jueves, 3 de diciembre de 2009

DE PALABRAS Y CRISIS, POR HÉCTOR GARCÍA


El siguiente es un intento de acercarnos, de hacer un tipo de lazo social que partiendo de una mirada psicoanálitica de nuestra realidad más inmediata, nos estimule a pensar y sentir que los que habitamos estos lejanos parajes, socios menores de una comunidad global que entre entumecida y fascinada se limita a ser espectadora de cuanto latrocinio se le ocurre al amo de turno o mejor dicho, a los amos de este nuevo milenio, podemos, además de mirar y sufrir en silencio, hacer algo más, eso significa desde el psicoanálisis, decir algo más, algo propio, algo que nos devuelva el aliento y la confianza y por que no? las ganas de creer que todavía podemos cambiar lo que haga falta cambiar..



Compañeros de la red, los invito a tomar la posta y ensayar las distintas maneras de cuestionarnos, de respondernos y también, sobre todo, de reconocernos...



De palabras y crisis



De que hablamos cuando hablamos de amor?... Se preguntaba Andrés Calamaro en una conocida y ya envejecida canción. La pregunta conserva su validez y actualidad si se tiene en cuenta que la palabra amor aparece repetida en mil frases a lo largo de los años, en distintas manifestaciones y expresiones humanas. Canciones populares, poemas anónimos y de autores consagrados, manuales de autoayuda, cortos publicitarios y hasta en discursos políticos.

Gran parte de la historia de la humanidad, sus mitos y leyendas mas conspicuos y ascendrados, sus logros y conquistas mas valoradas y sublimes, fueron y van asociados, más o menos estrechamente, más o menos explicitamente, a esta palabra cuyo significado muchas veces se nos escurre detrás de la aparente seguridad conque a veces la pronunciamos y a la incertidumbre y el enigma que acompaña generalmente al sentido que imprime a nuestra vida y a nuestros actos mas cotidianos.

Es así... a pesar de que expresa un sentimiento, no siempre nuestra mente está en sintonía con él, no siempre sabemos "identificar" al amor... y mucho menos explicarlo.



El ejemplo vale para otra palabrita enigmática que así como el amor nos invade desde los mensajes y los escenarios mas diversos: Crisis. Quien no escuchó alguna vez que "estamos en crisis"?, hasta no hace mucho, financiera; pero también de valores morales, de proyectos de vida, crisis en la familia, en la pareja, en la educación, etc...

Un fantasma temido y agitado por una sociedad legitimamente, temerosa y agitada...

Una sociedad que se reclama y se pregona con toda razón, en "crisis".

Pero veamos más de cerca y en la medida de nuestras posiblidades, con una lupa crítica y esclarecedora...



Este significante que nos produce desasosiego, esta palabra que querríamos en más de una oportunidad borrar de nuestro vocabulario, que significa?

De que hablamos cuando hablamos de crisis?

De un estado de conmoción?, de algo malo que de pronto se cierne amenazante sobre nuestra vida?, de un proceso inevitable, repentino y doloroso?

Seguramente todo esto implica e identifica una crisis, pero me gustaría que pensaramos en algo diferente...

Si estuviera a nuestro alcance la posibilidad de despejar la angustia que acompaña un momento de incertidumbre...

Si acaso pudieramos reflexionar después de haber sufrido un atentado contra nuestra seguridad..

Si pudieramos tomar distancia del miedo que nos asalta cuando pensamos en el futuro de nuestros hijos...

Creo que en el momento en que la vida nos conceda alguna chance de pararnos de una manera diferente ante los acontecimientos, podremos empezar a apreciar en otra magnitud el significado de esta palabreja.



La crisis tiene siempre la dimensión que le damos, su volumen y su peso se miden en angustia, en miedo, en furia...Patrones de medida necesarios y hasta imprescindibles, pero afortunadamente personales, subjetivos, propios de nuestra manera de ver e interpretar el mundo. Por que digo afortunadamente?. Porque así como interpretamos de una determinada manera, está en nosotros hacerlo de otra, está solo en nosotros cambiar los parámetros, ajustar nuestro juicio y criterios a otras referencias.

La crisis tendrá siempre el color del cristál con el que la miremos...

Lo que ocurre es que ese cristál nos fue dado hace mucho, mucho tiempo.... se diría casi que nacimos con él. Fué tallado por nuestros padres, hermanos, tíos... y se terminó de pulir en la escuela, en el barrio...



Heredamos de esa forma un cristál, pero en algún momento nos adueñamos de él.

Somos responsables por ese acto de apropiación, y es reconociendo esa responsabilidad como vamos a poder cambiar nuestro cristál, porque es nuestro y solo nosotros podemos hacerlo. No solo es una posibilidad, sino que también es un derecho inalienable.

El derecho sobre nuestros miedos, nuestras angustias; el derecho sobre nuestras crisis.



Quizás la posibilidad de intervenir en nuestra crisis, sea también la oportunidad de adueñarnos de nuestro destino, de guiar nuestro barco hacia puertos más seguros o más deseados.

Somos el piloto más confiable, el timonel mas experimentado, somos sin lugar a dudas los más indicados para la tarea, sola y simplemente porque el barco es nuestra vida, no por otra razón.



Desde el psicoanálisis, intentamos todos los días, con un optimismo pertináz y recurrente, acercarnos a esa posibilidad que tenemos en tanto humanos, en tanto seres habitados por la palabra, esa sempiterna alfarera, el cincel que talla nuestro cristál....

La apuesta es la de siempre, así como estamos habitados por el lenguaje, también nosotros podemos habitarlo, rescatarnos de una época especialmente "critica" y empezar a pensar que el futuro no es solamente una palabra, que el amor es más que la letra de una canción y que nuestros sentimientos y nuestros pensamientos valen lo que pesan y se cotizan fuertemente en la "bolsa" de nuestras aspiraciones y esperanzas.



Héctor García




2 comentarios:

Margarita Scotta dijo...

¡Excelente el escrito, Héctor! El uso de la simpleza de las palabras recupera toda la fuerza del pensamiento psicoanalítico. Poder encontrar en las ideas sencillas con las que pensamos cotidiamente un mensaje que viene desde el discurso del psicoanálisis es un hallazgo (es un género de escritura de las más difíciles de lograr: transmite a la vez que no se subestima al lector ni se lo deja afuera con léxicos apretados)

Anónimo dijo...

El texto de Hector, y además el marco con el que nos lo introduce es el estímulo necesario para ir creando una serie de textos que le permitan a la gente - que puede acercarse a la red y no ser psicoanalistas- entender que es lo que dicen y hacen los psicoanalistas. Puede que ello les permita llamar a la consulta porque entienden que el psicoanálisis no es una terápia como las demás. Abramos nuestra imaginación para re-escribir el texto de Hector. Re- escribir el texto donde hablemos de agua cuando se trata de H20; eso es lo que hizo Hector. Clariro, clarito....pero sin dejar de ser complejo.

--Mozo!!!: Otro texto sobre crisis y psicoanálisis! Si no tiene reemplácelo por lo que tenga. Ansiedad, angustias, preguntas en las entrevistas preliminares. Qué consultar a un analista. Ect. etc. BEto