Hola, les envío una pequeña traducción del libro "La apuesta de existir" de Daniel Sibony. Estoy en tren de hacer otra parte. Me puse con esta que les envío porque me parece que es un texto con un buen argumento y una intervención en análisis que vale la pena comentar. En relación a esto último, el modo de trabajar con este paciente que relata Sibony me llevó a volver una vez más a Ferenczi y las polémicas que sostuvo con Freud en torno al trato con los pacientes. Lo amplío después, cuando vayan surgiendo comentarios. Saludos et bonne lectura.
Marcos Esnal.
Una postura “científica” contra el psicoanálisis (De “L’ enjeu de exister”, de Daniel Sibony, Seuil, 2007)
Los argumentos recientes contra el psicoanálisis son instructivos . Él “pretendía curar”, porque su teoría era exacta, pero en estos últimos decenios, las “verdades” que estableció, “aquellas de donde él extrajo fuerza y validez, se han revelado falsas” . Nos lo prueba en cinco puntos decisivos: el sueño, el incesto, el psiquismo del niño pequeño, la neurosis y la idea de que un síntoma corre el riesgo de ser reemplazado por otro.
El sueño. Contra la idea freudiana del sueño, se invocan “los últimos desarrollos de la psico-fisiología”. De donde resulta que los mamíferos sueñan, los fetos también, y los pájaros: o sea, “el sueño es una fatalidad fisiológica”. Ahora bien, “el sueño no puede ser a la vez una fatalidad biológica y la verdad de un individuo singular”, la “realidad de su deseo”. ¿Pero por qué? ¿Acaso la respiración, la digestión, la alternancia de días y noches, la diferencia de sexos, no pueden ser en el humano el soporte de una verdad singular por el hecho de que se los reencuentra en la mayoría de los animales? El mismo razonamiento se aplicaría –y sería falso también- si sólo los humanos soñasen ya que ¿cómo un fenómeno que se encuentra en todos los humanos podría expresar “la verdad de un individuo singular”?. La diferencia sexual existe en casi todos los animales, pero en el hombre da lugar, se puede decir, a muchos problemas colectivos y singulares. Está sin duda ligada no solamente al lenguaje (que los animales también tienen) sino a eso que, para mí, es lo propio del hombre: interpretar; incluso sus interpretaciones.
La dimensión biológica, lejos de ser una objeción, sería más bien un soporte: es sobre ella que el hombre funda mil cuestiones poco “naturales” pero esenciales. Por otro lado, el sueño no dice “la verdad” de un individuo singular pero sirve para hacerse “escenas” (representaciones) en donde un deseo reprimido se mezcla en el deseo de dormir. En otro lado mostré que los trabajos de Michel Jouvet sobre los “sueños” de los mamíferos confirman la idea freudiana: el gato “sueña” que atrapa un ratón, el ratón “sueña” quizá, que escapa (este punto no está muy elucidado), cada animal revisa su programa de vida, y el hombre revisa el suyo, que es desear y hablar de eso.
Es decir, el hombre comparte el sueño con los mamíferos y reptiles: pero sólo él supo hacer del sueño un polo de atracción semejante, que permite tantas cosas.
Esta crítica sobre el sueño supone que sueño y sueño paradojal se superponen. ¿Y si no lo fueran? Que en el sueño haya signos de sueño paradojal ¿implica que todo viviente que tenga esos signos esté en tren de “soñar”? Y si se “definiera” el sueño por el sueño paradojal, ¿qué demostraría eso?.
(…)
En la práctica, algunas sesiones a la vez fuertes y misteriosas son como un sueño que se interpreta: a cada término se puede asociar una fibra, e intentamos (en silencio) algunos trayectos a través de esas fibras, hasta encontrar uno que parezca más “viviente”. Lo guardamos en memoria hasta que haya resonancias que lo confirmen; ensayamos hacerlo escuchar: si eso anda, si se sostiene, estamos en buen camino, hacia la arista, hacia el efecto de símbolo. Si es un error, lo importante es hacer de tal forma que sea fecundo y que se saquen de él otros posibles.
Recién estuvo un jovencito, al que veo desde hace algunos meses (A veces dice: “Esto me salva la vida”). La sesión fue sobre el tema: “Libéreme el cuerpo, cancéleme el spell que me posee como una fuerza mágica” (En inglés spell connota la idea de maleficio (sort)). Hablamos de su cuerpo, lo describe como poseído: “Diría que es tenso, que me injertaron las piernas, que no son las mías…” Luego asocia: “Las largas piernas de mi madre… Mi padre las tenía más bien cortas”. Luego se abre el abundante espacio de los recuerdos. Las cosas “se ponen en su lugar”, luego interpreto duramente: “Usted fue la cola de su madre, está entre sus largas piernas, pero asoma la cabeza…”. Se concentra y sonríe, como aliviado. Sé que eso opera a causa del lugar donde me ha puesto su transferencia, que es compleja. La sesión continua, la tensión es a la vez múltiple y fuerte, se diría que “impongo” las palabras como otros imponen las manos. Al final, él me dice, levantándose: “Encima tengo un extraño dolor de cabeza, acá, en el cráneo”. E inclina la cabeza hacia mí. Me agarra un aburrimiento, no tengo ganas de recomenzar, ni de dejarlo ir con ese dolor. Entonces le digo: “Voy a posar mi mano sobre tu cráneo, y cuando la haya retirado, el dolor se irá con ella”. Lo hago. “¿El dolor se fue? – Sí, maravilloso…” Luego, en el umbral, habla de sexo, de encuentros… Me digo que spell está ciertamente cerca de esperma (sperme); que si el sale (sort) del spell, podrá “dar” esperma… Poquito después, se encontró con una mujer con quien “eso anda”, él, que al empezar vino tomado en la imagen en la que está en sándwich: entre su madre delante y su padre detrás, que lo sodomiza.
1- Se los encuentra en el Libro negro del psicoanálisis (un conjunto de artículos bajo la dirección de Catherine Meyer, Les Arènes, 2005), por ejemplo en uno de sus autores, Tobie Nathan, quien los formula en La Guerra de los psys (2004), p. 14 y sig. De allí están sacadas las citaciones que siguen.
2- Esto significa, dicho sea de paso, que si él hasta aquí curó personas y abrió horizontes, fue a tontas y a locas, porque sus “verdades” se revelaron “falsas”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario