sábado, 4 de septiembre de 2010

Apertura de Conversaciones entre psicoanalistas. Marcos Juarez.Reseña.

Ayer, viernes 3, en la Sala del Consejo Deliberante de la Municipalidad de Marcos Juarez, comenzó el ciclo Conversaciones entre psicoanalistas, actividad preparatoria para el Seminario 2011 El psicoanálisis no es una terapéutica como las demás.
Organizado por la Secretaría de Cultura de la Municipalidad de Marcos Juarez, se inicia  así un Espacio de Enseñanza y Transmisión del Psicoanálisis. Este espacio responde al interés y al trabajo de Estela Bender, residente de Marcos Juarez y responsable de la actividad.

Marité Colovini presentó a la Red de Psicoanalistas para luego conversar sobre la especificidad del psicoanálisis. Su conversación se tituló: Por qué el psicoanálisis no es una terapéutica como las demás.


El título de la charla alude a una cita de Jacques Lacan, donde se indica que el psicoanálisis presenta una especificidad respecto a todas las otras ofertas del campo psi.


Si hay en la experiencia del análisis algo de lo terapéutico, es en tanto podemos situar el modo en que alguien que se compromete en su vía puede modificar su posición subjetiva en la medida en que hace la experiencia de lo irreductible de la falta y acepta que el malestar es del orden de lo inevitable. Eso sí, al hacer estas operaciones puede dejar de sufrir innecesariamente y eso tiene como resultado que pueda vivir mejor.
Para los psicoanalistas, hay un deseo más fuerte que el deseo de curar o de hacer el bien: es el deseo del analista. Este deseo, que según Lacan es el de la diferencia absoluta, implica que no hay armonía posible, que no hay reconciliación de contrarios, que no es posible ninguna síntesis. La diferencia, hace que Uno y Otro no se encuentren más que para reconocerse diferentes. Es con la diferencia, es con la alteridad que hay que poder hacer algo que no sea tomarse demasiado sufrimiento para tratar de evitar lo inevitable. Lo posible surge de reconocer lo imposible.
Nuestra contemporaneidad avanza en un camino que produce ruptura de los lazos sociales, que ahoga al sujeto tomándolo como un objeto a estudiar. La tecnociencia y el Mercado hacen que cada vez más cada ser hablante se encierre sobre sí mismo. Vivimos en un mundo que empuja a la locura.
El psicoanálisis, al no renunciar respecto a la dignidad del sujeto ni tampoco a su responsabilidad, ofrece una salida que no es la felicidad suprema, sino la orientación respecto al deseo.
No se trata de ir en contra de la época, sino de ejercer la política que es específica al discurso del psicoanálisis: la interpretación. Reflexionar sobre las condiciones en las que ejercemos nuestra práctica nos permitirá inventar un modo de hacerla posible.
Al reconocer el conflicto, al no ahogarlo ni pretender resolverlo, el psicoanálisis le permite al ser hablante saber hacer algo con eso en lo que está enredado.

La actividad continuará el primer viernes de octubre, con la participación de Patricia Fochi quien hablará sobre "La novela familiar de los psicoanalistas". El primer viernes de noviembre, Juan Alberto Manino conversará sobre: "Psicoanálisis, ciencia y religión." La cita es a las 20 hs, en la Sala del Consejo Deliberante. (Alem e Hipólito Irigoyen. Marcos Juarez)

Para informes e inscripción: Estela Bender: 03472154588881.

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