Un espacio que aloja los múltiples tipos de vínculos que puedan construirse alrededor del discurso del psicoanálisis, y, a través de su trama, ofrecer y posibilitar a la comunidad el encuentro entre la demanda de psicoanálisis y quien en el nombre de esa práctica se ofrezca a ocupar el lugar del psicoanalista.
jueves, 12 de noviembre de 2009
Juarroz. Fragmentos verticales.
El amor nunca se consuma. Antes de su supuesta consumación, porque falta algo. Después, porque sobra algo y sobrar es otra manera de faltar. Y el instante de su aparente consumación no es más que un vértigo que huye, un relámpago fantasmal que superpone aproximación y alejamiento, lo lleno y lo vacío. Un punto que se borra en el momento mismo de colocarlo. Sólo queda el recuerdo de una posibilidad que pareció realizable. En consecuencia, llamamos consumación a una pérdida. Tal vez una pérdida necesaria. O quizá no.
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1 comentario:
El amor a veces se consuma. Y es cuando la significación no queda como pérdida (momento melancólico del poeta en su lucidez de lo verdadero) sino abriendo la posibilidad hacia el futuro. Lo que se da cuando se ama, es lo que funda esa posibilidad... y el amor la realiza.
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