos leer más que la anticipación de nuestras fantasías atemorizadas. A la enfermedad le agregamos la compulsión por saber sobre ella. Y las ideas nos atormentan por no poder transferir lo indescifrable a otro.
Alguien debe saber
Enfermar nos lleva a someternos a la necesidad de saber sobre lo que le pasa a nuestro cuerpo. Y la figura del médico carga con la certeza (de la que a su vez desconfiamos) de que hay alguien que sabe acerca de lo que me afecta. Tiene que haberlo.
Hay algo imposible de conocer
Internet con sus cúmulos de información acerca de las enfermedades debilita la confianza en el médico y nos suplanta a nosotros mismos en la búsqueda de qué es verdaderamente lo que nos pasa.
Pensar la enfermedad
Como un acontecimiento entre otros de la vida, tan crítico, tan punzante, tan conmovedor como tantos otros. Pensar que quizás ni siquiera sea el más importante de nuestra existencia, ni el que nos ha puesto más en riesgo, ni el más significativo, ni el más revelador de algo nuestro.
Podemos olvidar
Seguramente, hasta hemos pasado por pruebas más difíciles. Sencillamente, hemos olvidado que ya las pasamos.
Podemos nombrarnos de otro modo
¿Para qué adosar el nombre de la enfermedad que nos diagnosticaron a nuestros otros nombres? ¿Cómo devolverle su valor de accidente, de azar, de imprevisible, de fuera de cálculo, a esa enfermedad que pretende ser nuestra? Esto, para descansar, además del sufrimiento de la enfermedad, de la afección que provocan las ideas que nos hacemos sobre ella. Somos mucho más que el report médico de nuestro cuerpo.
Lo verdadero nuestro
Somos otras cosas. Que ni siquiera sospechamos. Y, quizás, descuidamos que no es lo fundamental que nos está pasando, necesariamente, el haber enfermado. Seguramente hay otras cosas más vinculadas a nuestra verdad. Pero insistimos en pegarnos a las noticias del cuerpo.
Existe un cuerpo libidinal no leído por el hemograma
Nos olvidamos que la libido es la energía psíquica que suele infiltrarse en los procesos del organismo sin que nos demos cuenta y hasta puede llegar a enturbiar la visión de las ecografías.
El sentimiento clave al enfermar
La culpa no se alimenta al necesitar del cuidado de otros cuando enfermamos sino al sentirnos reducidos a esos cuidados.
Lo invisible
Hay quienes logran tomar lo inoportuno de una enfermedad como una oportunidad. No luchan contra ella. No desesperan dentro de ideas bélicas. Se dejan tomar por su impacto traumático como si fuera cualquier otro y como arrastrados por un río no bracean contra su potencia sino que se dejan llevar hacia una orilla, como si la vieran, aunque aún no sea visible.
Lo que podemos escuchar
Hablando con un psicoanalista podríamos escuchar distinto lo que decimos. Las cosas que nos pasan –además de pasarnos- también pueden significarse de otro modo. Y esto cambia nuestra realidad.
Margarita Scotta
Psicoanalista
(La consulta al psicoanalista ante la enfermedad)
Margarita Scotta
Cuando enfermamos
La enfermedad nunca se piensa como un suceso accidental dentro de la vida. Inmediatamente se la somete al esfuerzo mental de “asumirla” o “entenderla”; entonces, alguien se agota en las ideas que intentan pensar la nueva realidad de su cuerpo. Y se intenta la adaptación del sujeto al diagnóstico que recibió.
Nos exigimos
Y lo más valioso de una persona surge en su desadaptación.
Tenemos un cuerpo
Pero el cuerpo (y sus fenómenos) no es completamente traducible al terreno de las que ideas que podemos hacernos sobre él. Los sucesos del organismo (ese interior inaccesible de la envoltura del cuerpo) permanecen ajenos a lo que somos. Y cuando no toleramos ese misterio nos empecinamos en una identificación imposible con el cuerpo a través de la enfermedad.
No somos un cuerpo
Entonces, convertimos nuestra enfermedad (además) en una hipocondría (esa pasión por que todo signo o señal remita a la enfermedad).
Lo indescifrable
Entonces, leemos los informes de laboratorio antes de dárselos al médico. Ahí donde no podemos leer más que la anticipación de nuestras fantasías atemorizadas. A la enfermedad le agregamos la compulsión por saber sobre ella. Y las ideas nos atormentan por no poder transferir lo indescifrable a otro.
Alguien debe saber
Enfermar nos lleva a someternos a la necesidad de saber sobre lo que le pasa a nuestro cuerpo. Y la figura del médico carga con la certeza (de la que a su vez desconfiamos) de que hay alguien que sabe acerca de lo que me afecta. Tiene que haberlo.
Hay algo imposible de conocer
Internet con sus cúmulos de información acerca de las enfermedades debilita la confianza en el médico y nos suplanta a nosotros mismos en la búsqueda de qué es verdaderamente lo que nos pasa.
Pensar la enfermedad
Como un acontecimiento entre otros de la vida, tan crítico, tan punzante, tan conmovedor como tantos otros. Pensar que quizás ni siquiera sea el más importante de nuestra existencia, ni el que nos ha puesto más en riesgo, ni el más significativo, ni el más revelador de algo nuestro.
Podemos olvidar
Seguramente, hasta hemos pasado por pruebas más difíciles. Sencillamente, hemos olvidado que ya las pasamos.
Podemos nombrarnos de otro modo
¿Para qué adosar el nombre de la enfermedad que nos diagnosticaron a nuestros otros nombres? ¿Cómo devolverle su valor de accidente, de azar, de imprevisible, de fuera de cálculo, a esa enfermedad que pretende ser nuestra? Esto, para descansar, además del sufrimiento de la enfermedad, de la afección que provocan las ideas que nos hacemos sobre ella. Somos mucho más que el report médico de nuestro cuerpo.
Lo verdadero nuestro
Somos otras cosas. Que ni siquiera sospechamos. Y, quizás, descuidamos que no es lo fundamental que nos está pasando, necesariamente, el haber enfermado. Seguramente hay otras cosas más vinculadas a nuestra verdad. Pero insistimos en pegarnos a las noticias del cuerpo.
Existe un cuerpo libidinal no leído por el hemograma
Nos olvidamos que la libido es la energía psíquica que suele infiltrarse en los procesos del organismo sin que nos demos cuenta y hasta puede llegar a enturbiar la visión de las ecografías.
El sentimiento clave al enfermar
La culpa no se alimenta al necesitar del cuidado de otros cuando enfermamos sino al sentirnos reducidos a esos cuidados.
Lo invisible
Hay quienes logran tomar lo inoportuno de una enfermedad como una oportunidad. No luchan contra ella. No desesperan dentro de ideas bélicas. Se dejan tomar por su impacto traumático como si fuera cualquier otro y como arrastrados por un río no bracean contra su potencia sino que se dejan llevar hacia una orilla, como si la vieran, aunque aún no sea visible.
Lo que podemos escuchar
Hablando con un psicoanalista podríamos escuchar distinto lo que decimos. Las cosas que nos pasan –además de pasarnos- también pueden significarse de otro modo. Y esto cambia nuestra realidad.
Margarita Scotta
Psicoanalista
miércoles, 9 de diciembre de 2009
Conferencia de Lacan en Milán y respuestas a preguntas del público.
Mando traducción retomada hoy, primera parte, de una conferencia en Milán de Lacan, 30.3.74, para subirla. No la mando en word porque no sé si se puede adjuntar acá, en todo caso Franco dirá. Si alguien sabe si está ya traducida (la empecé con Raquel Capurro hace dos años) please que me avise. Es un work in progress, nada definitivo pero da pa' empezar con un debate me parece a mí sobre entre otras cosas cómo plantea el lugar de los psicólogos. También el problema de la propaganda. Pensaba si algunos mails que hemos recibido estos días no van en ese sentido. Que les guste y les concierna. salut!
Marcos
Conferencia en el Centro cultural francés el 30 de marzo de 1974, seguida de una serie de preguntas preparadas con antelación, a fin de esa discusión, y fechadas el 25 de marzo de 1974. Aparecida en la obra bilingüe: Lacan in Italia 1953-1978. En Italie Lacan, Milan, La Salamandra, 1978, pp. 104-147.
Traducción: Marcos Esnal.
Díganme, ¿cómo les hablo en francés? ¿Hace falta que ponga mucha atención en articular bien, o quizá todos serían capaces de entender, así, como les hablo, lo que puedo tener para decir…?
¿Quieren que, en suma, yo… que articule muy bien…
Levanten la mano, escuchen, acomodémonos.
Bueno. Ya está.
Bueno, estoy a disposición para responder a sus preguntas. Ya tengo acá ya las preguntas... por las que estoy contento porque son preguntas que prueban que... ¿estoy hablando lo suficientemente alto?...
Sí
¿funciona?
Son preguntas que... prueban que verdaderamente estuvieron trabajando con Contri, quiero decir sobre las cosas que escribí, entonces estoy muy contento por las preguntas.
Bueno... como hace falta que alguien ponga las cosas en marcha... voy a decir un cierto número de cosas... voy a decir un cierto número de cosas que no responden enseguida a todas las preguntas, porque sería algo muy largo... voy a decir un cierto número de cosas que voy a tratar de aclarar... de aclarar en su alcance exacto. Lo que espero, es el mínimum de lo que puedo esperar para trastornarme, no?
No estoy aquí para hacer turismo y menos para descansar –son dos cosas diferentes, ¿no?, el turismo y el descanso.
Pero estoy acá porque lo que espero es que algo se produzca en Italia, a saber que un cierto número de personas aquí sean, sean digo, - es el verbo es-se-re- sean analizadas.
Pero eso no depende de mí. Para ser analista, lo que es una posición muy difícil aunque absolutamente condicionada por el punto en el que estamos, quiero decir que...
Buen día!
Venga cerca mío, Fachinelli. Venga. Venga, quería verlo ahí. Fachinelli es, en suma, la primera persona, que me leyó en Italia y a quien eso le produjo algo.
Entonces... para que ustedes sean analistas, no puedo de ninguna manera quererlo en lugar suyo. Eso debe venir de cada uno.
Hay... puede haber aquí alguien que quisiera ser analista... es una cosa de la cual ciertamente hay demanda, de analistas. Después les voy a explicar por qué. En fin, eso llegará, por qué hay demanda – pero no es una razón para que cualquiera responda ahí.
Porque, se los vengo de decir, es una posición casi imposible.
Entonces no puedo quererlo en su lugar. Es necesario que cada persona se tantee acerca de eso y que se decida a querer serlo.
No hago, para que haya analistas, ninguna propaganda.
No veo para nada por qué...
No es que no haya necesidad de analistas, en Italia.
Seguramente la hay, por la razón de que en Italia se está en el mismo punto... que en ese punto que voy a tratar de definir.
Voy a tratar en verdad de definir por qué las cosas están como para que haya necesidad de analistas. Es en verdad seguro para Italia como para todos los lugares, por otro lado.
No es una razón para que los haya... quiero decir (para) que alguien se consagre a ese lugar.
Entonces, no hago ninguna propaganda... La palabra propaganda está en verdad asociada, desde hace tiempo, a la idea de fe... en fin, de propaganda, es así que la palabra nació, de propaganda fide.
No hay tampoco ninguna necesidad de tener fe. No veo, cuando hayan escuchado lo que tengo para decirles, qué fe ustedes podrían tener para ser analistas.
Hay una necesidad, en el punto al que llegamos, una necesidad, es lo que digo, de que haya analistas.
Esa necesidad está ligada a algo que es del orden...
...hace tiempo nos apercibimos que lo necesario estaba ligado a lo que voy a decir: a saber que es del orden...
...es del orden (de) que hay algo que devino imposible...
...algo que devino imposible en la vida, la vida cotidiana de la única multitud que conocemos, de la que sabemos ciertamente que habla, a saber, lo que se llama generalmente los hombres.
Hay algo que devino imposible por el hecho de una cierta invasión... algo que señalo como el real.
Nuestras relaciones con el real… -...cuando digo “nuestras” hablo de los seres hablantes- hay algo que devino imposible por una suerte de invasión de lo real que quizá se nos escapa, pero que devino extremadamente incómoda.
El real por la ciencia se agranda... quiero decir que aun la manera de la cual está hecha esta mesa es algo que tiene una insistencia muy distinta que la que eso haya podido tener con anterioridad en la vida de los hombres.
Hice alusión a eso en Roma hace ocho días... pido perdón a los que no pudieron llegar en ese momento...
Lo real devino una presencia que no tenía por el hecho de que se ha fabricado un montón de aparatos que nos dominan, como no se había hecho nunca antes.
Es solamente a causa de eso que somos empujados a considerar que el análisis, es la única cosa que puede permitirnos sobrevivir a lo real.
El hombre siempre tuvo muy bien el sentido de lo que podría alcanzar de real. Siempre tuvo de eso una idea muy precisa.
Lo real, es la única categoría de la cual él puede saber algo, y es exactamente por eso que comenzó a interesarse por... si tienen una mínima aproximación a la historia del saber, deben saber que comenzó por interesarse por el cielo –lo que es algo bizarro, porque podría haber empezado a interesarse por la tierra.
Muy pronto comprendió, y bien, que no podía sino seguir de cerca al cielo.
Cuando hablo del cielo hablo de lo que se llamó durante mucho tiempo la bóveda celeste, a saber: las cosas que permanecen siempre en la misma posición en el cielo.
Entendió bien esto: que ahí podía saber algo (...) es a partir del cielo que él hizo, si puedo decirlo así, descender sobre la tierra las cosas que sabía hacer.
Comprendió bien que... ya es una cosa prodigiosa, ¿no?, completamente prodigiosa que haya comprendido enseguida que no era sino ahí donde debía dirigirse para hacer lo que no llegó sino después de mucho tiempo, a saber todo tipo de maquinitas quienes, a fin de cuentas, lo aplastan... lo aplastan porque a fin de cuentas lo que se relaciona con su vida –cuando digo “vida”, ya verán enseguida qué quiero decir con eso- lo que se relaciona con su vida, es otra cosa muy distinta.
Simplemente... la obstrucción que esas maquinitas aportan en su vida, lo ponen en la urgencia de saber cómo él vive.
Naturalmente... de eso no puede tener la menor idea, ya que las únicas cosas que él puede verdaderamente saber pasan por otro lado... por lo que llamé el cielo, que no tiene relación, se entiende, con la idea religiosa del cielo. Pasan por otro lado, por algo a lo cual él tenía acceso y, como se obstruye con todo lo que le retornó de esa consideración del cielo, como está verdaderamente obstruido al punto que todo puede pasar, siente el peligro...entonces llegamos a pensar que había personas que hacía falta ayudar a vivir, y para eso elucubramos otro saber, que trata por lo menos de ver la relación que eso tiene, la vida, con el saber.
...Entonces, ahora voy a ingresar en algo que tiene un aire... que tiene el aire de ser una filosofía.
Hasta hoy vine hablando de la evidencia, la evidencia de que no es por nada que el análisis –a saber la necesidad que tienen las personas de tener una pequeña idea de lo que son como seres vivientes- no es por nada que apareció recién en nuestros días... en nuestros días (…) a causa de esa obstrucción de lo real.
(...) No es para nada una filosofía, es simplemente un... una cierta referencia, un cierto reconocimiento de algo con lo que es preciso conciliarse, ponerse en resonancia, para cumplir esa función que es requerida por... digamos, ¿qué? –el mundo moderno.
Requerida para que no haya demasiada gente que sea aplastada por lo real.
Es por eso que se tiene necesidad de personas que llamamos, de forma totalmente impropia, psicólogos.
Los psicólogos son una herencia, una herencia de cierta idea que nos hacemos de las relaciones del hombre con lo que imaginamos ser... un mundo, o sea algo que estaría hecho para él.
Entonces, lo que trato de enunciar es a partir de qué... digo, lo mínimo para que esa práctica sea soportable para las personas que responden ahí.
Quiero decir: que se ofrecen, hay que decirlo. Se ofrecen a cumplir esa función que se volvió necesaria, para que las personas tengan una pequeña idea de lo que comporta sobrevivir a la admisión de un real –por otro lado, cuando digo “un real” no hago otra cosa que historia- a la admisión de un real que no es forzosamente más real que cualquier otra cosa, pero sí el único real que serían capaces, justamente, de hacer entrar en su vida.
A fuerza de revolver las cosas que no podrían en verdad haber hecho venir sino del cielo, son ahora comidos por el real.
El real, no quiere decir eso que es verdaderamente real... es el único real al cual serían capaces de acceder.
Ahora que lo han materializado, para llamar las cosas con su nombre, se aperciben que eso no tiene relación con su vida de siempre.
Pongo ese término “vida” entre comillas porque no es para nada seguro que ellos vivan.
La prueba, por otra parte, es esa relación que tienen con lo real, que es seguramente –ahora la cosa es tangible (golpea sobre la mesa) – algo muy insoportable.
Entonces, traté de decir lo mínimo... lo mínimo gracias a lo cual se podría, si puedo decir, hacer que, ese real, se conciba lo que pasa con él, o sea que eso nos, digo, aplasta. Hace más en realidad: nos impide respirar, nos ahorca.
Entonces, el punto en el que estoy… el punto en el que estoy en relación a esto, es evidentemente eso lo que refleja la mayoría de las preguntas que me aportaron… el punto en el que estoy está ligado a una larga... en fin, “batalla” (“bataille”).
Ha habido batallas –no es muy francés, hay que decirlo- ha habido batallas que Lacan tiene “combatidas”. (En francés no decimos nunca “combatir una batalla”: se “libra” una batalla. Pero no es algo importante. No veo porqué no se diría que Lacan ha combatido batallas, aunque no se combaten batallas, una batalla, se combate un adversario... etc.).
Entonces, en efecto combatí algunas cosas... combatí algunas cosas en el pensamiento de los analistas.
Es cierto que el hecho de creer, de creer, porque Freud a dicho algunas cosas, que eso deja intacta la noción del yo, por ejemplo –que es algo que llegó muy tarde en el pensamiento, en la filosofía- , pensar que el inconsciente de Freud dejaba intacto el yo, - diría aún más, era la primera vez que se osó hablar del yo autónomo, de la idea de que tenemos una instancia para expresar como Freud mismo lo expresa, una instancia que sería la del yo y que sería una instancia distinta del inconsciente- es en verdad una idea que no pudo sino venir de personas que creyeron deber explicar lo que hacían de una cierta manera, o sea ir al auxilio de un yo que...
(El discurso se interrumpe por el cambio de la cinta)
La idea de que el analista tiene un aliado –porque es así, es de ahí que partió la idea del yo autónomo- un aliado en el yo de cada uno, y que ese yo es autónomo, es algo que no se les pudo ocurrir sino a personas cuyo objetivo confeso era explotar ese terreno, o sea que tenían que hacer con los hombres que sufrían de algo, ¿de qué?, de un desvío de la historia del punto en el que estamos, esa invasión de cosas fabricadas –fabricadas según el modelo celeste ¿no?.
La idea de explotar eso pasándoles la mano por la espalda diciéndoles:
“Pero lo que hay que hacer es liberar su yo autónomo, liberarlo de todo eso de lo que sufre de manera patente y no tiene caso que continúe sufriendo tanto – pero ya que usted tiene un yo autónomo… usted está con nosotros de corazón”.
Es muy bizarro, es un ejemplo de lo que no es para nada novedoso, ¿no? Se ha tenido mucho éxito durante siglos al fascinar a mucha gente con eso que llamo la fe… es decir al demorarlos, al desplazarlos… lo digo de una vez: al estafarlos (duper).
Entonces, ¿por qué los analistas no continuarían con…? El único problemita… es que eso no puede ya continuar.
Eso –hacerle creer a la gente que tienen un yo, siendo que todo dice lo contrario- eso no va más.
Ellos están demasiado aplastados por lo que es la consecuencia de su saber – o sea que su saber les retorna con todo y los estrangula.
Les pueden hablar del yo de ellos, así, durante cien años, eso no los va a mejorar.
Quisiera que eso continúe.
Estoy seguro que no puede ya continuar, y que, en todo caso, si hay algo de lo que los analistas son incapaces, es de hacerle creer a alguien en yo.
Como pienso por otro lado que los analistas, en suma, vienen a su lugar... no quiero decir para nada con esto que tienen la antorcha de la esperanza... están como todos los hombres condicionados, llamados a una función, y una función que puede rellenar eso de lo que se trata, o sea si podemos saber cosas que en la ocasión pondrían en regla... pondrían en regla esos seres hablantes... los pondrían en regla y les permitirían acomodarse a las consecuencias de su saber: es cierto que para eso es necesario que sepamos un poco más.
Y ciertamente lo que es necesario saber no es que existe el yo autónomo.
Trato de decir lo mínimo de lo que resulta de esta experiencia, de la experiencia del analista.
¿Por qué propongo esto bajo esta forma que es el nudo?
El nudo en el sentido en que hay cosas que se sostienen juntas y que tienen un comportamiento muy especial, el nudo de los tres registros o categorías que son el real, el imaginario y el simbólico.
Es lo me surgió a mí de esta manera, después de un cierto tiempo de experiencia analítica.
Yo los he asociado, intercalando comas entre cada uno: el imaginario, el simbólico, y el real.
No están invitados por mí a creer en eso; lo están a tratar de servirse.
Eso no es para nada una iluminación filosófica: partí de mi experiencia, y me pareció que... me pareció que daba cuenta de algo, de cómo esa experiencia se constituye.
Cuando hablo del simbólico, naturalmente, no se trata para nada de la metáfora, de las imágenes, de lo que generalmente se llama el símbolo – de lo que Jung, por ejemplo, llama el símbolo- en el sentido por ejemplo en que el corazón dibujado sería el símbolo del amor: no es de eso, para nada, de lo que se trata.
Cuando hablo del simbólico, se trata de la lengua.
Para ustedes la lengua... –que escribo en un solo término: lalengua, porque quiere decir lalala, la lalation, a saber que es un hecho que muy pronto el ser humano hace lalaciones, no hay más que ver un bebé, escucharlo, poco a poco hay una persona, la madre, que es exactamente la misma cosa que lalengua, que aparte de ser alguien encarnado, quien le trasmite lalengua...
...entonces, para ustedes lalengua es la lengua italiana, para mí, se trata de la lengua francesa –porque es la que me enseñó la madre que era la mía...
y me parece difícil no ver que la práctica analítica pasa por ahí, porque todo lo que se demanda a la persona que va a confiarse a ustedes, no es otra cosa que: hablar.
Hace poco vi a mi buen maestro - porque lo era, mucho antes de Freud- Étienne Gilson.
Étienne Gilson era tomista, y gracias a él trabajé ese viejo autor, ese viejo autor que estaba lejos de ser un idiota, porque todo lo que dice se sostienen muy muy bien, en fin...
El buen Étienne Gilson hace objeción a la Traumdeutung de Freud... por escribir, y de escribir en ella, porque él lee Freud, de escribir en ella los sueños.
Es cierto que de hecho hablar un sueño es algo que no tiene nada que ver con el sueño mismo, el sueño como vivido.
Es lo que me objeta Étienne Gilson, quien no es freudiano.
La diferencia entre nosotros es que... tuve una práctica analítica... y él me objeta eso, que a fin de cuentas un sueño es algo que no se puede decir porque es algo vivido.
Creo que... como ahora es muy viejo –tiene veinte años más que yo, lo que no es poco porque yo tengo ya muchos años- no pude llegar a hacerle discernir que aportaba agua para mi molino: justamente al tomar el sueño una vez realmente, ¿por qué no decirlo?, traducido en lalengua, eso es algo vivido.
Aparte: como no sé qué es la vida, se los señalé recién, tampoco sé qué es lo vivido. Sé bien que se ha acordado, en alguna filosofía, mucha importancia a lo vivido, pero yo no soy filósofo, soy practicante y lo que sé es que un sueño se descifra, se interpreta pero únicamente a partir del momento en el que el analizante lo habla.
Lo que es fabuloso es que... es el hecho de que eso vehicula lo que siempre ha sido, en sí mismo, un enigma, si se lo habla, entonces descubrimos que podemos interpretarlo.
A saber, que es precisamente a nivel del hecho de que es hablado, que nos apercibimos que encubre lo que no aparecía para nada en su vivencia, que encubre un saber y que es eso lo que Freud designó bajo el nombre de inconsciente.
Es que diciendo ciertas cosas, entre las que hay sueños, actos fallidos, chistes, decimos más de lo que sabemos.
Que sabemos en el sentido en que hablé al principio, en el sentido de ese real... ese real que descendió del cielo, y que hay todas las posibilidades de que la lengua se haya de alguna manera formado, cristalizado como precipitación de ese saber.
Pero eso... sería decir más de lo que sabemos del asunto.
No digo que la lengua esté hecha sólo del inconsciente: no sólo no lo digo, sino que es cierto que la lengua porta la huella de todo un uso práctico, que desciende de un saber diferente y notablemente de ese saber que califiqué recién de saber de lo real, o sea de lo que el hombre produjo en relación al cielo.
No lo digo, y no lo digo por otra parte porque pienso que no es sino por ahí, por ese hilo, por el hilo de lalengua, que podemos justamente leer allí la huella de un saber otro, un saber otro que de alguna forma está en el lugar de lo que Freud imaginó, digo imaginó, como inconsciente, y lo que tenemos que hacer es seguir el hilo de esa imaginación freudiana, de ver adónde conduce, lo que quiere decir, cómo está estructurada.
Si puse en primer plano la función de lalengua en la práctica analítica, fue simplemente para que... para que el análisis no sea una estafa. Para que no lo sea, lo mínimo es saber con qué operamos. Encuentro por eso increíble decir que en una práctica que no se hace sino de hacer hablar a alguien, y ante todo de escucharlo, incluso de responder de tiempo en tiempo, la lengua no sirve para nada, a saber, que se busca más allá. Se busca no sé qué, por ejemplo...
La primera cosa que se encuentra es el pensamiento, es cierto, lo que hay de más próximo a lo que se enuncia en el hecho de hablar. Las personas, seguro, piensan que piensan, y es incluso curioso que... que es eso lo que las despierta.
Es muy curioso, incluso, que jamás se haya subrayado que el pensamiento, en lo que podemos alcanzar... (golpea sobre el micrófono)... que el pensamiento es segundo en relación a la lengua –contrariamente a lo que los filósofos de la escuela llamada de Strasbourg trataron de poner en primer plano- que no hay pensamiento que se sostenga de otra cosa que de la lengua.
Es muy cierto.
No hay pensamiento decible, en cualquier caso... Entiendo que haya ahí alguna parte del pensamiento –lo que generalmente se llama así, es que algo que hacía referencia a cosas que ingresan perfectamente en ese saber, ese saber celeste del cual partí recién.
Imaginamos que, de ese saber, somos el reflejo, que hay algo se llama el alma que refleja el cielo.
Creo que en relación a esto la continuación de la práctica analítica se explica –me ha parecido a mí, pero si alguno encuentra algo mejor no veo por qué no le haría lugar- por la referencia a esta distinción masiva, de lo que está ahí presente en nuestra práctica como la lengua que hablamos, de la cual se sostiene el simbólico, el real, por otro lado, por el cual estamos obstruidos, y el hecho de que el hombre imagina: imagina tanto y tan bien que es eso, al fin de cuentas, lo que sostiene su vida, imagina al punto de no poder impedirse pensar que también los animales imaginan –en fin, por qué no después de todo, tienen todo el aspecto de hacerlo, seguro que es así, vemos que se comportan como los locos, en fin, quiero decir que parecen ver algo que no está ahí, que no lo está para nosotros, ¿no?.
Esta idea de la imagen siempre tuvo un gran papel, y ordena muy, muy bien, un montón de funciones.
Entonces, con ese nudo, ese nudo triple, ese nudo fabricado de una manera que es algo que imaginé, seguramente...: porque Freud imaginó el inconsciente, yo imaginé lo que llamamos el nudo borromeo para hacer imagen de cuál es la relación de ese simbólico, de ese imaginario y de ese real.
Quiero decir que dos no están anudados sino gracias al tercero.
Es evidente, para ver el lazo del imaginario al simbólico nos es necesario suponer el real... que es el único que puede hacer el lazo.
Anudar y desanudar el real y el imaginario, es lo que el simbólico se la pasa haciendo, ya que es en lalengua que está la distinción del imaginario y el real.
Pero, lo que no se termina de ver, ¿no? es por qué propuse ese nudo borromeo. Es que el lazo, el lazo tan importante que parece ser capital, entre el simbólico y el real es capital porque es con todo con el aparato del simbólico que el hombre hizo descender ese real, ese real celeste del que hablaba recién, ese real celeste del que resulta, por qué no, esta botella de no sé qué, de San Pellegrino, porque es también la consecuencia... la consecuencia de nuestra ciencia.
Es gracias a eso que no podemos... como lo aconsejan los taoístas... lo aconsejan con todo el derecho... ya que a partir del momento en que tenemos botellas hace falta que las paguemos, que se las fabrique, hace falta que haya montones de gente que sean sus víctimas sangrantes, antes de que eso nos atraviese,... ahí en un vaso hecho con no sé qué... flexible...-esta botella de San Pellegrino sería totalmente superflua si hubiese arroyos a nuestro alcance, pero seguro que no es así en Milán... no tendríamos sino que ir a tomar agua de ahí y beber con el hueco de la mano...- es justamente ahí que los taoístas han prohibido incluso el uso de la cuchara, en fin, lo han prohibido a nombre de... a nombre de la vida, simplemente, ¿no?: porque esta botella de San Pellegrino es tan mortal como todo el resto, por el sólo hecho de que existe como botella, es decir como una manipulación del real. Todo esto no impide que en el punto en el que estamos al respecto, es importante que nos apercibamos que, aún con ese hecho, -que si el ser humano no fuese un ser hablante no habría botellas de San Pellegrino -, todo esto no impide al simbólico, o sea el hecho de que habla, el hecho de alcanzar este real sublime de la botella de San Pellegrino... ese real y ese simbólico, a o sea la botella y el hecho de que yo hable... y bien, hace falta para anudarlos, para anudar los dos, el último término del imaginario, ya que ese nudo, ese nudo entre las tres instancias, no es, en el estado actual de las cosas, sino imaginable él también.
Y es por eso que propuse ese nudo triple, ese nudo borromeo, que si tuviese un pizarrón se los dibujaría. Es muy fácil de ver, traten, que haya la forma de disponer tres redondeles de cuerda de tal manera que una sola de las tres, no importa cuál, siendo cortada, haga que las otras dos queden libres. Quiero decir que no se sostienen juntas sino por el tercero, el tercer término.
Eso no quiere decir que desprecie cualquier cosa de lo que es del orden del imaginario... si es de hacer la instancia real que es... tan real como el real, porque es ella quien hace el nudo del real al simbólico.
Entonces ¿qué es lo que resulta de esto?
Resulta esto: que lo que Freud ha revelado, es que un saber, el saber de otro orden, el saber que no es ese que del cual el ser hablante mamó la leche celeste –lo mamó hasta envenenarse ¿no?- es que hay un otro saber que es legible ahí donde podemos,... lo tomamos ahí donde podemos...
Encuentro que podemos, haciendo hablar a las personas de sus sueños, de sus actos fallidos, de lo que los hace divertirse, o sea el chiste, que podemos ver que ahí saben más que lo que han... tomado del cielo.
Saben algo de eso, de lo cual no se sabe por cuál extremo tomarlo.
Y lo que hay de extraño, es que hay algo de lo cual jamás hemos cesado de hablar, sobre lo cual incluso hemos dicho que nunca ha sido más abundante, pero de lo cual no sabemos literalmente qué hacer cuando tratamos de reducirlo al saber... a saber...
(El discurso se interrumpe por el cambio de la cinta)
...contrariamente a lo que es generalmente divulgado, que es que lo que Freud muestra... es que el amor... en fin... el inconsciente (...).
Él no ha hablado sino de eso, sólo que no se dio cuenta, como era... en suma... un perverso, o sea que era heterosexual... Gracias a trasposiciones delirantes, amaba a una mujer, la suya... creía que era suya. Naturalmente ella no le pertenecía más que lo que cualquiera le pertenece a quien sea. El había hecho de ella un ser de sueño, justamente. En fin, se imaginaba amar lo que él llamaba “su mujer”: en su caso es muy claro que eso era una perversión... A fin de cuentas él mismo dio las claves de esto, a saber que no se ama una mujer, se ama una idea... En su caso es seguro. De vez en cuando ocurre que amemos una mujer. Cuando eso ocurre es muy difícil de manejar. Es como... es mucho más difícil de manejar que una botella de San Pellegrino.
Marcos
Conferencia en el Centro cultural francés el 30 de marzo de 1974, seguida de una serie de preguntas preparadas con antelación, a fin de esa discusión, y fechadas el 25 de marzo de 1974. Aparecida en la obra bilingüe: Lacan in Italia 1953-1978. En Italie Lacan, Milan, La Salamandra, 1978, pp. 104-147.
Traducción: Marcos Esnal.
Díganme, ¿cómo les hablo en francés? ¿Hace falta que ponga mucha atención en articular bien, o quizá todos serían capaces de entender, así, como les hablo, lo que puedo tener para decir…?
¿Quieren que, en suma, yo… que articule muy bien…
Levanten la mano, escuchen, acomodémonos.
Bueno. Ya está.
Bueno, estoy a disposición para responder a sus preguntas. Ya tengo acá ya las preguntas... por las que estoy contento porque son preguntas que prueban que... ¿estoy hablando lo suficientemente alto?...
Sí
¿funciona?
Son preguntas que... prueban que verdaderamente estuvieron trabajando con Contri, quiero decir sobre las cosas que escribí, entonces estoy muy contento por las preguntas.
Bueno... como hace falta que alguien ponga las cosas en marcha... voy a decir un cierto número de cosas... voy a decir un cierto número de cosas que no responden enseguida a todas las preguntas, porque sería algo muy largo... voy a decir un cierto número de cosas que voy a tratar de aclarar... de aclarar en su alcance exacto. Lo que espero, es el mínimum de lo que puedo esperar para trastornarme, no?
No estoy aquí para hacer turismo y menos para descansar –son dos cosas diferentes, ¿no?, el turismo y el descanso.
Pero estoy acá porque lo que espero es que algo se produzca en Italia, a saber que un cierto número de personas aquí sean, sean digo, - es el verbo es-se-re- sean analizadas.
Pero eso no depende de mí. Para ser analista, lo que es una posición muy difícil aunque absolutamente condicionada por el punto en el que estamos, quiero decir que...
Buen día!
Venga cerca mío, Fachinelli. Venga. Venga, quería verlo ahí. Fachinelli es, en suma, la primera persona, que me leyó en Italia y a quien eso le produjo algo.
Entonces... para que ustedes sean analistas, no puedo de ninguna manera quererlo en lugar suyo. Eso debe venir de cada uno.
Hay... puede haber aquí alguien que quisiera ser analista... es una cosa de la cual ciertamente hay demanda, de analistas. Después les voy a explicar por qué. En fin, eso llegará, por qué hay demanda – pero no es una razón para que cualquiera responda ahí.
Porque, se los vengo de decir, es una posición casi imposible.
Entonces no puedo quererlo en su lugar. Es necesario que cada persona se tantee acerca de eso y que se decida a querer serlo.
No hago, para que haya analistas, ninguna propaganda.
No veo para nada por qué...
No es que no haya necesidad de analistas, en Italia.
Seguramente la hay, por la razón de que en Italia se está en el mismo punto... que en ese punto que voy a tratar de definir.
Voy a tratar en verdad de definir por qué las cosas están como para que haya necesidad de analistas. Es en verdad seguro para Italia como para todos los lugares, por otro lado.
No es una razón para que los haya... quiero decir (para) que alguien se consagre a ese lugar.
Entonces, no hago ninguna propaganda... La palabra propaganda está en verdad asociada, desde hace tiempo, a la idea de fe... en fin, de propaganda, es así que la palabra nació, de propaganda fide.
No hay tampoco ninguna necesidad de tener fe. No veo, cuando hayan escuchado lo que tengo para decirles, qué fe ustedes podrían tener para ser analistas.
Hay una necesidad, en el punto al que llegamos, una necesidad, es lo que digo, de que haya analistas.
Esa necesidad está ligada a algo que es del orden...
...hace tiempo nos apercibimos que lo necesario estaba ligado a lo que voy a decir: a saber que es del orden...
...es del orden (de) que hay algo que devino imposible...
...algo que devino imposible en la vida, la vida cotidiana de la única multitud que conocemos, de la que sabemos ciertamente que habla, a saber, lo que se llama generalmente los hombres.
Hay algo que devino imposible por el hecho de una cierta invasión... algo que señalo como el real.
Nuestras relaciones con el real… -...cuando digo “nuestras” hablo de los seres hablantes- hay algo que devino imposible por una suerte de invasión de lo real que quizá se nos escapa, pero que devino extremadamente incómoda.
El real por la ciencia se agranda... quiero decir que aun la manera de la cual está hecha esta mesa es algo que tiene una insistencia muy distinta que la que eso haya podido tener con anterioridad en la vida de los hombres.
Hice alusión a eso en Roma hace ocho días... pido perdón a los que no pudieron llegar en ese momento...
Lo real devino una presencia que no tenía por el hecho de que se ha fabricado un montón de aparatos que nos dominan, como no se había hecho nunca antes.
Es solamente a causa de eso que somos empujados a considerar que el análisis, es la única cosa que puede permitirnos sobrevivir a lo real.
El hombre siempre tuvo muy bien el sentido de lo que podría alcanzar de real. Siempre tuvo de eso una idea muy precisa.
Lo real, es la única categoría de la cual él puede saber algo, y es exactamente por eso que comenzó a interesarse por... si tienen una mínima aproximación a la historia del saber, deben saber que comenzó por interesarse por el cielo –lo que es algo bizarro, porque podría haber empezado a interesarse por la tierra.
Muy pronto comprendió, y bien, que no podía sino seguir de cerca al cielo.
Cuando hablo del cielo hablo de lo que se llamó durante mucho tiempo la bóveda celeste, a saber: las cosas que permanecen siempre en la misma posición en el cielo.
Entendió bien esto: que ahí podía saber algo (...) es a partir del cielo que él hizo, si puedo decirlo así, descender sobre la tierra las cosas que sabía hacer.
Comprendió bien que... ya es una cosa prodigiosa, ¿no?, completamente prodigiosa que haya comprendido enseguida que no era sino ahí donde debía dirigirse para hacer lo que no llegó sino después de mucho tiempo, a saber todo tipo de maquinitas quienes, a fin de cuentas, lo aplastan... lo aplastan porque a fin de cuentas lo que se relaciona con su vida –cuando digo “vida”, ya verán enseguida qué quiero decir con eso- lo que se relaciona con su vida, es otra cosa muy distinta.
Simplemente... la obstrucción que esas maquinitas aportan en su vida, lo ponen en la urgencia de saber cómo él vive.
Naturalmente... de eso no puede tener la menor idea, ya que las únicas cosas que él puede verdaderamente saber pasan por otro lado... por lo que llamé el cielo, que no tiene relación, se entiende, con la idea religiosa del cielo. Pasan por otro lado, por algo a lo cual él tenía acceso y, como se obstruye con todo lo que le retornó de esa consideración del cielo, como está verdaderamente obstruido al punto que todo puede pasar, siente el peligro...entonces llegamos a pensar que había personas que hacía falta ayudar a vivir, y para eso elucubramos otro saber, que trata por lo menos de ver la relación que eso tiene, la vida, con el saber.
...Entonces, ahora voy a ingresar en algo que tiene un aire... que tiene el aire de ser una filosofía.
Hasta hoy vine hablando de la evidencia, la evidencia de que no es por nada que el análisis –a saber la necesidad que tienen las personas de tener una pequeña idea de lo que son como seres vivientes- no es por nada que apareció recién en nuestros días... en nuestros días (…) a causa de esa obstrucción de lo real.
(...) No es para nada una filosofía, es simplemente un... una cierta referencia, un cierto reconocimiento de algo con lo que es preciso conciliarse, ponerse en resonancia, para cumplir esa función que es requerida por... digamos, ¿qué? –el mundo moderno.
Requerida para que no haya demasiada gente que sea aplastada por lo real.
Es por eso que se tiene necesidad de personas que llamamos, de forma totalmente impropia, psicólogos.
Los psicólogos son una herencia, una herencia de cierta idea que nos hacemos de las relaciones del hombre con lo que imaginamos ser... un mundo, o sea algo que estaría hecho para él.
Entonces, lo que trato de enunciar es a partir de qué... digo, lo mínimo para que esa práctica sea soportable para las personas que responden ahí.
Quiero decir: que se ofrecen, hay que decirlo. Se ofrecen a cumplir esa función que se volvió necesaria, para que las personas tengan una pequeña idea de lo que comporta sobrevivir a la admisión de un real –por otro lado, cuando digo “un real” no hago otra cosa que historia- a la admisión de un real que no es forzosamente más real que cualquier otra cosa, pero sí el único real que serían capaces, justamente, de hacer entrar en su vida.
A fuerza de revolver las cosas que no podrían en verdad haber hecho venir sino del cielo, son ahora comidos por el real.
El real, no quiere decir eso que es verdaderamente real... es el único real al cual serían capaces de acceder.
Ahora que lo han materializado, para llamar las cosas con su nombre, se aperciben que eso no tiene relación con su vida de siempre.
Pongo ese término “vida” entre comillas porque no es para nada seguro que ellos vivan.
La prueba, por otra parte, es esa relación que tienen con lo real, que es seguramente –ahora la cosa es tangible (golpea sobre la mesa) – algo muy insoportable.
Entonces, traté de decir lo mínimo... lo mínimo gracias a lo cual se podría, si puedo decir, hacer que, ese real, se conciba lo que pasa con él, o sea que eso nos, digo, aplasta. Hace más en realidad: nos impide respirar, nos ahorca.
Entonces, el punto en el que estoy… el punto en el que estoy en relación a esto, es evidentemente eso lo que refleja la mayoría de las preguntas que me aportaron… el punto en el que estoy está ligado a una larga... en fin, “batalla” (“bataille”).
Ha habido batallas –no es muy francés, hay que decirlo- ha habido batallas que Lacan tiene “combatidas”. (En francés no decimos nunca “combatir una batalla”: se “libra” una batalla. Pero no es algo importante. No veo porqué no se diría que Lacan ha combatido batallas, aunque no se combaten batallas, una batalla, se combate un adversario... etc.).
Entonces, en efecto combatí algunas cosas... combatí algunas cosas en el pensamiento de los analistas.
Es cierto que el hecho de creer, de creer, porque Freud a dicho algunas cosas, que eso deja intacta la noción del yo, por ejemplo –que es algo que llegó muy tarde en el pensamiento, en la filosofía- , pensar que el inconsciente de Freud dejaba intacto el yo, - diría aún más, era la primera vez que se osó hablar del yo autónomo, de la idea de que tenemos una instancia para expresar como Freud mismo lo expresa, una instancia que sería la del yo y que sería una instancia distinta del inconsciente- es en verdad una idea que no pudo sino venir de personas que creyeron deber explicar lo que hacían de una cierta manera, o sea ir al auxilio de un yo que...
(El discurso se interrumpe por el cambio de la cinta)
La idea de que el analista tiene un aliado –porque es así, es de ahí que partió la idea del yo autónomo- un aliado en el yo de cada uno, y que ese yo es autónomo, es algo que no se les pudo ocurrir sino a personas cuyo objetivo confeso era explotar ese terreno, o sea que tenían que hacer con los hombres que sufrían de algo, ¿de qué?, de un desvío de la historia del punto en el que estamos, esa invasión de cosas fabricadas –fabricadas según el modelo celeste ¿no?.
La idea de explotar eso pasándoles la mano por la espalda diciéndoles:
“Pero lo que hay que hacer es liberar su yo autónomo, liberarlo de todo eso de lo que sufre de manera patente y no tiene caso que continúe sufriendo tanto – pero ya que usted tiene un yo autónomo… usted está con nosotros de corazón”.
Es muy bizarro, es un ejemplo de lo que no es para nada novedoso, ¿no? Se ha tenido mucho éxito durante siglos al fascinar a mucha gente con eso que llamo la fe… es decir al demorarlos, al desplazarlos… lo digo de una vez: al estafarlos (duper).
Entonces, ¿por qué los analistas no continuarían con…? El único problemita… es que eso no puede ya continuar.
Eso –hacerle creer a la gente que tienen un yo, siendo que todo dice lo contrario- eso no va más.
Ellos están demasiado aplastados por lo que es la consecuencia de su saber – o sea que su saber les retorna con todo y los estrangula.
Les pueden hablar del yo de ellos, así, durante cien años, eso no los va a mejorar.
Quisiera que eso continúe.
Estoy seguro que no puede ya continuar, y que, en todo caso, si hay algo de lo que los analistas son incapaces, es de hacerle creer a alguien en yo.
Como pienso por otro lado que los analistas, en suma, vienen a su lugar... no quiero decir para nada con esto que tienen la antorcha de la esperanza... están como todos los hombres condicionados, llamados a una función, y una función que puede rellenar eso de lo que se trata, o sea si podemos saber cosas que en la ocasión pondrían en regla... pondrían en regla esos seres hablantes... los pondrían en regla y les permitirían acomodarse a las consecuencias de su saber: es cierto que para eso es necesario que sepamos un poco más.
Y ciertamente lo que es necesario saber no es que existe el yo autónomo.
Trato de decir lo mínimo de lo que resulta de esta experiencia, de la experiencia del analista.
¿Por qué propongo esto bajo esta forma que es el nudo?
El nudo en el sentido en que hay cosas que se sostienen juntas y que tienen un comportamiento muy especial, el nudo de los tres registros o categorías que son el real, el imaginario y el simbólico.
Es lo me surgió a mí de esta manera, después de un cierto tiempo de experiencia analítica.
Yo los he asociado, intercalando comas entre cada uno: el imaginario, el simbólico, y el real.
No están invitados por mí a creer en eso; lo están a tratar de servirse.
Eso no es para nada una iluminación filosófica: partí de mi experiencia, y me pareció que... me pareció que daba cuenta de algo, de cómo esa experiencia se constituye.
Cuando hablo del simbólico, naturalmente, no se trata para nada de la metáfora, de las imágenes, de lo que generalmente se llama el símbolo – de lo que Jung, por ejemplo, llama el símbolo- en el sentido por ejemplo en que el corazón dibujado sería el símbolo del amor: no es de eso, para nada, de lo que se trata.
Cuando hablo del simbólico, se trata de la lengua.
Para ustedes la lengua... –que escribo en un solo término: lalengua, porque quiere decir lalala, la lalation, a saber que es un hecho que muy pronto el ser humano hace lalaciones, no hay más que ver un bebé, escucharlo, poco a poco hay una persona, la madre, que es exactamente la misma cosa que lalengua, que aparte de ser alguien encarnado, quien le trasmite lalengua...
...entonces, para ustedes lalengua es la lengua italiana, para mí, se trata de la lengua francesa –porque es la que me enseñó la madre que era la mía...
y me parece difícil no ver que la práctica analítica pasa por ahí, porque todo lo que se demanda a la persona que va a confiarse a ustedes, no es otra cosa que: hablar.
Hace poco vi a mi buen maestro - porque lo era, mucho antes de Freud- Étienne Gilson.
Étienne Gilson era tomista, y gracias a él trabajé ese viejo autor, ese viejo autor que estaba lejos de ser un idiota, porque todo lo que dice se sostienen muy muy bien, en fin...
El buen Étienne Gilson hace objeción a la Traumdeutung de Freud... por escribir, y de escribir en ella, porque él lee Freud, de escribir en ella los sueños.
Es cierto que de hecho hablar un sueño es algo que no tiene nada que ver con el sueño mismo, el sueño como vivido.
Es lo que me objeta Étienne Gilson, quien no es freudiano.
La diferencia entre nosotros es que... tuve una práctica analítica... y él me objeta eso, que a fin de cuentas un sueño es algo que no se puede decir porque es algo vivido.
Creo que... como ahora es muy viejo –tiene veinte años más que yo, lo que no es poco porque yo tengo ya muchos años- no pude llegar a hacerle discernir que aportaba agua para mi molino: justamente al tomar el sueño una vez realmente, ¿por qué no decirlo?, traducido en lalengua, eso es algo vivido.
Aparte: como no sé qué es la vida, se los señalé recién, tampoco sé qué es lo vivido. Sé bien que se ha acordado, en alguna filosofía, mucha importancia a lo vivido, pero yo no soy filósofo, soy practicante y lo que sé es que un sueño se descifra, se interpreta pero únicamente a partir del momento en el que el analizante lo habla.
Lo que es fabuloso es que... es el hecho de que eso vehicula lo que siempre ha sido, en sí mismo, un enigma, si se lo habla, entonces descubrimos que podemos interpretarlo.
A saber, que es precisamente a nivel del hecho de que es hablado, que nos apercibimos que encubre lo que no aparecía para nada en su vivencia, que encubre un saber y que es eso lo que Freud designó bajo el nombre de inconsciente.
Es que diciendo ciertas cosas, entre las que hay sueños, actos fallidos, chistes, decimos más de lo que sabemos.
Que sabemos en el sentido en que hablé al principio, en el sentido de ese real... ese real que descendió del cielo, y que hay todas las posibilidades de que la lengua se haya de alguna manera formado, cristalizado como precipitación de ese saber.
Pero eso... sería decir más de lo que sabemos del asunto.
No digo que la lengua esté hecha sólo del inconsciente: no sólo no lo digo, sino que es cierto que la lengua porta la huella de todo un uso práctico, que desciende de un saber diferente y notablemente de ese saber que califiqué recién de saber de lo real, o sea de lo que el hombre produjo en relación al cielo.
No lo digo, y no lo digo por otra parte porque pienso que no es sino por ahí, por ese hilo, por el hilo de lalengua, que podemos justamente leer allí la huella de un saber otro, un saber otro que de alguna forma está en el lugar de lo que Freud imaginó, digo imaginó, como inconsciente, y lo que tenemos que hacer es seguir el hilo de esa imaginación freudiana, de ver adónde conduce, lo que quiere decir, cómo está estructurada.
Si puse en primer plano la función de lalengua en la práctica analítica, fue simplemente para que... para que el análisis no sea una estafa. Para que no lo sea, lo mínimo es saber con qué operamos. Encuentro por eso increíble decir que en una práctica que no se hace sino de hacer hablar a alguien, y ante todo de escucharlo, incluso de responder de tiempo en tiempo, la lengua no sirve para nada, a saber, que se busca más allá. Se busca no sé qué, por ejemplo...
La primera cosa que se encuentra es el pensamiento, es cierto, lo que hay de más próximo a lo que se enuncia en el hecho de hablar. Las personas, seguro, piensan que piensan, y es incluso curioso que... que es eso lo que las despierta.
Es muy curioso, incluso, que jamás se haya subrayado que el pensamiento, en lo que podemos alcanzar... (golpea sobre el micrófono)... que el pensamiento es segundo en relación a la lengua –contrariamente a lo que los filósofos de la escuela llamada de Strasbourg trataron de poner en primer plano- que no hay pensamiento que se sostenga de otra cosa que de la lengua.
Es muy cierto.
No hay pensamiento decible, en cualquier caso... Entiendo que haya ahí alguna parte del pensamiento –lo que generalmente se llama así, es que algo que hacía referencia a cosas que ingresan perfectamente en ese saber, ese saber celeste del cual partí recién.
Imaginamos que, de ese saber, somos el reflejo, que hay algo se llama el alma que refleja el cielo.
Creo que en relación a esto la continuación de la práctica analítica se explica –me ha parecido a mí, pero si alguno encuentra algo mejor no veo por qué no le haría lugar- por la referencia a esta distinción masiva, de lo que está ahí presente en nuestra práctica como la lengua que hablamos, de la cual se sostiene el simbólico, el real, por otro lado, por el cual estamos obstruidos, y el hecho de que el hombre imagina: imagina tanto y tan bien que es eso, al fin de cuentas, lo que sostiene su vida, imagina al punto de no poder impedirse pensar que también los animales imaginan –en fin, por qué no después de todo, tienen todo el aspecto de hacerlo, seguro que es así, vemos que se comportan como los locos, en fin, quiero decir que parecen ver algo que no está ahí, que no lo está para nosotros, ¿no?.
Esta idea de la imagen siempre tuvo un gran papel, y ordena muy, muy bien, un montón de funciones.
Entonces, con ese nudo, ese nudo triple, ese nudo fabricado de una manera que es algo que imaginé, seguramente...: porque Freud imaginó el inconsciente, yo imaginé lo que llamamos el nudo borromeo para hacer imagen de cuál es la relación de ese simbólico, de ese imaginario y de ese real.
Quiero decir que dos no están anudados sino gracias al tercero.
Es evidente, para ver el lazo del imaginario al simbólico nos es necesario suponer el real... que es el único que puede hacer el lazo.
Anudar y desanudar el real y el imaginario, es lo que el simbólico se la pasa haciendo, ya que es en lalengua que está la distinción del imaginario y el real.
Pero, lo que no se termina de ver, ¿no? es por qué propuse ese nudo borromeo. Es que el lazo, el lazo tan importante que parece ser capital, entre el simbólico y el real es capital porque es con todo con el aparato del simbólico que el hombre hizo descender ese real, ese real celeste del que hablaba recién, ese real celeste del que resulta, por qué no, esta botella de no sé qué, de San Pellegrino, porque es también la consecuencia... la consecuencia de nuestra ciencia.
Es gracias a eso que no podemos... como lo aconsejan los taoístas... lo aconsejan con todo el derecho... ya que a partir del momento en que tenemos botellas hace falta que las paguemos, que se las fabrique, hace falta que haya montones de gente que sean sus víctimas sangrantes, antes de que eso nos atraviese,... ahí en un vaso hecho con no sé qué... flexible...-esta botella de San Pellegrino sería totalmente superflua si hubiese arroyos a nuestro alcance, pero seguro que no es así en Milán... no tendríamos sino que ir a tomar agua de ahí y beber con el hueco de la mano...- es justamente ahí que los taoístas han prohibido incluso el uso de la cuchara, en fin, lo han prohibido a nombre de... a nombre de la vida, simplemente, ¿no?: porque esta botella de San Pellegrino es tan mortal como todo el resto, por el sólo hecho de que existe como botella, es decir como una manipulación del real. Todo esto no impide que en el punto en el que estamos al respecto, es importante que nos apercibamos que, aún con ese hecho, -que si el ser humano no fuese un ser hablante no habría botellas de San Pellegrino -, todo esto no impide al simbólico, o sea el hecho de que habla, el hecho de alcanzar este real sublime de la botella de San Pellegrino... ese real y ese simbólico, a o sea la botella y el hecho de que yo hable... y bien, hace falta para anudarlos, para anudar los dos, el último término del imaginario, ya que ese nudo, ese nudo entre las tres instancias, no es, en el estado actual de las cosas, sino imaginable él también.
Y es por eso que propuse ese nudo triple, ese nudo borromeo, que si tuviese un pizarrón se los dibujaría. Es muy fácil de ver, traten, que haya la forma de disponer tres redondeles de cuerda de tal manera que una sola de las tres, no importa cuál, siendo cortada, haga que las otras dos queden libres. Quiero decir que no se sostienen juntas sino por el tercero, el tercer término.
Eso no quiere decir que desprecie cualquier cosa de lo que es del orden del imaginario... si es de hacer la instancia real que es... tan real como el real, porque es ella quien hace el nudo del real al simbólico.
Entonces ¿qué es lo que resulta de esto?
Resulta esto: que lo que Freud ha revelado, es que un saber, el saber de otro orden, el saber que no es ese que del cual el ser hablante mamó la leche celeste –lo mamó hasta envenenarse ¿no?- es que hay un otro saber que es legible ahí donde podemos,... lo tomamos ahí donde podemos...
Encuentro que podemos, haciendo hablar a las personas de sus sueños, de sus actos fallidos, de lo que los hace divertirse, o sea el chiste, que podemos ver que ahí saben más que lo que han... tomado del cielo.
Saben algo de eso, de lo cual no se sabe por cuál extremo tomarlo.
Y lo que hay de extraño, es que hay algo de lo cual jamás hemos cesado de hablar, sobre lo cual incluso hemos dicho que nunca ha sido más abundante, pero de lo cual no sabemos literalmente qué hacer cuando tratamos de reducirlo al saber... a saber...
(El discurso se interrumpe por el cambio de la cinta)
...contrariamente a lo que es generalmente divulgado, que es que lo que Freud muestra... es que el amor... en fin... el inconsciente (...).
Él no ha hablado sino de eso, sólo que no se dio cuenta, como era... en suma... un perverso, o sea que era heterosexual... Gracias a trasposiciones delirantes, amaba a una mujer, la suya... creía que era suya. Naturalmente ella no le pertenecía más que lo que cualquiera le pertenece a quien sea. El había hecho de ella un ser de sueño, justamente. En fin, se imaginaba amar lo que él llamaba “su mujer”: en su caso es muy claro que eso era una perversión... A fin de cuentas él mismo dio las claves de esto, a saber que no se ama una mujer, se ama una idea... En su caso es seguro. De vez en cuando ocurre que amemos una mujer. Cuando eso ocurre es muy difícil de manejar. Es como... es mucho más difícil de manejar que una botella de San Pellegrino.
sábado, 5 de diciembre de 2009
jueves, 3 de diciembre de 2009
DE PALABRAS Y CRISIS, POR HÉCTOR GARCÍA
El siguiente es un intento de acercarnos, de hacer un tipo de lazo social que partiendo de una mirada psicoanálitica de nuestra realidad más inmediata, nos estimule a pensar y sentir que los que habitamos estos lejanos parajes, socios menores de una comunidad global que entre entumecida y fascinada se limita a ser espectadora de cuanto latrocinio se le ocurre al amo de turno o mejor dicho, a los amos de este nuevo milenio, podemos, además de mirar y sufrir en silencio, hacer algo más, eso significa desde el psicoanálisis, decir algo más, algo propio, algo que nos devuelva el aliento y la confianza y por que no? las ganas de creer que todavía podemos cambiar lo que haga falta cambiar..
Compañeros de la red, los invito a tomar la posta y ensayar las distintas maneras de cuestionarnos, de respondernos y también, sobre todo, de reconocernos...
De palabras y crisis
De que hablamos cuando hablamos de amor?... Se preguntaba Andrés Calamaro en una conocida y ya envejecida canción. La pregunta conserva su validez y actualidad si se tiene en cuenta que la palabra amor aparece repetida en mil frases a lo largo de los años, en distintas manifestaciones y expresiones humanas. Canciones populares, poemas anónimos y de autores consagrados, manuales de autoayuda, cortos publicitarios y hasta en discursos políticos.
Gran parte de la historia de la humanidad, sus mitos y leyendas mas conspicuos y ascendrados, sus logros y conquistas mas valoradas y sublimes, fueron y van asociados, más o menos estrechamente, más o menos explicitamente, a esta palabra cuyo significado muchas veces se nos escurre detrás de la aparente seguridad conque a veces la pronunciamos y a la incertidumbre y el enigma que acompaña generalmente al sentido que imprime a nuestra vida y a nuestros actos mas cotidianos.
Es así... a pesar de que expresa un sentimiento, no siempre nuestra mente está en sintonía con él, no siempre sabemos "identificar" al amor... y mucho menos explicarlo.
El ejemplo vale para otra palabrita enigmática que así como el amor nos invade desde los mensajes y los escenarios mas diversos: Crisis. Quien no escuchó alguna vez que "estamos en crisis"?, hasta no hace mucho, financiera; pero también de valores morales, de proyectos de vida, crisis en la familia, en la pareja, en la educación, etc...
Un fantasma temido y agitado por una sociedad legitimamente, temerosa y agitada...
Una sociedad que se reclama y se pregona con toda razón, en "crisis".
Pero veamos más de cerca y en la medida de nuestras posiblidades, con una lupa crítica y esclarecedora...
Este significante que nos produce desasosiego, esta palabra que querríamos en más de una oportunidad borrar de nuestro vocabulario, que significa?
De que hablamos cuando hablamos de crisis?
De un estado de conmoción?, de algo malo que de pronto se cierne amenazante sobre nuestra vida?, de un proceso inevitable, repentino y doloroso?
Seguramente todo esto implica e identifica una crisis, pero me gustaría que pensaramos en algo diferente...
Si estuviera a nuestro alcance la posibilidad de despejar la angustia que acompaña un momento de incertidumbre...
Si acaso pudieramos reflexionar después de haber sufrido un atentado contra nuestra seguridad..
Si pudieramos tomar distancia del miedo que nos asalta cuando pensamos en el futuro de nuestros hijos...
Creo que en el momento en que la vida nos conceda alguna chance de pararnos de una manera diferente ante los acontecimientos, podremos empezar a apreciar en otra magnitud el significado de esta palabreja.
La crisis tiene siempre la dimensión que le damos, su volumen y su peso se miden en angustia, en miedo, en furia...Patrones de medida necesarios y hasta imprescindibles, pero afortunadamente personales, subjetivos, propios de nuestra manera de ver e interpretar el mundo. Por que digo afortunadamente?. Porque así como interpretamos de una determinada manera, está en nosotros hacerlo de otra, está solo en nosotros cambiar los parámetros, ajustar nuestro juicio y criterios a otras referencias.
La crisis tendrá siempre el color del cristál con el que la miremos...
Lo que ocurre es que ese cristál nos fue dado hace mucho, mucho tiempo.... se diría casi que nacimos con él. Fué tallado por nuestros padres, hermanos, tíos... y se terminó de pulir en la escuela, en el barrio...
Heredamos de esa forma un cristál, pero en algún momento nos adueñamos de él.
Somos responsables por ese acto de apropiación, y es reconociendo esa responsabilidad como vamos a poder cambiar nuestro cristál, porque es nuestro y solo nosotros podemos hacerlo. No solo es una posibilidad, sino que también es un derecho inalienable.
El derecho sobre nuestros miedos, nuestras angustias; el derecho sobre nuestras crisis.
Quizás la posibilidad de intervenir en nuestra crisis, sea también la oportunidad de adueñarnos de nuestro destino, de guiar nuestro barco hacia puertos más seguros o más deseados.
Somos el piloto más confiable, el timonel mas experimentado, somos sin lugar a dudas los más indicados para la tarea, sola y simplemente porque el barco es nuestra vida, no por otra razón.
Desde el psicoanálisis, intentamos todos los días, con un optimismo pertináz y recurrente, acercarnos a esa posibilidad que tenemos en tanto humanos, en tanto seres habitados por la palabra, esa sempiterna alfarera, el cincel que talla nuestro cristál....
La apuesta es la de siempre, así como estamos habitados por el lenguaje, también nosotros podemos habitarlo, rescatarnos de una época especialmente "critica" y empezar a pensar que el futuro no es solamente una palabra, que el amor es más que la letra de una canción y que nuestros sentimientos y nuestros pensamientos valen lo que pesan y se cotizan fuertemente en la "bolsa" de nuestras aspiraciones y esperanzas.
Compañeros de la red, los invito a tomar la posta y ensayar las distintas maneras de cuestionarnos, de respondernos y también, sobre todo, de reconocernos...
De palabras y crisis
De que hablamos cuando hablamos de amor?... Se preguntaba Andrés Calamaro en una conocida y ya envejecida canción. La pregunta conserva su validez y actualidad si se tiene en cuenta que la palabra amor aparece repetida en mil frases a lo largo de los años, en distintas manifestaciones y expresiones humanas. Canciones populares, poemas anónimos y de autores consagrados, manuales de autoayuda, cortos publicitarios y hasta en discursos políticos.
Gran parte de la historia de la humanidad, sus mitos y leyendas mas conspicuos y ascendrados, sus logros y conquistas mas valoradas y sublimes, fueron y van asociados, más o menos estrechamente, más o menos explicitamente, a esta palabra cuyo significado muchas veces se nos escurre detrás de la aparente seguridad conque a veces la pronunciamos y a la incertidumbre y el enigma que acompaña generalmente al sentido que imprime a nuestra vida y a nuestros actos mas cotidianos.
Es así... a pesar de que expresa un sentimiento, no siempre nuestra mente está en sintonía con él, no siempre sabemos "identificar" al amor... y mucho menos explicarlo.
El ejemplo vale para otra palabrita enigmática que así como el amor nos invade desde los mensajes y los escenarios mas diversos: Crisis. Quien no escuchó alguna vez que "estamos en crisis"?, hasta no hace mucho, financiera; pero también de valores morales, de proyectos de vida, crisis en la familia, en la pareja, en la educación, etc...
Un fantasma temido y agitado por una sociedad legitimamente, temerosa y agitada...
Una sociedad que se reclama y se pregona con toda razón, en "crisis".
Pero veamos más de cerca y en la medida de nuestras posiblidades, con una lupa crítica y esclarecedora...
Este significante que nos produce desasosiego, esta palabra que querríamos en más de una oportunidad borrar de nuestro vocabulario, que significa?
De que hablamos cuando hablamos de crisis?
De un estado de conmoción?, de algo malo que de pronto se cierne amenazante sobre nuestra vida?, de un proceso inevitable, repentino y doloroso?
Seguramente todo esto implica e identifica una crisis, pero me gustaría que pensaramos en algo diferente...
Si estuviera a nuestro alcance la posibilidad de despejar la angustia que acompaña un momento de incertidumbre...
Si acaso pudieramos reflexionar después de haber sufrido un atentado contra nuestra seguridad..
Si pudieramos tomar distancia del miedo que nos asalta cuando pensamos en el futuro de nuestros hijos...
Creo que en el momento en que la vida nos conceda alguna chance de pararnos de una manera diferente ante los acontecimientos, podremos empezar a apreciar en otra magnitud el significado de esta palabreja.
La crisis tiene siempre la dimensión que le damos, su volumen y su peso se miden en angustia, en miedo, en furia...Patrones de medida necesarios y hasta imprescindibles, pero afortunadamente personales, subjetivos, propios de nuestra manera de ver e interpretar el mundo. Por que digo afortunadamente?. Porque así como interpretamos de una determinada manera, está en nosotros hacerlo de otra, está solo en nosotros cambiar los parámetros, ajustar nuestro juicio y criterios a otras referencias.
La crisis tendrá siempre el color del cristál con el que la miremos...
Lo que ocurre es que ese cristál nos fue dado hace mucho, mucho tiempo.... se diría casi que nacimos con él. Fué tallado por nuestros padres, hermanos, tíos... y se terminó de pulir en la escuela, en el barrio...
Heredamos de esa forma un cristál, pero en algún momento nos adueñamos de él.
Somos responsables por ese acto de apropiación, y es reconociendo esa responsabilidad como vamos a poder cambiar nuestro cristál, porque es nuestro y solo nosotros podemos hacerlo. No solo es una posibilidad, sino que también es un derecho inalienable.
El derecho sobre nuestros miedos, nuestras angustias; el derecho sobre nuestras crisis.
Quizás la posibilidad de intervenir en nuestra crisis, sea también la oportunidad de adueñarnos de nuestro destino, de guiar nuestro barco hacia puertos más seguros o más deseados.
Somos el piloto más confiable, el timonel mas experimentado, somos sin lugar a dudas los más indicados para la tarea, sola y simplemente porque el barco es nuestra vida, no por otra razón.
Desde el psicoanálisis, intentamos todos los días, con un optimismo pertináz y recurrente, acercarnos a esa posibilidad que tenemos en tanto humanos, en tanto seres habitados por la palabra, esa sempiterna alfarera, el cincel que talla nuestro cristál....
La apuesta es la de siempre, así como estamos habitados por el lenguaje, también nosotros podemos habitarlo, rescatarnos de una época especialmente "critica" y empezar a pensar que el futuro no es solamente una palabra, que el amor es más que la letra de una canción y que nuestros sentimientos y nuestros pensamientos valen lo que pesan y se cotizan fuertemente en la "bolsa" de nuestras aspiraciones y esperanzas.
Héctor García
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