sábado, 11 de septiembre de 2010

Viernes 17 de septiembre, 20 hs, continúa el seminario: Ellas escriben cartas de amor.

En las reuniones de agosto, septiembre y octubre (siempre los terceros viernes a las 20 hs.) estamos trabajando sobre el libro de Hilda Doolittle:  Tributo a Freud.
Julieta Lopergolo ubica el género de  Escrito en la pared, (1944) uno de los textos del libro, donde HD reescribe las notas que tomó mientras se analizaba con Freud en 1933, como el del ensayo. Lo que hace el ensayo es tomar el fragmento como un modo para pensar los problemas, encuentra su unidad a través de los fragmentos.Pero además de eso, es lo que le permite ensayar el modo en que el género se vuelve forma de la transmisión, casi diría una poética de la transmisión en el sentido de cómo está hecha la transmisión.
La profundidad del ensayo tiene que ver con la profundidad con que el ensayista aborda el tema que le interesa, que solo le interesa. El ensayo detecta que la exigencia da definiciones estrictas y que esto mismo contribuye a eliminar lo irritante y lo peligroso de las cosas que viven en los conceptos, o dicho como lo diría Hilda Doolittle: “Lo irritante y peligroso de las cosas que hay adentro de las cosas”.
Doolittle se refiere a su análisis con Freud como un viaje, del mismo modo que piensa la escritura, la vida, la poesía, convirtiendo a la errancia en un punto de partida. Podríamos decir que el ensayo es un viaje en el que el itinerario se va transformando sobre la marcha.
Y el efecto de lectura, uno de los efectos posibles de este texto, yo diría que es como el de un texto engarzado a la manera de un collar cuyas cuentas están cosiendo, enhebrando, en función de una intertextualidad que es muy potente y que tiene la asociación como mecanismo por excelencia.

Marité Colovini propone leer Escrito en la pared como un testimonio de análisis ya que es posible  ir encontrando en el texto las marcas que harían de él un testimonio de pase.“Escrito en la pared” lleva la impronta de una conclusión, a partir del trabajo de análisis de Hilda Doolittle. Allí se pueden  ubicar  las operaciones subjetivas  acontecidas en el tiempo del análisis así como  un cálculo que HD realiza con esa rara experiencia acontecida en las islas griegas,  de la visión de imágenes en una pared, donde ella puede leer  esas imágenes  como una escritura pictográfica que llega por intermedio de sus asociaciones a quedar reducida a  un signo de interrogación permanentemente abierto. Haber llevado un análisis hasta tocar ese límite de lo simbólico que se inscribe en la matematización lacaniana con el significante que inscribe la falta en el Otro, le permite a HD "ensayar" en su texto lo que hoy llamaríamos un testimonio de alguien que ha finalizado un análisis.
Además, lo que la lectura del libro también enseña es que la disolución de la transferencia implica dejar caer el engaño del SSS, pero ésto  significa que la persona de aquel que ocupó ese lugar en la transferencia queda desprendida de esa función, y así, se puede seguir apreciando al analista como persona,y aún rendirle un Tributo, sin que eso signifique que la transferencia no ha sido liquidada.

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