miércoles, 2 de diciembre de 2009

la vida institucional, por marité colovini

La vida institucional no es un psicoanálisis. Por lo tanto, requiere de otros modos de funcionamiento. Nadie anda por una institución cumpliendo con la regla de la asociación libre. Por lo tanto: ningún otro está autorizado para ir por la institución interpretando salvajemente.


Confundir los espacios de la vida institucional con la escena analítica no es más que eso: una confusión.

El empalme de la intensión con la extensión del que habla Jacques Lacan en la Proposición es muy otra cosa.

Invito a quienes lo deseen, a leer las cartas que Lacan y Freud escribieron durante su vida institucional, así como las transcripciones de intervenciones; (para eso es posible consultar la biblioteca de la ecole lacanniene, pas tout lacan).

Veremos que en ningún momento utilizan para dirigirse a sus colegas o compañeros la misma posición que en los análisis que conducen. Cuando Lacan se refiere al empalme de la extensión con la intensión del psicoanálisis, es porque precisa que lo que presentifique al psicoanálisis en el mundo no puede ser más que aquello que enseña la práctica analítica misma. O sea: que la teoría es segregada por la praxis del psicoanálisis. Y si hay algo que tempranamente enseñó la práctica del análisis fue que la asociación libre y la interpretación son elementos de la escena analítica y no de la vida cotidiana.

Dice Lacan el 20 de noviembre de 1963: “Entonces, si mi marcha es progresiva, incluso si es prudente, ¿no lo es acaso porque tengo que darles aliento en contra de la impostura, algo hacia lo cual el analista corre permanentemente el riesgo de deslizarse? No estoy aquí para alegar en mi favor. Sin embargo debo decir que-habiendo desde hace dos años, confiado enteramente a otros el manejo ,en el interior de un grupo, de una política, para dejar a lo que tenía que decirles su espacio y su pureza-nunca en ningún momento, les di pretexto para creer que no había diferencia para mí entre el sí o el no.”

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias Marité, por despejar la confusión, precisamente ésa. Un beso
marcos

Anónimo dijo...

Me ineresa que podamos sostener un espacio de debate permanante sobre la vida institucional -sea la que fuere- y su relación con los actores presente en la escena institucional. En este sentido entiendo que valen tus opiniones que intentan poner una alerta sobre la confusión entre la vida institucional y la escena del análisis. Sobre todo queda claro que esta confusión vira hacia una psicología de la conciencia. La declamación de lo que es un "deseo bien sujetado a la ley" es una de las maneras del pre-juicio siempre activo en el espíritu que se satisface en conservar el dominio de los grupos. Pero este espíritu conservador no es más que una de las figuras insensatas (pre-juiosas)que toman su lugar cuando no se los pone en cuestión. Cuando se las unifica aludiendo a un criterio superior. Pensar en el Super Yo que se realiza en la identificación directa al Padre,en el Nombre del Padre, antes del conflicto Édípico, puede darnos alguna pista para analizar la vida institucional. Formas de la transmisión que arropándose en esta dimensión estructural sirve para dar curso a las imposturas necesarias para hacer callar al oponente antes que de sostener el conflicto en un debate.

Espero que se sumen otras voces a este tema, porque tampoco es ajeno a la relación de nuestra práctica psicoanalítica y las condiciones que se imponen para realizarls. Ya sea en los hospitales, en las obras sociales y en la sociedad en su conjunto.
Beto Manino

Natalia Massei dijo...

sobre "hacer callar al oponente antes que sostener el conflicto en un debate." sugerimos revisar el concepto de hostilidad...

aquí
http://laboratorioinstitucional.posterous.com/hostilidad-y-autoorganizacion-en-la-esfera-pu

y aquí
http://laboratorioinstitucional.posterous.com/fragmentos-sobre-el-concepto-de-hostilidad