Un espacio que aloja los múltiples tipos de vínculos que puedan construirse alrededor del discurso del psicoanálisis, y, a través de su trama, ofrecer y posibilitar a la comunidad el encuentro entre la demanda de psicoanálisis y quien en el nombre de esa práctica se ofrezca a ocupar el lugar del psicoanalista.
martes, 1 de diciembre de 2009
APROXIMACIONES A LA NOCION DE CUERPO EN LA TEORIA FREUDIANA
Ps. Verónica Morelli
Freud construye su armazón teórico a partir de lo que escuha en la clínica. El psicoanálisis tiene esta particualiradidad de que se teoriza sobre la práctica. Una de sus conceptualizaciones fundamentales es el cuerpo.
Para abordar la noción de cuerpo es importante situar que la piedra angular del Psicoanálisis la sexualidad en la infancia a partir de lo que Freud trabajo en “Tres ensayos de teoría sexual” de 1905, bajo el estudio de la perversión y la neurosis, fundamentalmente la histeria.
El eje a trabajar en este escrito es el “cuerpo desde las conceptualizaciones Freudianas” y voy a utilizar los textos: “Tres Ensayos de Teoría Sexual” de 1905 junto a “Pulsiones y Destinos de Pulsión” de 1915 que será el texto eje tomando referencias de “Introducción al Narcisismo” de 1914 y el “Yo y Ello” de 1923.
Para abordar el cuerpo desde el psicoanálisis propongo este recorrido ir del cuerpo de las zonas erógenas, el cuerpo de la pulsión parcial autoerótica, al cuerpo propio y como no hay cuerpo propio sin constitución del yo y no hay yo sin cuerpo es necesario realizar esta articulación para poder pensarlo. Este es un tema interesante porque tiene esta particularidad y dificultad al mismo tiempo hay que reconstruir y articular conceptos trabajados en distintos textos para ser abordado y por otra parte va a permitir pensar la diferencia con respecto a lo que seria el organismo.
Introducción
Freud encuentra en el lazo convencional entre los seres humanos como así también en el discurso científico la creencia de que la pulsión sexual se despierta en la pubertad. Ahora nos una creencia inocente ni mucho menos tonta porque justamente este “descuido de lo infantil” (1) p. 158 como Freud lo llama tiene sus razones es resultado de la educación, pero fundamentalmente de un “Fenómeno Psíquico”(2), “la amnesia”(3) que es olvido de el modo en que se vive la vida infantil, la sexualidad infantil, como reacciona el niño, como exhibe y se muestra, porque están incorporando lo que Freud llama diques anímicos: asco, vergüenza y moral.
1. Freud, S. Tres ensayos de teoría sexual. Pág. 158
2. Idem.
3. Idem.
Sin embargo esas vivencias dejan huellas mnemicas profundas en la vida anímica que determinan todo el desarrollo sexual posterior, que se interrumpe por el período de latencia, convirtiendo a la infancia en prehistórica y le oculta los comienzos de la vida sexual. Ahora bien no se trata de una desaparición real, están apartadas de la conciencia por represión pero pueden retornar al modo de recuerdos y síntomas, como en la neurosis.
Lo que le permite a Freud deducir esto es la sexualidad histérica que la conserva en estado infantil. La amnesia infantil permite que haya amnesia histérica.
Freud pudo pensar que el cuerpo no se reducía a un simple organismo y que los síntomas remitían a la sexualidad precisamente infantil. Este enunciado conduce a la pregunta acerca de ¿cómo la sexualidad se inscribe y hace cuerpo que se puede exhibir, que puede hablar en el síntoma?
Para poder entender el cuerpo desde Freud lo voy articular a pulsión y más precisamente empezar a trabajar sobre las pulsiones parciales.
Situar el concepto de pulsión tal como Freud lo trabaja en pulsiones y sus destinos implica reconocer su avance sobre el modo de conceptualizarla con sus cuatros elementos que ya trabajo en Tres ensayos de una teoría sexual
Freud lo primero que va a ser es diferenciar pulsión de los estímulos del mundo externo, porque ¿que es lo que caracteriza fundamentalmente a la pulsión y es su propiedad universal? Que actúa como una fuerza constante, eso va a marcar que provienen de un mundo interior y esto la hace fundamentalmente diferente al instinto entre otras cosas.
Entonces define la Pulsión y aquí avanza conceptualmente porque deslinda pulsión de representante: “Nos aparece como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un representante psíquico de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma, como una medida de exigencia de trabajo que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su trabazón con lo corporal”. (4)
La pulsión traba el soma con la psiquis, por eso es fronterizo, es ni todo en el cuerpo, ni todo en lo anímico, el cuerpo es soporte de los psíquico pero al mismo tiempo el cuerpo queda afectado por la libido, expresión de la pulsión sexual, por el lenguaje y el representante. Antes de esto solo hay excitación.
4. Freud, S. Pulsiones y destinos de pulsión. Pág. 117
La pulsión se compone de cuatro elementos, el drang, es empuje constante, la medida de exigencia de trabajo impuesta a lo anímico a consecuencia de su trabazón con el cuerpo, y es por esto que la pulsión es siempre activa, busca la satisfacción. Lo que puede ser pasivo o activo es el modo en que la pulsión se satisface, la meta y que se conoce por la representación. Es decir tomamos conocimiento de la pulsión a través de la meta, el modo en como lo psíquico toma noticia de lo corporal y puede ser pasiva o activa, pero la pulsión es siempre activa, porque se satisface siempre. Otra cosa es el modo en que se satisface, un ejemplo de esto son las metas preeliminaries e intermedias como el tocar, mirar. Si esta meta es pasiva o activa va a depender de su en enlace con la fuente, que es la zona erógena, aquello que le confiere a la pulsión el carácter sexual. Es el proceso somático interior a un órgano, es ese proceso excitador del órgano y lo más importante en esto es el estímulo más que el órgano, es lo que enlazado a la fuente hace específica cada pulsión.
El otro elemento es el objeto, lo mas variable en la pulsión no enlazado a ella desde el origen. Con respecto al objeto y la pulsión hay algo específico y es que la pulsión se fija al objeto (5), dice en este texto, se trata de que la pulsión se fija a la agencia representante de la representación, y partir de ahí se produce la represión primordial. Por eso de la pulsión aun en lo icc no se inscribe si no es por representante de la representación. Referencia que encontramos en su texto La Represion de 1915.
¿Como podríamos aproximarnos a esta trabazón? Trabajar esta pregunta implica reordenar el complejo texto Freudiano.
Freud menciona los cuatro destinos de la pulsión: Represión y sublimación que no los va a trabajar, deslizándose hacia los dos destinos pulsionales que en este texto tienen la función de defensas: La vuelta sobre la propia persona y el trastorno hacia lo contrario para trabajar los pares de opuestos pulsionales tal como lo trabaja en el sadismo y la pulsión de ver.
Para situar la conceptualizacion de cuerpo me voy a detener en el “Trastorno hacia lo contrario”, tal como lo sitúa en Pulsiones y sus Destinos en 1915.
5. Freud, S. Pulsiones y destinos de pulsión. Pág. 118
Dos referencias argumentan el porque de dirigirme a este destino específicamente:
“Freud sitúa que el amor y el odio son refractarios a ordenarse dentro de la vida
pulsional y esta referencia la va a plantear cuando se da cuenta que esta mudanza no es aplicable a la pulsión, porque en la medida en que busca la satisfacción no importa el camino por el que acontece, a lo sumo dice Freud “la pulsión podría amar al objeto, pero no odiarlo”.(6)
Por otro lado la meta pasiva amarse a si mismo, correspondiente al narcisismo, solo podrá aparecer cuando la polaridad actividad y pasividad pueda enlazarse al placer-displacer y el yo pueda diferenciar un mundo exterior.
Freud intenta a aplicar las tres polaridades de la vida anímica a las tres oposiciones que encontramos en el AMAR:
¿Cuáles son las tres polaridades?
SUJETO (Yo) –OBJETO (Mundo Exterior)
PLACER DISPLACER
ACTIVO PASIVO
Entonces quiere trabajar este destino que acá es defensa a través de las tres polaridades y aplicarlos a la relación de amor y odio.
Del amar encuentra: Amar y odiar-indiferencia
Amar y ser amado
Amar y odiar
Por otro parte aplicar a las polaridades de la vida anímicas el recorrido de la gramática pulsional, voz activa-pasiva y media reflexiva, que había trabajado para el otro destino de pulsión en las pulsiones parciales perversas y “según sea el sujeto u objeto resultara la meta activa o pasiva” (7).
Pero en este destino que ahora es defensa, hay que poner en suspenso esta cuestión, porque Freud se va encontrar que primero tiene que haber yo, narcisismo, para que el yo pueda ser activo o pasivo, amar y ser amado.
Se lee en el texto como se ubica el yo: si de manera activa o pasiva respecto del mundo exterior, entonces es activo frente a sus pulsiones propias y pasivo frente a los estímulos que recibe del mundo exterior, porque rápidamente puede distinguir un interior de un exterior, un yo de no yo.
6. Freud, S. Pulsiones y destinos de pulsión. Pág. 128
7. Idem anterior
Esta rápida distinción comienza desde un yo realidad inicial, un estado de autoerotismo pulsional. De este pasaje y distinción son responsables las pulsiones parciales libidinosas, son ellas las que alentarían a la mudanza en un yo placer. 130 Distinción que al mismo tiempo que va constituyendo al yo pone en cuestión al comienzo la diferenciación yo y objeto mundo exterior. Voy a situar esta operación y solo retroactivamente se podrá entender este pasaje a cargo de las pulsiones sexuales.
Freud plantea que al comienzo de la vida anímica coinciden:
Sujeto (objeto) y el mundo exterior es indiferente desde una ambivalencia inicial.
Este comienzo esta argumentado en la definición que encontramos en Pulsiones y sus destinos:
“El yo se encuentra al comienzo de la vida anímica investido por pulsiones y es en parte capaz de satisfacer sus pulsiones en si mismo. Llamamos narcisismo a ese estado y autoerotica a la posibilidad de satisfacción”. (8) Entonces el yo se carga de libido, se inviste con libido. En ese tiempo yo sujeto coincide con lo placentero y el mundo exterior es indiferente.
¿Porque esta coincidencia? Como no necesita del mundo exterior la única situación en que solo se ama a si mismo ilustra la primera de las oposiciones del amar, el sujeto (objeto) coincide con lo placentero y como el mundo exterior es indiferente esta es la situación en que solo se ama a si mismo.
Puedo decir con Freud que el “organismo” esta desde el comienzo mismo investido por pulsiones, bañando de libido. Si la libido es exteriorización del la pulsión sexual, entonces hay libido en el yo. Y como no hay una unidad comparable al yo desde el comienzo según el texto “Introducción al Narcisismo” para que el yo se desarrolle, Freud supone “un nuevo acto psíquico”.
Resignificar a partir de aquí el texto “Tres ensayos de teoría sexual” me permite ubicar este acto en el tiempo del desarrollo de la organización sexual pregenital oral o canibalica donde esa operación se produce mediante la incorporación del objeto. Ese objeto nutritivo para la autoconservacion, que otorga placer, el seno materno. Tiempo en que las pulsiones sexuales se apuntalaron en las de autoconservacion.
(8) Freud, S. Pulsiones y destinos de pulsión. Pág. 129
Esta es la meta sexual incorporar el objeto. El objeto que otorga placer, la nutrición. Por otro lado Freud sitúa que esta operación es el modelo de lo que mas tarde dice desempeñara un papel psíquico tan importante. La identificación. 180 Tres ensayos.
Esta es la primera operación que solo retroactivamente vamos a hipotetizar en la constitución del cuerpo
¿Qué es lo que permite inferir retroactivamente que esa operación se ha producido?
Lo que nos permite inferir que esa operación se ha producido es una zona erógena que exterioriza la sexualidad y la satisfacción autoerotica: el chupeteo Entonces desde este yo realidad originario una parte de las pulsiones sexuales es susceptible de satisfacción autoerotica y se separa de la nutrición.
Por lo tanto supone separación del objeto y paulatinamente pérdida. Se separa el objeto de la nutrición, el placer no se busca en un objeto ajeno sino que se sustituye por uno en el cuerpo “propio”.
Que se repita esta satisfacción, que sobrevenga la necesidad, referenciada esta repetición en la vivencia de satisfacción, quiere decir que la pulsión se articula al deseo y se inscribe en el cuerpo. Acá nos estamos aproximando a la noción de cuerpo, tenemos zona erógena. Pero por otro lado es pertinente la pregunta ¿de que cuerpo se trata?
Teniendo en cuenta que es el cuerpo de las de las zonas erógenas, es autoerotica, el placer se obtiene del mamar un sector de la piel, los labios que se comportan como una zona erógena, lo que hace posible la independencia del mundo exterior y la conformación de otras zonas erógenas: un sector de la piel o la mucosa. La meta sexual y el objeto coinciden.
Las zonas erógenas son los sectores predestinados como la boca que son bordes del cuerpo. Pero distintas partes del cuerpo pueden erogenizarse, adquirir la propiedad erógena, y pueden pasar a ser predilectas. Inferencia que permite realizar la clínica de la neurosis, cuando se observa en el adulto que estas propiedades erógenas pueden sustituir la zona erógena genital cuando la represión afecta esa parte del cuerpo y como resultado del conflicto se produce un desplazamiento de la libido a otra zona que pasa a ser la predilecta.
(9) Freud, S. Tres ensayos de teoría sexual. Pág. 180
En la medida en que el yo puede satisfacerse de forma auotoerótica, no necesita del mundo exterior pero recibe de él vivencias derivadas de las pulsiones de autoconservación del yo. El principio de realidad incide sobre el principio de placer, se va articulando a esa primera operación de introyeccion que situamos en la fase oral del desarrollo sexual.
¿Que ocurre con el yo, el objeto y el mundo exterior?
Los objetos que recibe del mundo exterior y son placentero los introyecta y segrega el resto displacentero del mundo exterior, pero a su vez expulsa de si por proyección aquello que es displacentero. Entonces el mundo exterior se divide en dos partes, la que siente como placer la introyecta y lo displacentero lo expulsa.
Así desde el yo realidad inicial se muda en un yo placer purificado, el placer va a estar por encima de todas las cosas. Por lo tanto nuevamente el yo coincide con el placer y el mundo exterior con el displacer.
Hay separación yo - mundo exterior y con esto ingreso a una nueva fase libidinal, sádico anal en la que le yo se apodera de los objetos por la musculatura del cuerpo y no distingue si le hace daño o no al objeto, no esta puesto en juego el daño, por eso con el ingreso del objeto en este tiempo, el odio solo es apenas difrenciable del amor, porque se va a instalar como opuesto del amor recién con la organización sexual genital.
Es recién en este momento de su trabajo de investigación acerca de este destino de pulsión que Freud se da cuenta que el odio, no es reconocimiento de lo amado y odiado en el yo, sino que proviene de los objetos de autoconservacion por eso en el texto recurre al uso del lenguaje que expresa un modo de relación con los objetos en que se necesita de ellos, se los aprecia y por lo tanto se tornan agradables.
El odio que Freud discierne estaría en el origen aunque recorra un camino diferente antes de oponerse al amor, siendo la indiferencia su precursora, y el odio se subordine a ella. El odio proviene de la repulsa primordial que el yo narcisita opone al comienzo al mundo exterior.
Freud esta planteando “Que en realidad el objeto es aportado del mundo exterior por las pulsiones de autoconservacion, y que no puede desecharse que el sentido originario del
odiar signifique la relación hacia el mundo exterior hostil. Por esto la indiferencia se subordina al odio, a la aversión, como un caso especial, después de haber sido su precursora. Lo exterior, el objeto, lo odiado habrían sido idénticos al principio”. (10)
Y si mas tarde se revela como fuente de placer, entonces es amado pero también incorporado al yo, de suerte que para el yo placer purificado el objeto coincide con lo odiado y lo ajeno. Después pasa a los objetos que se incorporan al yo ampliado e expresa el intento motor de alcanzar esos objetos que se incorporan porque son fuentes de placer.
La segunda oposición amor odio, no instalada aun, reproducirá la polaridad placer displacer, enlazada con la primera. Entonces yo coincide con placer (lo amado) y el mundo exterior con displacer (lo odiado).
Cuando la etapa narcisista es relevada por la etapa del objeto placer y displacer significan la relación del yo con los objetos. Si el objeto genera placer se siente atracción y cuando el objeto genera displacer se distancia del objeto.
Esta dimensión de la relación del yo con los objetos le permite discernir que por un lado esta el campo de la pulsión y por otro el yo para que pueda ubicarse como sujeto u objeto de la pulsión. Por lo tanto podemos situar aquí la diferencia entre narcisismo y pulsión. Por eso dirá que “de vernos precisados podríamos decir que una pulsión ama al objeto para el cual aspira a la satisfacción, pero que una pulsión odie al objeto nos suena bastante extraño. Caemos en la cuenta de que los vínculos de amor y odio no son aplicables a la relación de las pulsiones con los objetos, sino que están reservados a la relación del yo total con los suyos”.
Las relaciones de amor y odio, que se instalan bajo el primado genital al servicio de la reproducción con los objetos sexuales, provienen del modelo de la relación del yo con los objetos mas allá de que signifique una frustración sexual o no. Porque en este tiempo el amor expresa la lucha del yo por conservarse y afirmarse que proviene de la satisfacción de una parte de las mociones pulsionales autoeroticas.
Cuando Freud intenta utilizar los tres tiempos de la gramática pulsional no encuentra el opuesto del amar ser amado hasta que nos se constituye el yo en el desarrollo de las fases pregenitales y la fase que mas adelante llamara falica en la infancia donde no hay una unificación de las pulsiones parciales bajo el primado genital pero si aspiración sexual hacia una persona única. Primer tiempo de la elección de objeto.
10. Freud, S. Pulsiones y destinos de pulsión. Pág 131
La meta pasiva ser amado no aparece hasta que el yo pueda constituirse diferenciaciandose del objeto. Entonces es recién con el enlace de la actividad pasividad al resto de las polaridades de la vida anímica que entiendo que la pulsión puede pasar a ser un destino para el yo y vuelve sobre la persona propia con el amar ser amado, pero no se opone al odio porque este destino nos anoticia del amarse a si mismo propio del narcisismo.
Si el yo es originariamente narcisita y después incorpora a los objetos que dan placer en función de la satisfacción autoerotica esto nos lleva a anudar este texto como antecedente al de 1923 “El yo y Ello” donde formula que la constitución del yo es fundamentalmente esencia superficie, deriva de las sensaciones corporales, las que parten de la superficie del cuerpo. “El yo como la proyección psíquica de la superficie del cuerpo”. (11). Entonces recién acá podemos decir que hay cuerpo propio, en el tiempo en que devenir niño sea equivalente a la transformación del organismo en cuerpo.
11. Freud, S. El Yo y Ello. Pag. 27/8
Bibliografía
Freud, S. Tres ensayos de teoría sexual y otras obras. Ed. Amorrortu. Año 1905.
Freud, S. Contribución a la historia del movimiento psicoanalitico. Trabajos sobre metapsicología y otras obras. Ed. Amorrortu. Año 1914.
Freud, S. El yo y el Ello y otras obras. Ed. Amorrortu. Año1923
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario